El café con leche: corto de azúcar y en taza pequeña

Son dos de las materias primas más calientes en los últimos meses, con el permiso del oro. Los futuros del café y del azúcar han subido como la espuma en las últimas semanas y este incremento no tardará en llegar al bolsillo del consumidor final.

La escasez de suministro y una fuerte demanda han jugado un papel clave en el repunte de las últimas semanas. En el caso del café, los precios se dispararon el pasado jueves hasta un 10% ante la falta de provisiones de semillas -las reservas han caído a su nivel más bajo desde mediado de 2002-, aunque los analistas piensan que estas restricciones serán temporales. Los futuros con vencimiento en septiembre subieron 8,25 dólares o un 5% hasta 168,75 dólares la libra.

Un día antes, el miércoles, fijaba máximos de doce años: 176,50 dólares. Desde principios de junio, el avance alcanza ya el 25%.

Y el avance alcista podria continuar en los próximos meses ya que se teme que las condiciones meteorológicas pasen factura a las cosecha de Brasil y Colombia. Además, las semillas de mayor calidad no llegarán al mercado tan pronto como se preveía, según explica al Financial Times un gestor de hedge funds.

Precisamente, el café se convertido en los últimos meses en el blanco de las apuestas bajistas de estos fondos de inversión alternativa con lo que el repunte del último mes ha provocado importantes pérdidas en los bolsillos de los especuladores que habían apostado por la caída de precios.

Esta subida no tardará en trasladarse al consumidor final, en un mes a más tardar, según los expertos. El impacto, según el máximo responsable de Organización Internacional del Café en Londres, Ernesto Osorio, podría llegar ser hasta del 10%. No obstante, el traslado al precio final podría retrasarse ya que, tradicionalmente en los meses de julio y agosto se bebe menos café.

El azúcar también se encarece

Otra de las materias primas que ha experimentado una fuerte volatilidad en los últimos días ha sido el azúcar. El fuerte descenso de las reservas y las previsiones de una drástica caída de la producción ha provocado que la brecha entre el azúcar refinado -el que llega al consumidor- y el que no está tratado -la caña de azúcar- se haya ampliado hasta mázimos de 22 años.

Tailanda, el segundo mayor exportador de este producto, prevé una caída de hasta el 13% en la próxima cosecha debido al retraso de las lluvias y a las previsibles inundaciones que, según los expertos, dañarán la caña de azúcar. Además, desde la Oranización Internacional del Azúcar se prevé una caída de los inverntarios hasta mínimos de 20 años.

Los precios de la caña de azúcar se han hundido un 47% después de fijar máximos de 30 años a principios de enero: 30,4 centavos la libra.

Esto ha provocado que la prima entre este tipo de azúcar y el que está ya refinado se haya situado por encima de 175 dólares la tonelada, el nivel más alto desde 1987, cuando comenzaron a cotizar los futuros de esta materia prima. De nuevo, el principal perjudicado, el consumidor final del azúcar. Y según los expertos, es muy problable que se mantengan en niveles máximos hasta la siguiente cosecha. El azúcar, al igual que el café, ha sido otro de los caramelos preferidos por los hedge funds en los últimos meses.