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El rey nórdico Nokia se derrite ante el empuje de los iPhone (Apple) y Blackberrys (RIM)
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El rey nórdico Nokia se derrite ante el empuje de los iPhone (Apple) y Blackberrys (RIM)

Nokia huele a naftalina y ya no es más que una sombra de lo que un día fue. El que a finales del siglo XX, comienzos

Foto: El rey nórdico Nokia se derrite ante el empuje de los iPhone (Apple) y Blackberrys (RIM)
El rey nórdico Nokia se derrite ante el empuje de los iPhone (Apple) y Blackberrys (RIM)

Nokia huele a naftalina y ya no es más que una sombra de lo que un día fue. El que a finales del siglo XX, comienzos del XXI, fuera emperador indiscutible en un nuevo mercado de la telefonía móvil, ha visto como los ‘más jóvenes’ han llegado a escena pisando fuerte. El jueves, sus acciones se desplomaron en Helsinki un 14%, hasta los 9,68 euros, la mayor caída desde el 15 de julio del año pasado. Y es que los mercados encajaron muy mal sus resultados. Esperaban un beneficio neto de 409,6 millones de euros y sólo ganó 349 millones. La competencia del Apple y Blackberry ha sido voraz.

Se habla del comienzo del declive de Nokia, pese a que sus resultados son sensiblemente mejores a los presentados en el mismo periodo del año anterior con un beneficio neto de 122 millones. Desde finales de los 90 a la actualidad, la capitalización en bolsa de la compañía ha pasado superar los 160.000 millones de euros a apenas 40.000. Pero sigue siendo el rey

El caso es que la compañía con sede en Finlandia carece del éxito que tienen los dispositivos de pantalla táctil de alta tecnología del iPhone de Apple y de BlackBerry, que arañan cuota de mercado gracias a precios más competitivos. A esto hay que sumar que la llegada de otros fabricantes asiáticos, llamados mercado gris, ha obligado a Nokia a revisar a la baja sus cifras de cuota de mercado en el mes de marzo, según explica Bloomberg.com.

“Parece que han tenido que bajar precios muy agresivamente para conseguir mantener su cuota de mercado a flote, tanto en la gama baja dónde la competencia de China es implacable, como en la gama alta, donde Apple y sus imitadores se están zampando la cuota de mercado”, aseguraba a la agencia un analista de Exane BNP Paribas.

Y es que frente a la caída de Nokia, Apple va como un tiro. Las ventas del iPhone ha sido más del doble en el primer trimestre del año con respecto al mismo periodo del año anterior. El lunes, el gigante tecnológico anunció un beneficio neto de 3.070 millones de dólares entre enero y marzo, frente a los 1.620 millones de 2009, gracias, en parte, a las ventas de su popular teléfono móvil, 8,75 millones de unidades, un 131% más que el año anterior.

Las comparaciones son odiosas, pero mientras Nokia ha visto como su valor en bolsa se ha reducido desde los 203.000 millones que tenía en 1999 a apenas 36.000 millones, Apple es el rey del mercado con una capitalización bursátil de más de 240.000 millones.

Por primera vez en su historia, la compañía finlandesa no ha sido capaz de reinventarse a sí misma. Echando la vista atrás a sus inicios se puede pensar que Nokia adolece ya del cansancio propio de la edad y de batallar una y otra vez con el cambio de los tiempos. Sus orígenes se remontan a mediados del S. XXI, por supuesto, muy lejos del sector tecnológico.

Comenzó como una fábrica de pulpa de madera para elaborar papel en Keilaniemi de Espoo, al sur de Finlandia. Europa vivía en plena revolución industrial y pronto Nokia supo subirse al tren del éxito. Alrededor de la fábrica se fueron estableciendo asentamientos humanos que adoptaron el mismo nombre y Nokia aprovechó la separación del país del Imperio Ruso para comenzar a exportar y a crecer horizontalmente.

A finales de 1800, una fábrica de caucho se asentó en la zona de influencia de Nokia para dedicarse a la confección de zapatos y pocos años después comenzaron a utilizar también el nombre de Nokia como marca. Ampliaron su negocio al del resto de derivados del caucho, como gabardinas, pelotas o juguetes y hacia 1922 adquirieron otra empresa de cables que crecía en el cetro de Helsinki. Por esas fechas, los tres consorcios acabaron girando entorno a la misma administración.

A partir de ahí, Nokia ha sabido ir de la mano de los tiempos. Aterrizó en el mundo de las telecomunicaciones a principios de los años '60 tras crear un departamento de electrónica en la compañía de cables para aprovechar el boom de los cables telefónicos. Diez años después, llegaron las transmisiones por microondas y Nokia se subió a la ola de las exportaciones de equipos de transmisión primeros a sus países cercanos y luego a todo el mundo.

Pionero en la digitalización de los servicios de telecomunicaciones, Nokia ha sabido ir creciendo gracias también a asumir ciertos riesgos en un mundo que todavía cambiaba a un ritmo más lento. Con la creación del sistema DX 200, consiguió convertirse en plataforma de ordenadores y a fecha de hoy continúa siendo la base de la telefonía fija y móvil.

Nokia huele a naftalina y ya no es más que una sombra de lo que un día fue. El que a finales del siglo XX, comienzos del XXI, fuera emperador indiscutible en un nuevo mercado de la telefonía móvil, ha visto como los ‘más jóvenes’ han llegado a escena pisando fuerte. El jueves, sus acciones se desplomaron en Helsinki un 14%, hasta los 9,68 euros, la mayor caída desde el 15 de julio del año pasado. Y es que los mercados encajaron muy mal sus resultados. Esperaban un beneficio neto de 409,6 millones de euros y sólo ganó 349 millones. La competencia del Apple y Blackberry ha sido voraz.

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