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Díaz Ferrán pone a CEOE al pie de los caballos tras la intervención de su aseguradora
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LOS PROBLEMAS DE SU PRESIDENTE DEBILITAN LA POSICIÓN DE LA PATRONAL

Díaz Ferrán pone a CEOE al pie de los caballos tras la intervención de su aseguradora

Gerardo Díaz Ferrán vuelve a estar en entredicho. Y lo que es todavía más relevante, la propia CEOE se sitúa de nuevo en el punto de

Foto: Díaz Ferrán pone a CEOE al pie de los caballos tras la intervención de su aseguradora
Díaz Ferrán pone a CEOE al pie de los caballos tras la intervención de su aseguradora

Gerardo Díaz Ferrán vuelve a estar en entredicho. Y lo que es todavía más relevante, la propia CEOE se sitúa de nuevo en el punto de mira de la opinión pública en unos momentos especialmente delicados desde el punto de vista del diálogo social. Justo cuando sindicatos, Gobierno y patronal están discutiendo lejos de las cámaras una nueva reforma laboral.

El golpe de gracia al presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) lo dio ayer el Ministerio de Economía, que ordenó la disolución de Seguros Mercurio, una sociedad propiedad del presidente de los empresarios y de su socio, Gonzalo Pascual. Lo relevante no es tanto la decisión de la dirección general de Seguros -que se ajusta a lo que estipulan las normas a la luz de la quiebra patrimonial de la compañía y a su falta de tesorería- sino, sobre todo, en qué condiciones queda el presidente de CEOE tras este nuevo revés empresarial. Y que se suma a los de Air Comet y la propia Marsans, en proceso de venta.

 

Seguros Mercurio es una pequeña compañía -especializada en el ramo del automóvil- que no tiene la dimensión de Viajes Marsans o de Air Comet, pero que en palabras de alguien que conoce bien los entresijos de la patronal, es la gota que colma el vaso. Básicamente por una razón, la intervención llega en el peor momento. Cuando los agentes sociales tienen por delante apenas un mes para seguir negociando una reforma laboral. Y lo que temen algunos dirigentes empresariales es que la posición de CEOE se vea debilitada por los problemas económicos del grupo de empresas Díaz Ferrán. Tiempo era, precisamente, lo que quería ganar el presidente de la CEOE en sus discusiones con Seguros, y ayer el propio Díaz Ferrán reconoció que había pedido 45 días más a los funcionarios de Economía para negociar. Ni que decir tiene que no lo consiguió.

La opinión generalizada dentro de la CEOE es que la disolución de Seguros Mercurio por insolvencia no arrastrará en la caída por el momento al propio Díaz Ferrán, que en los últimos meses ha presentado su renuncia a la ejecutiva de CEOE en dos ocasiones, coincidiendo en ambos casos con problemas económicos de sus empresas. Pero dicho esto, otras fuentes sostienen que incluso el Gobierno está interesado en “sostener” al presidente de CEOE como sea, ya que negocia desde una posición de debilidad, y eso en última instancia le favorece. Díaz Ferrán, por lo tanto, seguirá al frente de la patronal, salvo que los embrollos que envuelven a sus empresas acaben derivando en problemas judiciales. Entre otras razones debido a que nadie dentro de la junta directiva de los empresarios quiere abrir el melón de la sucesión presentando su propia candidatura o configurando otra. Ni Joan Rosell (Cataluña), ni Santiago Herrero (Andalucía) están dispuestos a abrir una crisis en CEOE, pese a que se trata de dos de los dirigentes que a priori pueden presentarse como alternativa.

El auditor no firma las cuentas

La situación de las empresas de Díaz Ferrán y de su socio es extremadamente preocupante. No sólo en términos económicos sino también de credibilidad, lo cual es especialmente relevante para alguien que negocia en nombre de los empresarios. La auditora Pricewaterhouse Coopers (PWC) se negó el pasado 23 de noviembre a firmar las cuentas anuales de Viajes Marsans, la empresa más importante del grupo. PWC entendía que diversas operaciones realizadas por empresas de la misma sociedad (no se trata de un holding) le impedían hacer una valoración correcta del valor real de esos activos, y concluía que “no nos es posible asegurar, en base a pruebas razonables, que la Sociedad haya podido incluir en las presentes cuentas anuales toda la información relevante”.

