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Caixa Galicia y Caixanova se ponen un ‘controller’ para evitar abusos de poder
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LA FUSIÓN ESTARÁ CERRADA EN SEPTIEMBRE

Caixa Galicia y Caixanova se ponen un ‘controller’ para evitar abusos de poder

Después de muchos tiras y aflojas, los consejos de administración de Caixa Galicia y Caixanova han dado por fin el visto bueno a su fusión. Las cesiones finales

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Caixa Galicia y Caixanova se ponen un ‘controller’ para evitar abusos de poder

Después de muchos tiras y aflojas, los consejos de administración de Caixa Galicia y Caixanova han dado por fin el visto bueno a su fusión. Las cesiones finales de Julio Fernández Gayoso, que aspiraba a eternizarse en el nuevo grupo con nueve años más de presidente, permitieron desbloquear el acuerdo. Ambas entidades han aprobado una presidencia rotatoria durante tres años y el intercambio de poder en la comisión de control.

De esta manera, un representante de Caixanova –el propio Gayoso- será presiente del grupo resultante durante 18 meses y otro de Caixa Galicia –todavía por decidir el restante año y medio. Mientras Gayoso precisa la nueva caja, el presidente de la comisión de control será un hombre de la entidad coruñesa, mientras que cuando el de Caixa Galicia ocupe la presidencia, el primer ejecutivo de la comisión de control procederá de Vigo.

Así se resuelve una lucha de poder que se había enconado por las pretensiones de Gayoso, de 79 años de edad, de permanecer en el cargo durante nueve años, los cinco de un periodo transitorio más dos prórrogas de dos años. Al final, el veterano presidente ha optado por ceder a las presiones de la Xunta de Galicia, que le había amenazado con aplicarle la ley de cajas –limita la edad de primer ejecutivo a los 70 años- y quitarle su sillón al frente de Caixanova en los próximos meses.

También se ha cerrado el reparto de las sedes y el nombramiento del primer ejecutivo, que queda tal y como adelantó este diario el pasado 29 de marzo. Habrá dos centros operativos, uno en La Coruña y otro en Vigo. La sede social y fiscal estará en la capital del norte de la comunidad, mientras que la institucional estará en la capital de Pontevedra. Queda por adjudicar el lugar donde se ubicará la fundación.

La gestión de la nueva caja, la quinta de España, estará en manos de José Luís Pego, actual director general de Caixanova. Pero se creará una dirección general adjunta, que recaerá en un hombre de Caixa Galicia. Así, la entidad de Vigo impone una de sus muchísimas exigencias con la justificación que es la que en mejor situación financiera tiene a día de hoy.

Los siguientes pasos

Una vez alcanzado el acuerdo de mínimos, los equipos de ambas entidades se pondrán a desarrollar los compromisos para ponerlos en un protocolo de fusión. Para ello contarán con el apoyo de varios consultores, que serán contratados en breve. Hasta la fecha, Caixa Galicia había contado con el asesoramiento de Pricewterhouse y de The Boston Consulting Group, mientras que Caixanova había sido ayudada por Deloitte y Analistas Financieros Internacionales (AFI). KPMG trabajó para la Xunta y elaboró el informe en el que se han basado las conversaciones para la fusión.

Con las due dilligences terminadas, lo cual debe concretarse en las próximas cuatro semanas, las dos cajas convocarán a sus respectivos consejos para aprobar la fusión antes del 30 de junio y así poder beneficiarse de las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Como publicó El Confidencial la pasada semana, se pedirán 1.176 millones de euros.

Si se cumplen estos trámites, se prevé que las dos asambleas de compromisarios den el visto bueno final a la fusión entre septiembre y octubre. La operación tiene el visto bueno de los sindicatos, que han aceptado un recorte de plantilla de unas 1.000 personas mediante prejubilaciones a los 55 años. También se cerrarán unas 250 oficinas. 

Después de muchos tiras y aflojas, los consejos de administración de Caixa Galicia y Caixanova han dado por fin el visto bueno a su fusión. Las cesiones finales de Julio Fernández Gayoso, que aspiraba a eternizarse en el nuevo grupo con nueve años más de presidente, permitieron desbloquear el acuerdo. Ambas entidades han aprobado una presidencia rotatoria durante tres años y el intercambio de poder en la comisión de control.