Las previsiones de Vestas arrastran a Gamesa en la bolsa española

Los títulos de Gamesa lideraron el miércoles las pérdidas en el Ibex 35 y se pagaban por debajo de los seis euros (perdió un 4,8%). A la empresa española de aerogeneradores, que es ya el segundo peor valor del selectivo en lo que va de año tras reducir su capitalización un 51% desde enero, le han pesado hoy las malas previsiones que ha hecho Vestas, fabricante danés de turbinas eólicas.

La multinacional danesa, principal competidora de Gamesa, obtuvo una cifra de negocio de 1.007 millones de euros, un 16,8% por debajo del año pasado, un resultado peor de lo esperado. Además, ha anunciado que baja sus expectativas para el conjunto del ejercicio debido a que los pedidos esperados en Estados Unidos, Alemania y España se van a retrasar y no podrán ser contabilizados en los ingresos de este año.

El consejero delegado de la danesa, Ditlev Engel, ha dicho en una entrevista con la cadena estadounidense CNBC, que los resultados de la primera mitad del año han sido "muy decepcionantes" y ha destacado que se han visto perjudicados por la caída de los márgenes debido al bajo volumen de ventas.

Las acciones de Vestas han llegado a caer durante la jornada más de un 20%, lo que ha impulsado a los inversores a vender los títulos de Gamesa, que ha perdido hasta un 5% durante la sesión y están en mínimos desde marzo de 2003. La compañía española vale ahora un 84% menos que en junio de 2008, cuando marcó máximos al superar los 35 euros por acción.

La caída del fabricante de aerogeneradores vasco se precipitó a partir de mayo de 2008 -cuando marcó máximos por encima de 35 euros- como consecuencia de la crisis y que se ha profundizado desde hace un año por la incertidumbre en el sector de las renovables. Gamesa recortó su beneficio en el primer semestre un 65% y su Ebitda se redujo un 35% durante dicho periodo.

Gamesa aprovechó la presentación de resultados a finales de julio para anunciar la ruptura de las negociaciones con la empresa alemana Bard acerca del desarrollo de proyectos eólicos marinos, o 'offshore'.