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El hombre que derrocó al Gobierno islandés: “Nuestra crisis es similar a la de España”
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El hombre que derrocó al Gobierno islandés: “Nuestra crisis es similar a la de España”

Ningún país europeo ha sufrido las consecuencias de la crisis como Islandia. Esta isla situada a medio camino entre Gran Bretaña y Groenlandia ha pasado del

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El hombre que derrocó al Gobierno islandés: “Nuestra crisis es similar a la de España”

Ningún país europeo ha sufrido las consecuencias de la crisis como Islandia. Esta isla situada a medio camino entre Gran Bretaña y Groenlandia ha pasado del crecimiento extremo a la debacle total. La recesión se ha llevado por delante a su Gobierno, a sus bancos y a su moneda. Desde Ferrara, donde participó en el festival de la revista Internazionale, el escritor y activista islandés Andri Snaer Magnason analiza cómo la depresión ha cambiado su país y advierte de los puntos comunes entre España e Islandia frente a la crisis.

 

“En 2002 el Gobierno islandés decidió doblar nuestra producción de energía, lo que provocó un boom inmobiliario y la llegada de mucho dinero del extranjero a nuestro economía. En España, el lugar de la energía lo ocuparon las viviendas. El crecimiento inicial y la crisis posterior es similar en los dos casos”, reconoce Magnason, que fue uno de los líderes intelectuales de la revuelta popular que provocó la caída del Ejecutivo de Reykiavik tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y crediticia en que vivió el país.

 

Al analizar en paralelo la recesión de Islandia y España, apunta que en ambos casos se construyó una suerte de castillo de naipes basado en una demanda irreal. “En ninguno de los dos países había compradores suficientes para el gran número de viviendas que se construyeron”. La clave del problema estriba en un acuerdo “entre los inversores y los bancos. Las nuevas casas se financiaron con el enorme flujo dinero que entonces buscaba por el mundo un lugar donde invertir”.

 

Los años de vacas gordas de crecimiento han dejado un período mucho más largo de penurias, apunta. “La industria de la construcción es muy peligrosa: crece de manera muy fácil y rápida pero luego hace mucho daño cuando está en recesión. Es dificilísimo que todas las personas que empleaba encuentren un nuevo trabajo”. Quedan, además, los daños paisajísticos que dejarán las millones de viviendas construidas en los años de borrachera inmobiliaria, especialmente dolorosos en zonas como la costa mediterránea. “La mayoría de estas nuevas casas son horribles. En Islandia ha pasado lo mismo”.

 

Magnason ha analizado cómo su país pasó de la borrachera de la burbuja económica a la pesadilla de la crisis en Dreamland: a self-help manual for a frightened nation (La tierra de los sueños: un manual de autoayuda para una nación asustada). El libro, hoy convertido también en película, narra cómo la excesiva explotación de los recursos naturales y la avidez de un puñado de políticos, financieros y economistas ha dejado el país en los huesos.

 

“Las crisis ponen tu mente a trabajar”

 

Pese a la dureza con que Islandia ha caído, Magnason subraya que los períodos de crisis también son momentos llenos de oportunidades. “Es un instante muy estimulante, que pone tu mente a trabajar para buscar nuevas soluciones. Antes de la debacle el 80% de los jóvenes islandeses aspiraba a convertirse en un banquero millonario y ahora eso ya no pasa. La burbuja también se notó en nuestras mentes, las llenó de sinsentidos”.

 

Con la recesión, apunta, los ciudadanos han sido más conscientes del “valor de la política” y de cómo se pueden “cambiar las cosas desde abajo”. En Islandia se exige ahora “tanto a la política como a la economía transparencia absoluta. Desde Internet se puede seguir el recorrido de todo el dinero público. También se ha logrado la imposición de un consejero exterior al Gobierno que vigila su acción y cuenta su labor a los ciudadanos a través de Internet. La crisis nos ha demostrado que los cambios no vienen del Gobierno, sino de los propios ciudadanos”.

Ningún país europeo ha sufrido las consecuencias de la crisis como Islandia. Esta isla situada a medio camino entre Gran Bretaña y Groenlandia ha pasado del crecimiento extremo a la debacle total. La recesión se ha llevado por delante a su Gobierno, a sus bancos y a su moneda. Desde Ferrara, donde participó en el festival de la revista Internazionale, el escritor y activista islandés Andri Snaer Magnason analiza cómo la depresión ha cambiado su país y advierte de los puntos comunes entre España e Islandia frente a la crisis.

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