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La banca se hunde por sus posiciones en deuda española y por el deterioro del riesgo país
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LOS GRANDES INVERSORES HUYEN DE NUESTRO PAÍS

La banca se hunde por sus posiciones en deuda española y por el deterioro del riesgo país

El Santander sufrió ayer su mayor caída diaria en bolsa desde el 19 de noviembre de 2008, cuando el sistema financiero mundial estuvo al borde del

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La banca se hunde por sus posiciones en deuda española y por el deterioro del riesgo país

El Santander sufrió ayer su mayor caída diaria en bolsa desde el 19 de noviembre de 2008, cuando el sistema financiero mundial estuvo al borde del colapso: el 9,4%. Y eso, a pesar de presentar unos resultados anuales mejores de lo esperado. El BBVA no le fue a la zaga, con un desplome del 7,54%. ¿Cómo se explica este durísimo castigo? Pues en buena medida por el ataque que han lanzado los mercados internacionales contra España. Pero también por causas imputables a la propia banca, como sus enormes posiciones en deuda pública española o sus problemas con el ladrillo.

El ataque contra España comenzó hace unos días pero ayer se desató definitivamente con toda su violencia. El Ibex se hundió el 5,94%, pero lo más importante fue la subida estratosférica del riesgo país: el diferencial del bono español con Alemania alcanzó de nuevo el punto porcentual (100 puntos básicos) que ya había rozado el viernes. La rentabilidad del activo a 10 años alcanza ya el 4,14%, cuando el 18 de enero se encontraba por debajo del 4%. Y el CDS (seguro contra riesgo de impago del país) se disparó hasta 154 puntos básicos, el nivel más alto desde el 25 de febrero de 2009 y muy cerca ya de máximos históricos (170 puntos).

"El desplome de la banca se explica fundamentalmente por el deterioro del riesgo país de España: los grandes inversores internacionales no quieren saber nada de los países mediterráneos, en especial del nuestro, porque las previsiones que ha mandado el Gobierno a Bruselas no se las cree nadie y porque no se atreve a tomar medidas de una vez", explica un analista que prefiere mantenerse en el anonimato. "La gente vende España en general, bonos, bolsa, euros, todo", añade.

Otro experto consultado es menos agresivo: "El problema principal sigue siendo Grecia. Hay mucho miedo a que al final incurra en default (impago) y eso automáticamente volvería a cerrar los mercados como en 2008, con lo que los bancos españoles se encontrarían otra vez sin financiación y con problemas de liquidez". Además, un encarecimiento de la deuda española -y no digamos una bajada de rating del país- encarecería enormemente los costes de financiación de los bancos.

El impacto de la deuda en balance

En todo caso, una crisis de la deuda española tendría unas consecuencias muy graves para la banca, que acumula posiciones en bonos del Estado por 146.000 millones de euros según el Banco de España (a cierre de noviembre) que han comprado aprovechando la financiación ilimitada del BCE para ganar la diferencia entre el 1% al que recibían ese dinero y la rentabilidad de estos títulos, de algo más del 3% antes del estallido actual (el famoso carry trade). Ayer, el Santander aseguró que tiene entre 16.000 y 17.000 millones. Evidentemente, si el precio de esa enorme cantidad de bonos se hunde, eso hará mucho daño a las entidades.

Como explicaba ayer S.McCoy en Cotizalia, el impacto del desplome del precio de estos títulos depende de la duración media de las carteras de deuda (en torno a cuatro años para el conjunto del sector) y de si los bancos los tienen en su cartera de negociación -que requiere que se ajuste su valor a diario contra la cuenta de pérdidas y ganancias- o como activos disponibles para la venta -en cuyo caso las pérdidas van contra capital, en un momento en que se ha convertido en la clave de la salud de las entidades-. No obstante, si finalmente se produjera una bajada de rating, el impacto en cascada sobre la cartera de valores y crediticia, y su impacto sobre los niveles requeridos de solvencia, sí podría hacer mucho daño.

Al riesgo país, al miedo a un cierre de los mercados y al impacto del desplome de los bonos en sus balances, hay que sumar el eterno problema de la banca española: la exposición al mercado inmobiliario. En este frente se ha producido la gran novedad de que BBVA ha empezado a levantar la alfombra (reconoció una morosidad de promotores del 17%) y a provisionar masivamente sus préstamos a promotores.

El ladrillo sigue pesando

"Es lo que hay que hacer para empezar a resolver la crisis, pero a FG le ha salido el tiro por la culata: él esperaba que los mercados le premiaran por su transparencia, pero en vez de eso se lo han tomado como que les había engañado durante años, y por eso han castigado al valor. Además, lo que están viendo debajo de las alfombras no ha gustado nada a los inversores", opina un gestor de un hedge fund. La primera firma que alertó de que la banca escondía la porquería debajo de la alfombra fue Redburn Partners en julio, y a partir de ahí se sumaron otras muchas, incluyendo las agencias de rating y AFI.

En el caso del Santander, Botín no se desnudó ayer igual que su rival, pero sí reconoció que su exposición al ladrillo alcanza 31.600 millones de euros. Aunque puntualizó que 17.000 millones no son crédito promotor sino otras actividades relacionadas con el sector, éstas tienen una mora del 5,7% y subiendo. Por otro lado, ha provisionado el 32% del valor de los inmuebles que ha adquirido en pago de créditos incobrables, lo que asume una caída de precios de esa magnitud.

Por otro lado, hay que recordar que los dos grandes bancos españoles habían subido en torno al 200% en bolsa desde los mínimos de marzo, así que es normal que el mercado se cebe más con ellos que con los medianos, que habían subido mucho menos. Además, ha mejorado ligeramente la percepción de éstos en el exterior: "Les afecta el riesgo país, la deuda y el ladrillo, pero al menos los inversores se han dado cuenta de que no son bancos zombies como pensaban", afirma el citado gestor.

El Santander sufrió ayer su mayor caída diaria en bolsa desde el 19 de noviembre de 2008, cuando el sistema financiero mundial estuvo al borde del colapso: el 9,4%. Y eso, a pesar de presentar unos resultados anuales mejores de lo esperado. El BBVA no le fue a la zaga, con un desplome del 7,54%. ¿Cómo se explica este durísimo castigo? Pues en buena medida por el ataque que han lanzado los mercados internacionales contra España. Pero también por causas imputables a la propia banca, como sus enormes posiciones en deuda pública española o sus problemas con el ladrillo.

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