La morosidad de bancos y cajas caerá al 5,2% en diciembre, según Gesif

La morosidad de las entidades financieras españolas -bancos y cajas- se reducirá hasta el 5,2% a finales de año, desde el 5,5,% que alcanzo en julio, según el boletín mensual de morosidad de la gestora de cobros Gesif Axesor publicado hoy.

El estudio destaca la distinta evolución de bancos y cajas, ya que los primeros mostraron en julio una tasa de morosidad del 5,4% que podría situarse a finales de 2010 en el 5,5%, en tanto que las cajas de ahorros pasarán del 5,5% de julio al 5% en diciembre de este año.

Según los datos de Gesif Axesor, la morosidad del conjunto de entidades alcanzó en julio 92.700 millones de euros, una cifra que a finales de año podría caer hasta 86.000 millones. De esa cantidad, 40.000 millones correspondían en julio a los bancos, y otros 44.300 a las cajas.

Por lo que respecta al crédito concedido, en julio se redujo hasta 1,68 billones de euros, el 2,7% menos que un año antes. Gesif adelanta que a finales de año la cifra podría caer por debajo de 1,64 billones, lo que supondría un descenso del 3,1% anual.

El crédito concedido por los bancos fue de 747.100 millones de euros, el 1,2% menos que un año antes, en tanto que las cajas redujeron sus préstamos el 3,5%, hasta 803.400 millones de euros.

Esta tendencia se mantendrá en los próximos meses, según Gesif, de modo que el crédito concedido por los bancos se situará a finales de año en 736.800 millones de euros, el 0,5% menos, y el de las cajas, en 776.200 millones, el 5,1% menos.

El estudio de Gesif Axesor analiza también los efectos impagados, que en julio se redujo el 39,4%, hasta 568,4 millones de euros, un descenso que se prolongará en lo que queda de año hasta situar esa cifra en 507,5 millones.

El recorte de los créditos impagados de los bancos fue del 30,5%, al situarse en julio en 374,1 millones de euros, mientras que para las cajas la caída alcanzó el 53,7%, hasta 157,8 millones.

En su nota, Gesif Axesor interpreta estos descensos como un anticipo de la "recuperación de la confianza en las operaciones entre empresas", tal y como confirman otros indicadores de morosidad como los efectos impagados y la confianza de los consumidores.