Recol ampliará capital por 3,7 millones para eludir el concurso

Una de las empresas de internet con más solera creadas en España, Recol, fundada en 1999 para dar servicios de tecnologías de la información a los colegios profesionales, ha decidido acometer una ampliación de capital -la tercera de su corta existencia- de 3,7 millones de euros, que triplicará por tres sus acciones hasta totalizar 5,04 millones de euros de capitalización. El fin no es otro que evitar la insolvencia a la que le conduce el pago de un requerimiento fiscal de Hacienda por valor de 1,76 millones de euros, correspondiente a una plusvalía obtenida en 2001 con la venta de un inmueble.

 

En esas fechas, Recol vivió la borrachera de la burbuja de internet, lo que le permitió captar casi 30 millones de euros y 8.000 accionistas, que se repartieron entonces el 30% del capital social de la compañía, completado además por Alkhaid y Catalana de Iniciativas (con el 16% del capital cada una), la Fundación Recol (7%), los colegios profesionales (5%) y consejeros y ejecutivos. El dinero captado se esfumó en menos de un año, lo que originó una demanda por estafa contra ejecutivos y consejeros, entre ellos Juan Miguel Villar Mir.

Superado este quebranto, incluido el sobreseimiento en marzo de 2009 de la causa por el juzgado central de la Audiencia Nacional -que libró a Villar Mir, imputado por el juez Garzón, de apertura de juicio oral-, la empresa acometió una segunda ampliación de capital para poder “salvar los muebles”. Bajo la presidencia de Pedro Chicharro, la dirección general de Ángel Montes y la supervisión en la sombra de Juan Miguel Villar Mir, ha conseguido cerrar los últimos seis ejercicios con beneficios.

Sin embargo, las salvedades son importantes. La más relevante es que un acta tributaria levantada en 2004 al no admitirse la reinversión de la plusvalía de la venta del inmueble citado, obligó a la empresa a liquidar 1,76 millones en marzo, a la espera de que su recurso de súplica, realizado in extremis la pasada Semana Santa, sea aceptado. En cualquier caso, la sociedad necesita fondos ya que en 2003 tuvo que activar un crédito fiscal por 2,84 millones y la generación de beneficios habida desde entonces, de poco más de 700.000 euros, justifica las dudas razonables sobre su compensación futura, ya expresadas por el auditor.

La empresa, que contabilizó un beneficio de 82.4150 euros en 2009, con unos ingresos de 1,62 millones, cuenta como principales accionistas con la sociedad catalana de capital riesgo Catalana d’Iniciatives, 24,9% del capital, Juan Miguel Villar Mir, con el 24%, el Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos y Banco Caminos, con casi el 7%, Cofares, con el 1,4%, y el resto está en manos de otros colegios y 8.000 inversores individuales, atrapados desde el año 2000.

El éxito de la ampliación está casi garantizado

Fuentes autorizadas han informado a El Confidencial de que los accionistas importantes suscribirán su parte -incluso se especula con que Villar Mir, muy interesado en que Recol no sea un borrón en su carrera empresarial, garantizando el éxito de la ampliación. El año pasado, la Fundación Red de Colegios Profesionales, que es la génesis y el embrión  de Recol, integrada por los colegios profesionales de ingenieros aeronáuticos, caminos y farmacéuticos, “donó” a Recol las acciones que tenía en propiedad, el 4% del capital, por un valor de 179.000 euros. A cambio, la empresa condonó la deuda por servicios prestados, resultando un saldo impagado de 264.000 euros. El deterioro resultante se cargó contra reservas, y si se hubiera contabilizado como pérdida, el ejercicio habría terminado en números rojos. A partir de ahora, Recol negocia la venta de servicios directamente con los colegios.

Otro problema que afronta la compañía es un doble requerimiento del Ministerio de Industria, reclamando el reintegro parcial de una ayuda por valor de medio millón de euros y el rechazo de las justificaciones de ayuda en otro proyecto por valor de 818.000 euros.

A pesar de todas estas turbulencias, Recol ha conseguido sobrevivir al estallido de la burbuja de internet, a las irregularidades cometidas por sus antiguos gestores, y a la brutal crisis económica actual. Su futuro depende del éxito de los proyectos acometidos en certificación de correo, soluciones innovadoras de iluminación led, una plataforma de promoción audiovisual y la ventanilla única colegial, entre otras.  Este año ha comenzado a desarrollar su acuerdo de distribución de Google Aps y otros servicios “en la nube de internet”, cloud computing. A pesar de mantener todavía litigios en Argentina, tras el cierre de su filial en los años del desmadre, Recol pretende promoverse a nivel internacional. Asimismo, Recol ofrece asesoría integral a pymes y autónomos a través de la filial Red Serviasesor, y explota el negocio cultural con su otra filial, Arqueología Virtual.