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El consumo de los hogares muestra las primeras señales de recuperación
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EL COMERCIO REGISTRA EL SEGUNDO MEJOR DATO EN 18 MESES

El consumo de los hogares muestra las primeras señales de recuperación

Las señales son todavía muy incipientes, pero comienzan a ser significativas. El consumo privado -el componente de la demanda que más pesa en el PIB- empieza

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El consumo de los hogares muestra las primeras señales de recuperación

Las señales son todavía muy incipientes, pero comienzan a ser significativas. El consumo privado -el componente de la demanda que más pesa en el PIB- empieza a ver la luz. Y aunque todavía registra tasas negativas de crecimiento en términos anuales, ya se adivina un cambio de tendencia. Suave, pero constante, lo que indica que la recuperación está más cerca, aunque probablemente no a la vista.

 

Según el consenso de los analistas y del propio Gobierno, hasta el segundo trimestre de 2010 la economía no volverá a registrar tasas de crecimiento positivas en términos intertrimestrales. Básicamente por la fuerte dependencia que tiene el consumo de los hogares del nivel de empleo, que es un indicador retrasado. Y la opinión mayoritaria es que hasta 2011 la economía española no volverá a crear puestos de trabajo.

El cambio de tendencia tiene que ver con el dato que hizo público este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE), que estima una caída del Índice de Comercio al por Menor del -3,4% en septiembre (del -2,3% si se eliminan las estaciones de servicio). Se trata del segundo mejor dato desde hace 18 meses, y se sitúa en cualquier caso muy lejos del -11,7% que llegó a marcar en febrero de este año, en medio de la tormenta económica. El componente que está comportándose de una manera menos positiva es que el mide la compra de equipos de hogar (lavadoras o frigoríficos), que aunque ha abandonado la caída libre, todavía decrece un 13,4%. Las restricciones al crédito (en la mayoría de los casos se trata de compras que requieren financiación), explican su peor comportamiento.

La evolución del Indicador Sintético de Consumo -que elaboran los servicios técnicos del Ministerio de Economía- camina en la misma dirección. En términos anuales (los últimos doce meses) muestra una caída del -1%, pero en términos trimestrales (sobre el trimestre anterior) refleja un crecimiento del 0,6%. Es decir, que entre julio y septiembre ha crecido respecto de abril a junio. Muy lejos, en todo caso, del -0,9% que registro en tasa trimestral a comienzos de año. En palabras del servicio de estudios de Funcas, “la caída es mucho más moderada que la que muestra el resto de indicadores”. Y lo mismo sucede con las ventas de las grandes empresas que, según la Fundación de las cajas de ahorros, han comenzado “a tocar suelo”.

Estímulos fiscales

La suavización de la caída del consumo privado se explica fundamentalmente por causas exógenas más que endógenas. Es decir por los estímulos fiscales aprobados por el Gobierno. Particularmente en la venta de automóviles, que se han vuelto a recuperar tras la política de subvenciones a la compra de coches por parte de fabricantes, distribuidores, comunidades autónomas y Gobierno central. El problema, por lo tanto, es saber si una vez que se retire esa ‘respiración asistida’ (con un elevado coste económico para el Estado) el sector podrá continuar por sí solo la senda de la recuperación.

La existencia de tipos de interés históricamente bajos (del 1%) y la consolidación del proceso de desinflación (los precios siguen en tasas negativas) justifica, igualmente, la ralentización de la caída del consumo. Así como una recuperación de los mercados bursátiles que impulsa la confianza del consumidor.

Por el contrario, el empleo continúa siendo un lastre para la recuperación del consumo, lo que explica en buena medida el aumento de la propensión al ahorro, que se ha situado en niveles extraordinariamente elevados. Las familias ahorran en estos momentos (en tasa anualizada) 17  de cada 100 euros que ingresas. De la misma manera, corre en contra del consumo el deterioro de la riqueza patrimonial de las familias, fundamentalmente de carácter inmobiliario.

Según estudios del Banco Central Europeo, España se encuentra entre los países  donde el impacto de un cambio en la riqueza inmobiliaria sobre el consumo es mayor. Los países más afectados son el Reino Unido e Irlanda. Y a continuación se encuentran Holanda, España y EEUU.

Las señales son todavía muy incipientes, pero comienzan a ser significativas. El consumo privado -el componente de la demanda que más pesa en el PIB- empieza a ver la luz. Y aunque todavía registra tasas negativas de crecimiento en términos anuales, ya se adivina un cambio de tendencia. Suave, pero constante, lo que indica que la recuperación está más cerca, aunque probablemente no a la vista.

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