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Conservas Garavilla busca socios entre el capital riesgo para expandir los productos Isabel
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GARAVILLA NEGOCIA YA CON UNA FIRMA NACIONAL

Conservas Garavilla busca socios entre el capital riesgo para expandir los productos Isabel

Conservas Garavilla quiere aprovechar el proceso de reconversión que atraviesa la industria conservera nacional. La propietaria de marcas como Isabel, una de las enseñas de referencia

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Conservas Garavilla busca socios entre el capital riesgo para expandir los productos Isabel

Conservas Garavilla quiere aprovechar el proceso de reconversión que atraviesa la industria conservera nacional. La propietaria de marcas como Isabel, una de las enseñas de referencia del mercado de alimentación, negocia con una firma de capital riesgo una futura ampliación de capital con la que financiar su expansión dentro y fuera del territorio nacional, según han reconocido a este diario al menos dos fuentes informadas de la operación.

Aunque las conversaciones entre Conservas Garavilla y la firma de capital riesgo están en régimen de exclusividad, es decir, no abierto a subasta, el acuerdo entre las partes no tiene previsto estar listo hasta pasado el verano. “De momento, todo está aún en una fase inicial, pero es probable que se formalice a lo largo de los próximos meses”, reconoce un interlocutor informado de los contactos. “Hay buena sintonía y entendimiento entre ambos”.

Como otras muchas compañías del sector, Conservas Garavilla es un negocio familiar. En su caso, la creadora de la popular marca Isabel (acuñada en la década de los 60) es una empresa con origen en el País Vasco fundada a finales del siglo XIX por José de Garavilla Quintana, que varias generaciones después aún sigue como propietaria y gestora de la conservera, afincada primero en Bermeo y desde hace unos años en la nueva sede de Mundaka.

En el caso de la familia Garavilla, su estrategia para la conservera está muy definida: explotar comercialmente una marca consolidada como Isabel y abrirse camino en nuevas líneas de producto, como ya han hecho con éxito en el segmento de las ensaladas. Sobre los centros de producción, tienen también claro que no forma parte del núcleo duro del negocio y que además deben estar lo más cerca posible del lugar donde se pesque la materia prima.

Respecto a las cifras de la compañía, Conservas Garavilla facturó en 2008 unos 240 millones de euros,  un 9% más que el año anterior. El 60% de su negocio se concentra en el mercado español, mientras que el resto se reparte fundamentalmente en Iberoamérica, Magreb, Italia, Francia y Gran Bretaña. Actualmente, la empresa cuenta con una plantilla de más de 2.000 trabajadores, de los que 150 están en sus cuarteles generales del País Vasco.

El movimiento de Garavilla no es único. Otras conserveras han tratado de emprender caminos similares, bien para tratar de salvar un negocio a la deriva, como está ocurriendo con la gallega Conservas Alfageme, productora de la marca Miau, que ha recibido una inyección de liquidez de la Xunta para cumplir con sus compromisos de pago, o para aprovechar la coyuntura y consolidar una marca líder, como quiso hacer Carlyle con la familia de Calvo.

Conservas Garavilla quiere aprovechar el proceso de reconversión que atraviesa la industria conservera nacional. La propietaria de marcas como Isabel, una de las enseñas de referencia del mercado de alimentación, negocia con una firma de capital riesgo una futura ampliación de capital con la que financiar su expansión dentro y fuera del territorio nacional, según han reconocido a este diario al menos dos fuentes informadas de la operación.

Isabel Preysler Capital riesgo