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La Xunta plantea una fusión Caixa Galicia-Caixanova para defenderse de Caja Madrid
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EL REPARTO DE SEDES Y DE CARGOS, GRAN OBSTÁCULO

La Xunta plantea una fusión Caixa Galicia-Caixanova para defenderse de Caja Madrid

Ha sido la comidilla del verano en Galicia: el proyecto de fusión entre las dos cajas de esa comunidad, Caixa Galicia y Caixanova, apadrinado por la

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La Xunta plantea una fusión Caixa Galicia-Caixanova para defenderse de Caja Madrid

Ha sido la comidilla del verano en Galicia: el proyecto de fusión entre las dos cajas de esa comunidad, Caixa Galicia y Caixanova, apadrinado por la Xunta de Alberto Núñez Feijóo. Según fuentes conocedoras del proyecto, este movimiento, más allá de los posibles problemas de estas entidades, tendría una finalidad eminentemente defensiva: evitar a toda costa el desembarco de Caja Madrid por esas tierras dentro del teórico gran proyecto a tres bandas entre la entidad madrileña, Caixa Galicia y la valenciana CAM.

No es nada nuevo: en todas las comunidades autónomas, el gobierno prefiere una fusión interregional para poder seguir controlando las cajas antes que una operación transfronteriza donde su poder se vería muy diluido, aunque se trate de comunidades del mismo color político, como en este caso (Galicia, Madrid y Valencia). Ahí está el precedente de Castilla y León, donde el ejecutivo regional ha vetado cualquier operación fuera de sus fronteras también ante el temor a que Caja Madrid absorbiera a entidades limítrofes como Caja Segovia o Caja Ávila.

En el caso gallego, el gran temor no es una entrada de la entidad que preside Miguel Blesa por las bravas -algo imposible en entidades que no cotizan y con un férreo control político-, sino que el Banco de España imponga esta operación como una posible salida a la delicada situación de la caja madrileña. Es decir, se trata de evitar que se repita la historia de Cajasur. Y como el que da primero da dos veces, la idea es presentar a Miguel Ángel Fernández Ordóñez un proyecto completo de fusión entre las dos 'caixas' antes de que el gobernador les imponga una operación más difícil de digerir políticamente.

El propio Núñez Feijóo ha dado carta de naturaleza a este proyecto en una reciente entrevista en el periódico El Faro de Vigo. Allí ha declarado que, "con los datos que tenemos, clarísimamente, no interesa a Galicia que ninguna de las cajas sea absorbida por una de fuera, pero hay un tablero con cuarenta jugadores, y yo, de forma frívola o inocente, no voy a dar información a otros jugadores de lo que va a hacer Galicia. Nos planteamos o dos cajas gallegas o una caja gallega fuerte".

Más prisa de la que parece

Por otro lado, tampoco es que las cajas gallegas estén como para tirar cohetes. Según el famoso análisis de JP Morgan de las principales entidades financieras españolas, las dos entidades se encuentran en el segundo peor escalón, por detrás del triunvirato de Caja Castilla-La Mancha, Caixa Catalunya y Caja Madrid (este análisis no incluía entidades más pequeñas como Cajasur). Su tasa de morosidad no es tan preocupante como la de Bancaja, CAM o Caja España (al cierre del primer trimestre), pero sus ratios de capital -hoy por hoy la variable más importante en el mundo financiero- son sensiblemente inferiores.

En la citada entrevista, el presidente de la Xunta aseguraba no tener prisa por decidir el futuro de las dos cajas de ahorros. Y un portavoz de Caixa Galicia aseguró ayer a El Confidencial que "aunque es una posibilidad que está sobre la mesa, de momento no ha habido ninguna conversación ni la Xunta se ha dirigido a nosotros en este sentido".

No obstante, las fuentes consultadas aseguran que esta operación se está negociando con bastante celeridad, aprovechando la situación de incertidumbre de Caja Madrid sobre si Blesa continuará en la presidencia o al final Esperanza Aguirre impondrá su relevo en la presidencia.

Importantes obstáculos

Ahora bien, esta fusión tampoco va a ser fácil a pesar de ser intrarregional, como ha demostrado el caso de Caja Duero-Caja España-Caja Burgos. Según estas fuentes, los grandes obstáculos que hay que superar son los habituales en estos casos: la sede social y la reubicación de los altos cargos de las dos entidades en el nuevo organigrama.

En el primer caso, la propuesta de la Xunta consiste en repartir el poder en tres centros: La Coruña, donde se situaría la sede central de la entidad fusionada; Santiago de Compostela, donde se ubicaría la obra social; y Vigo, sede de la actual Caixanova, donde se situaría la corporación industrial. En cuanto al organigrama, la principal dificultad estriba en el actual presidente de la caja viguesa, Julio Fernández Gayoso, un problema muy similar al que supone Narcís Serra para la integración de las tres cajas de las diputaciones catalanas.

Gayoso ascendió a la presidencia de Caixanova en 2006 después de ocupar el cargo de director general durante 41 años, y cumplirá 78 el próximo mes de diciembre. Es decir, la salida lógica sería la jubilación, pero en medios gallegos se considera muy difícil que acepte abandonar el cargo con el apego que tiene al poder. Ése va a ser el aspecto en que más diplomacia va a tener que desplegar el presidente de la Xunta. Si consigue superar este obstáculo, la fusión de las cajas gallegas será una realidad, según las fuentes.

Ha sido la comidilla del verano en Galicia: el proyecto de fusión entre las dos cajas de esa comunidad, Caixa Galicia y Caixanova, apadrinado por la Xunta de Alberto Núñez Feijóo. Según fuentes conocedoras del proyecto, este movimiento, más allá de los posibles problemas de estas entidades, tendría una finalidad eminentemente defensiva: evitar a toda costa el desembarco de Caja Madrid por esas tierras dentro del teórico gran proyecto a tres bandas entre la entidad madrileña, Caixa Galicia y la valenciana CAM.

Caja Madrid Miguel Blesa Julio Fernández Gayoso