Bañuelos se mete a abogado y negocia llevar a Legalitas a Brasil

Enrique Bañuelos huele los negocios a miles de kilómetros. Lo último que se le ha ocurrido al empresario valenciano es llevar a Brasil a Legalitas, la firma de asesoramiento jurídico, para dar servicios a los compradores de sus viviendas. Fuentes de la consultora han reconocido los contactos con el ex presidente de Astroc, que quiere construir más de 100.000 viviendas en el país latinoamericano.

 

A los responsables de Legalitas no les ha importado que Bañuelos aún tenga abierta una causa judicial por su gestión en la inmobiliaria que fue el mayor exponente de la burbuja. Al contrario, consideran que Bañuelos, que lleva ya dos años haciendo contactos y negocios en Brasil, puede ser una gran puerta de entrada en la economía de mayor potencial de crecimiento al otro lado del Atlántico.

Legalitas ha admitido los contactos con el que broker financiero, aunque ha matizado que de momento tan sólo son preliminares y que no se ha alcanzado un acuerdo. La idea de Bañuelos es ofrecer el servicio de asesoramiento legal a las personas que compren las viviendas que va a construir a través de Agre, la primera inmobiliaria brasileña tras la fusión con PGD Realty.

 

De cerrarse la alianza, el negocio es claro. Legalitas cobra unos 150 euros de media al año a cada cliente. Si consiguiera vender uno de sus servicios a cada propietario de las casas construidas por Bañuelos, los ingresos para la firma jurídica podrían alcanzar los 150 millones de euros. La cifra parece demasiado elevada si se tiene en cuenta que la compañía factura en España unos 30 millones.

“Nuestro negocio es de cartera y, tras los primeros años de captación de clientes, estamos registrando crecimientos del beneficio operativo de dos dígitos, del 16%”, explican desde Legalitas. La firma tiene en España 300.000 clientes directos, aunque da servicio a cerca de ocho millones a través de los acuerdos con colectivos. La crisis económica, los problemas inmobiliarios y el aumento de los despidos le ha venido muy bien a esta sociedad que en 2003 facturaba apenas 800.000 euros.

Legalitas quiere llevar su producto, además de a Brasil, a Colombia, a México y a Miami (Estados Unidos), también de la mano de un socio local. No obstante, antes ha puesto en marcha un plan de fidelización con un coste en marketing de seis millones de euros. Una iniciativa que se enmarca en un plan estratégico a cinco años que incluye la posibilidad de salir a bolsa.

Bañuelos decidió salir de España cuando le apartaron de la gestión de Astroc (hoy en día Quabit) y le quitaron la titularidad de las acciones. Aunque mantuvo su despacho en Madrid en la calle José Abascal, se refugió en Londres y puso rumbo a Brasil. Allí ha decidido invertir gran parte de la fortuna que amasó con su actividad de broker del suelo. En este país ha conseguido ya ser el primer accionista de la mayor inmobiliaria local. Este año tiene previsto invertir 800 millones de euros para, entre otras cosas,  crear el mayor grupo hotelero de Brasil. Para ello se ha asociado con Accor y con el grupo árabe Jumeriah para hacer casi 6.000 habitaciones de cara al Mundial de Fútbol de 2014 y a los Juegos Olímpicos de 2016.

Tras desaparecer de los focos mediáticos a principios de 2007, Bañuelos reapareció en una revista brasileña en noviembre del pasado año en la que afirmó que invertiría en centros comerciales, alimentación, energía, infraestructura, medio ambiente e inmobiliarias. También le interesa el negocio de la salud y el financiero.

El valenciano, de 43 años, explicó en el semanario Exame que la gestión de todos sus proyectos “tiene que ser local. Yo aporto el capital, el conocimiento y la experiencia internacional que he adquirido a lo largo de los años”. El empresario argumentó que “no me interesa ser sólo un inversor institucional. Quiero ayudar a las empresas a consolidarse y que tengan mucha vida”. Por eso, Bañuelos aseguró que “he venido a Brasil para quedarme por lo menos 40 años