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Andrey Melnichenko: el Abramovich mallorquín en versión excéntrica
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Andrey Melnichenko: el Abramovich mallorquín en versión excéntrica

Su juventud no le ha impedido colarse en las listas de las personas más ricas del mundo.  Este milmillonario ruso, con 38 años y una fortuna

Foto: Andrey Melnichenko: el Abramovich mallorquín en versión excéntrica
Andrey Melnichenko: el Abramovich mallorquín en versión excéntrica

Su juventud no le ha impedido colarse en las listas de las personas más ricas del mundo.  Este milmillonario ruso, con 38 años y una fortuna de más de 6.200 millones de dólares, comenzó vendiendo ordenadores con algunos de sus compañeros del colegio, y estableciendo una cadena de cabinas de cambio de monedas. Años después, en 1993, sería uno de los confundadores del banco moscovita MDM, que en menos de 10 años se convirtió en uno de las mayores entidades privadas de Rusia, llegando a manejar las cuentas de millonarios del petróleo y de su paisano Roman Abramovich.

Su visión de negocio pasó por comprar, en 1997, las acciones de los otros dos propietarios del banco, pasando a ser el único dueño. Pero ésa no fue la única acción que llevó a este licenciado en Física por la Universidad de Moscú a la lista Forbes. En 1998 se unió al millonario de los metales, Sergei Popov y dos años después comenzaron a acumular todo un imperio industrial, gracias a tres empresas: Eurochem, SUEK (especializada en carbón y energía) y TMK, fundada en 2001.

La primera de ellas es, en la actualidad, el mayor productor ruso de fertilizantes, y Melnichenko puede presumir de poseer el 95% de la compañía, después de adquirir las acciones de Popov. TMK tampoco se queda atrás: es el mayor fabricante y exportador ruso de tubos de acero. De hecho, la empresa, que comenzó a cotizar en la bolsa de Londres en 2006, produce casi toda la gama de tuberías existentes que se emplean en el sector petrolífero, así como en la industria química y del gas.

Ese mismo año, tanto Melnichenko como Popov vendieron la compañía a su amigo millonario Dimitry Pumpyansky, y meses después comenzaron la división del resto de negocios. En la idea de expansión de Melnichenko estaba la compra de acciones del líder alemán de fertilizantes K+S Group, que tiene operaciones en Chile y Francia. El bombazo llegó en 2007, cuando los dos empresarios adquirieron el 50% de Gazprom.

Su lujoso yate le supera en fama

Pero casi más que por sus transacciones comerciales, este magnate es famoso por sus excentricidades y, sobre todo, por su yate ‘A’, denominado así por la inicial de su esposa, la Miss Yugoslavia Aleksandra Melnichenko. Más bien se trata de un superyate, todo un símbolo en Rusia y una de las principales atracciones veraniegas de Baleares cada año. Similar a un buque de guerra y fabricado a prueba de bombas, cuenta con helipuerto, tres piscinas, una tripulación de 37 personas, cristales tintados, inhibidores de radar, una longitud de eslora superior al largo de un campo de fútbol y, por supuesto, un elevado consumo de diesel de 60 galones por hora, así como 44 cámaras de seguridad con sensores de movimiento y un sistema de seguridad por huellas digitales, tal y como señala The Wall Street Journal. Todo un superyate digno de ver, aunque son pocos los que tienen el privilegio, pues su mujer y él rara vez tienen invitados a bordo.

Diseñado por Starck en sólo 4 horas, el mismo creador al que recurrió Abramovich (los dos rusos mantienen una especie de rivalidad en pos del mayor superyate del mundo) para el buque ‘Pelorus’, el ‘A’ se encuentra entre los diez yates privados más largos del mundo y le ha costado la friolera de 300 millones de dólares. Su mantenimiento se cifra en más de 20 millones anuales. Todo un símbolo de la plutocracia rusa que no se ha visto afectado por la crisis.

Entre sus excentricidades se cuenta que en su boda, en 2005, llegó a pagar 4 millones de dólares a Christina Aguilera para que cantara durante la celebración o que desembolsó más de dos millones por disfrutar del dúo de Jennifer López y su marido Marc Anthony.

Su juventud no le ha impedido colarse en las listas de las personas más ricas del mundo.  Este milmillonario ruso, con 38 años y una fortuna de más de 6.200 millones de dólares, comenzó vendiendo ordenadores con algunos de sus compañeros del colegio, y estableciendo una cadena de cabinas de cambio de monedas. Años después, en 1993, sería uno de los confundadores del banco moscovita MDM, que en menos de 10 años se convirtió en uno de las mayores entidades privadas de Rusia, llegando a manejar las cuentas de millonarios del petróleo y de su paisano Roman Abramovich.

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