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Más de 141.000 empresas han echado ya el cierre por la crisis
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HA DESAPARECIDO EL 10% DE LAS EMPRESAS QUE COTIZAN A LA SEGURIDAD SOCIAL

Más de 141.000 empresas han echado ya el cierre por la crisis

El sector inmobiliario ha sido el epicentro de la crisis económica en España. Pero la onda expansiva lejos de remitir continúa creciendo. Hasta el punto de

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Más de 141.000 empresas han echado ya el cierre por la crisis

El sector inmobiliario ha sido el epicentro de la crisis económica en España. Pero la onda expansiva lejos de remitir continúa creciendo. Hasta el punto de que durante los dos primeros meses del año nada menos que 15.566 empresas se han dado de baja de los ficheros de la Seguridad Social por falta de actividad. O dicho en otros términos, desde que comenzó el año 2010 cada día cierran 264 empresas.

Lo preocupante no es sólo el número, sino que apenas 2.059 empresas (el 13% del total) estaban relacionadas directamente con el sector de la construcción, lo que significa que se ha producido una especie de metástasis en el tejido productivo del país. Cada día cierran más empresas que no estaban relacionadas directamente con el ladrillo.

No se trata, desde luego, de un fenómeno sobrevenido. Todo lo contrario. Desde que comenzó la crisis económica, este país ha visto como 141.249 empresas se han dado de baja de los ficheros de la Seguridad Social por falta de actividad. O lo que es lo mismo. La recesión se ha llevado por delante una de cada diez empresas que tenía  este país en 2007. Si al  acabar ese año, el sistema público de protección social contabilizaba la existencia de 1.405.938 empresas, al finalizar el año 2009 el número había bajado hasta 1.264.689, lo que da idea de la intensidad de la crisis.

Los datos de la Seguridad Social no se refieren a sociedades meramente mercantiles o instrumentales, y por lo tanto simples artificios jurídicos, sino que son de ‘carne y hueso’. Es decir, se trata de sociedades con trabajadores que cotizan a la Seguridad Social. Y lo que ocurrió el año pasado es que 164.592 empresas se dieron de alta, mientras que, por el contrario, 231.993 se dieron de baja ese año, lo que arroja una mortalidad empresarial equivalente a 67.401 empresas. O lo que es igual, cada día del año pasado cerraron 184 empresas. Para hacer una idea más ajustada de lo que significan estas cifras sólo hay que tener en cuenta que hoy hay menos empresas cotizando a la Seguridad Social de las que había en 2004.

¿Y qué empresas han cerrado? Pues si al comienzo de la crisis la mayoría de las empresas tenían que ver con el sector de la construcción, en 2009 se produjo un deterioro general de la actividad económica. Y así se explica que el año pasado desparecieran 23.000 empresas del sector servicios o 10.100 vinculadas a la industria, cuya capacidad de regeneración es mucho más limitada. Poner en marcha una empresa industrial es mucho más complejo que una de servicios.

La intensidad de la crisis ha provocado, incluso, que algunas empresas hayan dejado el cuadro de honor de las más grandes en términos de plantilla. El número de empresas con más de 1.000 trabajadores ha pasado de 988 a 961 en un año, mientras que otras 17 sociedades han dejado de estar incluidas en el segmento de las que tienen más de 500 empleados.

En el caso de las más pequeñas, las que tienen entre uno y dos trabajadores, 28.064 empresas han dejado de existir a efectos de la Seguridad Social.

Mortandad en las grandes empresas

La mortandad entre las grandes empresas a la luz de los datos de la Seguridad Social es coincidente con la información que ofrece la Agencia Tributaria, cuyos últimos datos reflejan con estrépito el rigor de la crisis. Según Hacienda, en 2009 el número de empresas que facturaron más de 6,01 millones de euros al año (las más grandes) se situó en 30.574. Es decir, hoy existen 6.987 menos empresas grandes que las existentes en 2007, al comienzo de la crisis.    

Esta alta mortalidad empresarial puede explicar un reciente discurso del gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, en el que advertía que de proseguir el deterioro de la actividad económica, el propio sistema financiero puede entrar en serias dificultades. En su opinión, “si la economía no mejora sustancialmente debido a la falta de consenso suficiente para acometer reformas estructurales, las entidades de crédito acabarán viéndose dañadas y no podrán ayudar a la recuperación”. Es decir, que también en el Banco de España preocupa que el deterioro de la actividad económica acabe contaminando a una parte sana del tejido productivo, como de hecho está ocurriendo con el sector servicios.

Hay que tener en cuenta que el sector terciario de la economía ha destruido en los dos últimos años 175.000 empleos, apenas el 10% del total, pese a que representa el 71% de la ocupación. Por el contrario, la construcción ha perdido casi 870.000 puestos de trabajo desde el primer trimestre de 2008, lo que supone casi el 50% de la destrucción total de puestos de trabajo, cuando su peso en el conjunto de la actividad es de apenas el 12%. Si se suma a la crisis el sector servicios, como teme el Banco de España, la luz al final del túnel seguirá sin verse.

El sector inmobiliario ha sido el epicentro de la crisis económica en España. Pero la onda expansiva lejos de remitir continúa creciendo. Hasta el punto de que durante los dos primeros meses del año nada menos que 15.566 empresas se han dado de baja de los ficheros de la Seguridad Social por falta de actividad. O dicho en otros términos, desde que comenzó el año 2010 cada día cierran 264 empresas.

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