Riberas, milmillonario y gigante del acero, fallece con la misma discreción con la que creó su imperio

El sábado falleció uno de los grandes empresarios españoles a los 78 años de edad. Francisco Riberas, presidente del Grupo Gestamp, dijo adiós en Madrid con la misma discreción que ha caracterizado toda su vida dedicada al negocio del metal.

Riberas fue uno de aquellos hombres hechos a sí mismos. Desde su infancia cogió al toro por los cuernos para cambiar su destino. Y lo consiguió. A base de tesón y esfuerzo logró entrar en el privilegiado grupo de millonarios españoles, con un patrimonio de entre 3.000 y 1.800 millones de dólares.

Creador del imperio industrial Gestamp-Gonvarri, que cuenta con más de 20.000 trabajadores a lo largo de todo el mundo, la historia de Riberas comienza en el barrio madrileño de Usera, donde se instaló con sus padres poco antes de comenzar la Guerra Civil Española tras abandonar el pueblecito burgalés de Rabé de las Calzadas.

Al poco de finalizar la guerra, con tan sólo trece años, se vio obligado a dejar la escuela para ponerse a trabajar y poder ayudar económicamente en su casa. En un modesto taller de cerámica aprendió el oficio de decoración de porcelana pero sus miras iban mucho más allá de ser toda su vida un asalariado.

La historia de Riberas es la de uno de esos hombres con inquietudes que no temen arriesgar para alcanzar su sueño. A los 25 años de edad se unió a un grupo de amigos para crear una pequeña sociedad destinada a la venta de estaño y cuerdas para piano y guitarra.

Con 20.000 pesetas de inversión inicial pusieron en marcha Gonvarri, que más tarde se convertiría en Gestamp, la primera empresa española de la industria transformadora del acero y de la estampación para componentes de automóviles y una de las primeras  de Europa.

En 1968 sus socios abandonaron la empresa coincidiendo en el tiempo con la llegada de las grandes marcas de coches a España en busca de mano de obra barata. Así, su negocio acabó de despegar y creció tanto que Aceralia se interesó por la compañía.

Así, Riberas se quedó con el 65% de la siderúrgica valorado en 308 millones y Arcelor con el otro 35%. Corporación Gestamp, matriz de todas las empresas del grupo, factura más de 3.100 millones.