Según ese informe de auditoría, Viajes Marsans mantenía saldos a cobrar con empresas de su propio grupo por valor de 189,6 millones de euros, y al mismo tiempo había otorgado garantías estimadas en 212 millones de euros, fundamentalmente a través de empresas vinculadas como Teinver, Air Comtet y Astra Worldwide International Leasings.

Viajes Marsans, en realidad, no es una sociedad holding, sino que las empresas que forman parte del grupo empresarial se prestan activos entre sí en función de sus necesidades de tesorería, lo que ha podido propiciar la caída de Seguros Mercurio. De hecho, el principal cliente de la aseguradora era la propia flota de autobuses propiedad de los socios Díaz Ferrán y Pascual. “Ellos se lo guisaban y ellos se lo comían”, sostienen gráficamente fuentes del sector. Lo que ha pasado, por lo tanto, se parece mucho a una partida de dominó que amenaza con arrastrar a todo el grupo empresarial, y de ahí que se busquen compradores a toda velocidad.

El consejero delegado de Seguros Mercurio, Lorenzo Chacón, achacó ayer los problemas a la fuerte competencia en el sector, al incremento de la siniestralidad y a la caída de los mercados financieros e inmobiliarios, que provocaron un desequilibrio patrimonial de 9,2 millones y unas pérdidas de 15,5 millones al cierre provisional de 2009.

Estos resultados, unidos a la situación patrimonial de la sociedad, hicieron que la compañía mantuviera distintas reuniones con la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones -dependiente del Ministerio de Economía- para restablecer el equilibrio patrimonial de la compañía. En esas conversaciones, añade Chacón, Seguros Mercurio aportó distintos inmuebles, que posteriormente no fueron válidos como garantía.

 

La crisis de la aseguradora viene de lejos, y de ahí que la dirección general de Seguros intentara en las últimas semanas que Mapfre, Mutua Madrileña y la aseguradora catalana FIATC adquirieran Mercurio al grupo Marsans para evitar su disolución, informaron a Efe fuentes del mercado.

La propuesta de Seguros no fue aceptada por ninguna de las tres empresas debido a la difícil situación patrimonial de la aseguradora y a que su negocio no terminaba de encajar con su estrategia. "Las cuentas eran terroríficas", señalaron fuentes del sector asegurador, que destacaron que la compañía del grupo Marsans tenía un patrimonio negativo, algo inusual entre las aseguradoras.Deterioro de la solvencia

La situación de Seguros Mercurio, que cuenta con 49.642 pólizas y 82 empleados, se complicó en 2008, cuando registró unas pérdidas de 14,76 millones de euros, lo que provocó que el margen de solvencia que se exige a las aseguradoras se situara por debajo del mínimo legal en 10,15 millones de euros. El volumen total de activo a cierre de 2008 ascendía a 70 millones de euros, de los que 9,7 millones estaban en efectivo en entidades financieras.

La disolución de Seguros Mercurio, sin embargo, lejos de resolver los problemas no es más que una anécdota dentro de un problema mucho mayor, la propia viabilidad de Marsans, valorada entre 300 y 350 millones de euros, pero fuertemente endeudada. De hecho se han difundido en las últimas semanas que incluso podría ser dada de baja de IATA, la asociación internacional de líneas aéreas, por impagos.   

La española Marsans continúa siendo una agencia de viajes "acreditada" en el sistema de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), según dijo a Efe el director de comunicación corporativa del organismo, Anthony Council. No obstante, Council señaló que no podía dar informaciones sobre clientes individuales en relación al pago de los BSP (el banco que distribuye el importe de los billetes entre las aerolíneas de la IATA), y que Marsans debía afrontar ayer como límite.

Pero recordó que en caso de que una agencia expendedora de billetes no pague a la BSP la cantidad que adeuda -lo que llevaría a la IATA a suspender su licencia para vender billetes de avión- la agencia de viajes no aparecería como validada en la lista que expone la web www.checkacode.com. La compensación entre las agencias expendedoras de billetes y los BSP se lleva a cabo el día 15 de cada mes, y la cifra a pagar correspondiente a febrero por el grupo turístico español se situó entre los 9 y 10 millones de euros.

Gerardo Díaz Ferrán vuelve a estar en entredicho. Y lo que es todavía más relevante, la propia CEOE se sitúa de nuevo en el punto de mira de la opinión pública en unos momentos especialmente delicados desde el punto de vista del diálogo social. Justo cuando sindicatos, Gobierno y patronal están discutiendo lejos de las cámaras una nueva reforma laboral.

CEOE Gerardo Díaz Ferrán