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La banca pone a Apax en su lista negra tras el 'caso Panrico'
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LE CIERRAN LAS PUERTAS POR DEJAR CAER AL FABRICANTE DE DONUTS

La banca pone a Apax en su lista negra tras el 'caso Panrico'

“Apax ya actuado como los inmigrantes que han perdido el trabajo, no pueden pagar la hipoteca y, antes de volverse a su país, entregan las llaves

Foto: La banca pone a Apax en su lista negra tras el 'caso Panrico'
La banca pone a Apax en su lista negra tras el 'caso Panrico'

“Apax ya actuado como los inmigrantes que han perdido el trabajo, no pueden pagar la hipoteca y, antes de volverse a su país, entregan las llaves al banco. Y después que les busquen”. Con esta contundencia explican desde uno de los bancos acreedores que tendrá que reflotar Panrico la actitud de la firma de capital riesgo en la operación de rescate de la empresa de bollería. Es lo que llaman 'la táctica del sonajero'.

El enfado es monumental entre los bancos y cajas españoles y grupos internacionales por el modo con el que Apax Partners ha tratado la difícil situación del fabricante de los conocidos donuts. Hasta el punto de que varias entidades financieras han decidido cerrarle las puertas de su crédito para futuras operaciones en el sector. La banca no perdona que la sociedad dirigida por Nicolás Bonilla y Oriol Pinya se haya negado a inyectar capital a la empresa para evitar que se la tuvieran que quedar los acreedores.

 

“En este mundo de largo plazo, las formas son muy importantes. Los bancos entienden que la crisis ha hecho mucho daño y están dispuestos a arrimar el hombro, pero cuando el accionista coge y se larga, eso no se perdona”, añaden desde un banco nacional, pillado en esta operación que data de 2005, cuando Apax compró Panrico a La Caixa, Banco Sabadell y la familia Costafreda por más de 1.000 millones de euros.

“Hay formas y formas. Sólo hay que ver lo que está haciendo Mercapital con sus empresas en problemas y lo que ha hecho Apax”, indican desde un private equity en relación a las inyecciones de capital que ha realizado el grupo dirigido por Javier Loizaga para evitar que alguna de sus participadas entrase en concurso de acreedores. Lo mismo ha hecho Permira, que reflotó Dinosol en febrero con la aportación de 40 millones de euros en colaboración con la banca acreedora.

En el sector ha sentado muy mal la ‘caducidad’ de Panrico, sobre todo si se tiene en cuenta que hace tan solo unos meses, el consejero delegado de Apax, Oriol Pinya, señalaba con motivo de la inauguración de la nueva oficina de Barcelona que “nuestro objetivo prioritario, además del apoyo a las empresas en las que participamos, es identificar nuevos proyectos que representen oportunidades atractivas de inversión y contribuir a la creación de valor, aportando recursos financieros, de gestión y conocimiento”.

Apax es una de las firmas de capital riesgo internacionales más antiguas instaladas en España. Lleva 21 años en la Península, un periodo en el que ha invertido en el desarrollo de compañías como Parques Reunidos, Jazztel, eDreams o Itevelesa,  Pero sus últimas desinversiones han dejado mal sabor de boca. Polémica fue su salida de Vueling, donde vendió el 21% del capital apenas dos meses antes de que la aerolínea de bajo coste anunciara un profit warning que provocó un hundimiento de la cotización del 50%.

Apax vendió el 21% del capital el 5 de junio de 2007 a 31 euros mediante una colocación acelerada dirigida por Goldman Sachs, el mismo banco que la sacó a bolsa en diciembre de 2006 a 30 euros por acción.  Días después de la enajenación de Apax, Goldman rebajó su precio objetivo hasta los 20 euros y en diciembre de ese año lo redujo a tan sólo 2,5 euros. Un verdadero escándalo –Apax ganó 139,5 en una inversión de apenas 12 millones- que se tradujo en una gran presión hacia la Comisión Nacional de Valores (CNMV) por las profundas diferencias de valoración que provocaron fuertes pérdidas a muchos inversores.

Tampoco salió bien Apax de Lanetro Zed, el grupo de la familia Dolset, del que vendió el 25% en 2006. A los principales accionistas no les gustaron las formas de trabajar de Bonilla y de Borja Martínez de la Rosa, el otro gran socio de la firma. Así quedó demostrado en el juicio al que tuvieron que acudir estos dos ejecutivos por la reclamación de un ejecutivo de Lanetro Zed de una opción de venta que Apax se negó a desembolsar pese a tenerla firmada en un contrato. El private equity recurrió la sentencia que les condenaba a pagar 2,1 millones de euros al director general de la firma de contenidos para móviles tras haber ganado cerca de 130 millones con la inversión.

“La crisis económica actual ofrece la oportunidad de repensar los modelos de negocio vigentes y buscar nuevas fuentes de crecimiento rentable. Nuestra intención es estar cerca de los gestores que quieran relanzar su compañía abriendo nuevos mercados vía innovación y crecimiento internacional”. La frase es de Oriol Pinya en la apertura de la nueva sede en la Ciudad Condal.

“Apax ya actuado como los inmigrantes que han perdido el trabajo, no pueden pagar la hipoteca y, antes de volverse a su país, entregan las llaves al banco. Y después que les busquen”. Con esta contundencia explican desde uno de los bancos acreedores que tendrá que reflotar Panrico la actitud de la firma de capital riesgo en la operación de rescate de la empresa de bollería. Es lo que llaman 'la táctica del sonajero'.

Grupo Zed