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El holding de la nueva caja nace repleto de agujeros y con el 'muerto' de Iberdrola
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ARRASTRA GRANDES MINUSVALÍAS

El holding de la nueva caja nace repleto de agujeros y con el 'muerto' de Iberdrola

La nueva entidad resultante de la fusión de Caja Madrid y de Bancaja tendrá que resolver un problema de considerable tamaño: el agujero de un holding

Foto: El holding de la nueva caja nace repleto de agujeros y con el 'muerto' de Iberdrola
El holding de la nueva caja nace repleto de agujeros y con el 'muerto' de Iberdrola

La nueva entidad resultante de la fusión de Caja Madrid y de Bancaja tendrá que resolver un problema de considerable tamaño: el agujero de un holding industrial que tiene como máximos exponentes a Iberia y a Iberdrola. La participación del 5,7% de la eléctrica en manos de la caja valenciana, genera, además de enormes minusvalías latentes, un problema de gestión puesto que la caja madrileña es uno de los asesores de cabecera de la ACS de Florentino Pérez.

 

A precios de mercado, la unión de los paquetes de acciones que Caja Madrid y Bancaja tienen en sociedades cotizadas asciende a 4.632 millones. Entre las inversiones más voluminosas están el 5,7% en el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán, el 15% de Mapfre, el 23% de Iberia y el 20% de Indra. Pero además, ambas entidades tienen el 15,7% de NH Hoteles, el 5% de Enagas, el 10% de SOS, el 20% de Mecalux, el 27% de Realia y el 38% de Banco de Valencia.

Entre todas estas participaciones suman algo más de 4.600 millones, 400 menos de en los que valoró Bancaja su holding de inversiones cuando lo creó a finales de julio de 2007. Pocos días después, vendió un 35% de esa sociedad de cartera a Deutsche Bank y a Guggenheim por 1.355 millones, con un descuento del 12%. En lo que se denominó Bancaja Inversiones se incluía una participación creciente en Iberdrola, en plena batalla por el control accionarial con ACS.

La caja valenciana, que tiene un asiento en el consejo de la eléctrica, se puso del lado de Galán y elevó su participación del 3,5% al 6% con una inversión de 1.255 millones. Ese paquete tenía una valoración en ese momento de algo más de 3.000 millones. Hoy, en el caso de que la nueva entidad quisiera venderlo, apenas obtendría 1.577 millones en el mejor de los casos puesto que tendría que hacerlo con un suculento descuento. Un trago difícil de digerir para la caja valenciana que antes o después tendrá que recomprar a Deutsche Bank y a Guggeheim su participación por mucho menos de lo que pagaron estos inversores hace casi tres.

Tampoco va sobrada de éxitos Caja Madrid en sus incursiones financieras. Tras las grandes plusvalías obtenidas con las ventas de Telefónica y de Endesa, la entidad presidida por Rodrigo Rato tiene más agujeros que un queso gruyere. Ahí están las pifias en Mecalux, donde pierde 58 millones, o la de SOS, en la que en apenas año y medio ha visto como se han evaporado 128 de los 150 millones invertidos. Otras de las compañías participadas también andan con serios problemas, como Realia, de la que tiene el 27% y que se ha hundido en bolsa, y NH Hoteles, que tuvo que recurrir a una ampliación de capital ante su delicada situación financiera.

Iberia, de la que Caja Madrid es el principal accionista, está en vías de solución tras su anunciada fusión con British Airways. Pero, mientras se cierra esta integración, la entidad española arrastra una maleta muy pesada. Su 23% vale 438 millones, menos de lo que pagó en noviembre de 2007 por el 13% que estaba en manos de Legista y de BBVA. Pagó por esas acciones 3,60 euros por una acción que hoy cotiza a 2,3. El otro 10% que lo adquirió cuando se privatizó la aerolínea le costó más de 3 euros por títulos. Una ruina que tardará años en coger vuelo.

De lo poco que salva es Mafre e Indra. De la aseguradora tiene un 15%, valorado en cerca de 1.000 millones –es su mayor inversión-, pero cuando se hizo el canje de activos de los negocios comunes la acción del grupo de protección se hizo a más de tres euros. Hoy se cambian en el mercado a cerca de 2,3. Lo más sano es la participación del 20% en la empresa de tecnología, cuyo capital comparte con los March. Aunque los últimos paquetes los adquirió por encima de loa cotización actual, su venta podría reportarle unos ingresos de 461 millones.

La nueva entidad resultante de la fusión de Caja Madrid y de Bancaja tendrá que resolver un problema de considerable tamaño: el agujero de un holding industrial que tiene como máximos exponentes a Iberia y a Iberdrola. La participación del 5,7% de la eléctrica en manos de la caja valenciana, genera, además de enormes minusvalías latentes, un problema de gestión puesto que la caja madrileña es uno de los asesores de cabecera de la ACS de Florentino Pérez.

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