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Obama acaricia la victoria: el Congreso da luz verde a su reforma financiera
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Obama acaricia la victoria: el Congreso da luz verde a su reforma financiera

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encuentra a un paso de lograr su ansiada reforma financiera, la reorganización de la regulación de los bancos

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Obama acaricia la victoria: el Congreso da luz verde a su reforma financiera

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encuentra a un paso de lograr su ansiada reforma financiera, la reorganización de la regulación de los bancos más profunda desde la Gran Depresión y que conlleva importantes restricciones para la entidades más importantes del país, controlar el vuelo de la Reserva Federal y reforzar la protección de los consumidores de productos hipotecarios y tarjetas de crédito.

El controvertido texto, conocido como Ley Volcker en referencia a su impulsor: el ex presidente de la Fed, Paul Volker, ha conseguido la aprobación de la Cámara de Representantes después de que la administración Obama tuviera que hacer varios cambios para convencer a los republicanos moderados del Senado, dónde se votará dentro de dos semanas, a partir del 12 de julio.

De esta manera, los esfuerzos llevados a cabo por el Gobierno para frenar a Wall Street después de la crisis financiera de 2008, que ha conducido a la economía mundial al filo del abismo, comienzan a dar sus frutos. El texto final es el resultado de intensas negociaciones entre los comités de las dos Cámaras de EEUU y ahora sólo necesita 60 votos en el Senado para convertirse en Ley.

Entre las propuestas más controvertidas, la intención del presidente de que las entidades "demasiado grandes para quebrar" se trocearan ha quedado en la exigencia a los bancos a recapitalizarse y limitar su apalancamiento. De esta manera, la administración llevará a cabo auditorías periódicas sobre los programas de crédito de la Reserva Federal y limitará las actividades inmobiliarias especulativas de las entidades. También obliga a los bancos a vender la mayoría de sus hedge funds y las unidades de capital privado en los próximos años.

También se acordó en las dos Cámaras la imposición de una cuota tanto a los grandes bancos como a los de mediana calificación mucho más modesta que el impuesto que se barajaba en un principio y que puso el grito en el cielo de los grandes de Wall Street y que trasladó la polémica al Viejo Continente, donde Obama exige que se lleve a cabo también una reforma financiera de tal manera que la suya pueda tener verdadero efecto.

La Ley ha cambiado el impuesto inicial para las aseguradores, hedge funds y bancos con 50.000 millones o más en activos por otro que afecta sólo a los bancos con más de 10.000 millones en activos, de tal manera que frente a los 4.000 millones en cinco años que pretendía recaudar el texto original, con la mueva medida el Estado sólo se embolsará 5.700 millones en diez años. No obstante, los analistas continúan defendiendo que el impuesto va a tener un fuerte impacto tanto en los grandes bancos como en los de mediana capitalización.

La reforma financiera también incluye otra medida controvertida que obliga a los grandes bancos a desprenderse de ciertas unidades de derivados y separarlas como filiales con capitalización independiente. No obstante, continúa permitiéndoles tener divisiones en la matriz que negocien en swaps sobre tipos de interés e instrumentos financieros de cobertura de riesgos de productos propios del banco.

En el fondo, la Ley busca limitar los conflictos de intereses mediante la prohibición a los bancos de apostar en contra de los valores respaldados por hipotecas u otros títulos que se venden empaquetados, como ha ocurrido con Goldman Sachs y por lo que ha sido denunciado por el regulador estadounidense (SEC por sus siglas en inglés)

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encuentra a un paso de lograr su ansiada reforma financiera, la reorganización de la regulación de los bancos más profunda desde la Gran Depresión y que conlleva importantes restricciones para la entidades más importantes del país, controlar el vuelo de la Reserva Federal y reforzar la protección de los consumidores de productos hipotecarios y tarjetas de crédito.

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