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Ikea choca con ayuntamientos y promotores por su incursión en el negocio inmobiliario
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ROMPE ACUERDOS CON SOCIOS Y SUBASTA SUS EMPLAZAMIENTOS

Ikea choca con ayuntamientos y promotores por su incursión en el negocio inmobiliario

Los grandes se atreven con todo. También con el mundo inmobiliario, aunque su negocio original sea el de vender muebles sin montar. El fabricante sueco Ikea

Foto: Ikea choca con ayuntamientos y promotores por su incursión en el negocio inmobiliario
Ikea choca con ayuntamientos y promotores por su incursión en el negocio inmobiliario

Los grandes se atreven con todo. También con el mundo inmobiliario, aunque su negocio original sea el de vender muebles sin montar. El fabricante sueco Ikea trata de cerrar en la actualidad dos nuevos emplazamientos en la península después de años de negociaciones y mucha polémica en torno a los proyectos de Jerez y Valladolid, controversia que ha dejado en las ciudades donde anunció su intención de instalarse y a las que finalmente ha dado plantón.

 

En esta segunda categoría, los casos de San Fernando de Henares (Madrid) y Granada pueden ser los más significativos, aunque no son los únicos, probablemente porque la renuncia de Ikea a establecerse en los parques comerciales previstos en estos municipios puede acabar en los tribunales de no llegarse a un acuerdo satisfactorio para todas las parte implicadas, compromisos asumidos contractualmente que ahora han sido rescindidos.

En el caso de San Fernando de Henares, la multinacional sueca tenía previsto construirse el Parque Comercial Camino Real, un complejo comercial desarrollado por la promotora Chelverton Properties, con quien Ikea firmó unos acuerdos en 2006. Seis años después del comienzo y tras una inversión de 41 millones por parte de Chelverton, el polo de atracción que suponía la compañía de muebles como eje vertebrador del proyecto se ha venido abajo.

Al tiempo que San Fernando ha dejado de ser prioritario “por los retrasos en el proceso urbanístico, donde no somos líderes del proyecto global”, Ikea ha decidido construir un centro nuevo en Alcorcón, localidad madrileña donde ya cuenta con una tienda que “ha quedado pequeña para su cometido. Era una de las primeras que se abrieron en España y tras sopesar varias alternativas se ha optado por una recolocación en el mismo municipio”.

Tampoco la irrupción en Granada ha terminado de buenas maneras. Sonae Sierra, filial inmobiliaria del grupo portugués Sonae y promotora del área comercial Puerta Granada, e Ikea han roto los acuerdos firmados en 2007. Como en San Fernando, la firma alega incumplimiento de plazos, mientras la portuguesa reconoce no contar con los terrenos urbanizados necesarios al tiempo que pleitea con algunos propietarios minoritarios de estos suelos.

Desde la compañía sueca, el ruido que genera la apertura de uno de sus centros es visto de otra manera. “Tenemos un plan de expansión, pero necesitamos cumplir con unos plazos, que generalmente están vinculados a un calendario de financiación”, explicaba a este diario un portavoz de la multinacional. Ikea quiere una tienda por cada millón de habitantes. “Hay un compromiso firme por la Península, pero necesitamos que los plazos no se dilaten”.

Los cambios de decisión de Ikea a la hora de ubicar una de sus tiendas viene de lejos. Ha ocurrido ya en San Cugat del Vallés, donde negoció durante seis años para finalmente instalarse en Sabadell. En la comunidad valenciana, la compañía sueca ha tanteado municipios como Mislata, Alfafar o Torrent, para quedarse al final con Paterna, mientras que en Galicia ha optado por los concellos pontevedreses de Liñeiriños, O Porriño y Nigrán como potencial sede.

En los casos más recientes, Ikea no opta sólo a inaugurar un nuevo establecimiento en una zona geográfica donde no está presente. Sabedor de la fuerza de arrastre económico que genera, la multinacional sueca condiciona su llegada ante las administraciones locales de turno al hecho de poder participar como promotor inmobiliario del parque comercial del que formará parte, solicitando una licencia para más metros cuadrados de los que requiere su centro.

“Es una estrategia de la compañía iniciada hace dos o tres años a nivel mundial”, explica un portavoz desde Madrid. Para ello, cuenta con Inter Ikea, su propia filial de promoción inmobiliaria. “En las zonas que lo permitan, la compañía quiere participar en el desarrollo de los parques comerciales donde vaya a instalarse”. Esta opción, por ejemplo, ha generado rechazo en Alicante, donde para la llegada de Ikea no ven necesario desarrollar una zona comercial.

Esta nueva fórmula tiene ya forma en Jerez de la Frontera, donde Ikea promueve todo el complejo comercial, que estará previsto inaugurar en breve, y en Valladolid. Sin embargo, la apuesta por la capital administrativa de Castilla y León está pendiente de la resolución de algunos coletazos administrativos determinantes, cinco años después de que se iniciaran los primeros contactos, como recuerdan desde la compañía.

En este caso, los planes de Ikea enfrentaron políticamente a los municipios de Valladolid y al vecino Arroyo de la Encomienda, donde finalmente construirá Ikea. Y en segundo lugar, como ocurre en otros casos, la firma de muebles ha solicitado licencia para 62.000 metros cuadrados, de los que sólo tiene garantizados los básicos (19.000) para levantar su tienda, quedando el resto de metros del parque prometidos para una segunda fase.

Los grandes se atreven con todo. También con el mundo inmobiliario, aunque su negocio original sea el de vender muebles sin montar. El fabricante sueco Ikea trata de cerrar en la actualidad dos nuevos emplazamientos en la península después de años de negociaciones y mucha polémica en torno a los proyectos de Jerez y Valladolid, controversia que ha dejado en las ciudades donde anunció su intención de instalarse y a las que finalmente ha dado plantón.

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