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La que se avecina: en septiembre llegará la segunda gran oleada de morosidad
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LAS ENTIDADES ESTÁN "ASUSTADAS" POR LA MAGNITUD DEL PROBLEMA

La que se avecina: en septiembre llegará la segunda gran oleada de morosidad

Las desgracias que ha sufrido la banca española hasta ahora no son nada en comparación con lo que se le viene encima. Según distintas fuentes del sector, en

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La que se avecina: en septiembre llegará la segunda gran oleada de morosidad

Las desgracias que ha sufrido la banca española hasta ahora no son nada en comparación con lo que se le viene encima. Según distintas fuentes del sector, en septiembre llegará la segunda gran oleada de morosidad, que va a disparar las tasas de mora hasta la estratosfera y, en consecuencia, va a reducir las tasas de cobertura a niveles muy peligrosos en algunas entidades. Esta amenaza es la que ha provocado el reforzamiento masivo de los ratios de capital (solvencia) en las últimas semanas y la prioridad estratégica absoluta de la recuperación de los créditos impagados.

"La banca está muy asustada ante la morosidad que va a llegar en septiembre, en algunas entidades hay verdadero pánico por lo que puede pasar", afirma una de las fuentes consultadas. Es cierto que todo el mundo esperaba un repunte de la morosidad en la segunda parte del año, y hasta el propio gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, había alertado de ello. Pero la magnitud del aumento seguramente será mucho mayor de lo que se admite oficialmente.

"La primera oleada de morosidad, que se ha sufrido entre septiembre de 2008 y marzo de 2009, afecta a los créditos que nunca debieron darse: crédito promotor por suelos sin valor, inmigrantes, particulares con exceso de endeudamiento, hipotecas por el 120% del valor de tasación, etc. Esa morosidad ya ha aflorado en su mayor parte y los bancos y cajas tenemos poco de qué quejarnos, porque es culpa exclusivamente nuestra", explican en una entidad.

"Pero ahora lo que viene es mucho peor, porque ahora se trata de familias normales que no han hecho locuras y que eran solventes cuando se les concedió la hipoteca. Pero ahora se han quedado en paro y no pueden afrontar las letras mensuales. Así de simple", añade esta fuente. Recientemente, UBS estimaba que la relación entre aumento del paro y morosidad es más fuerte que nunca por el endeudamiento histórico de los hogares y por el derrumbe del ladrillo, el principal activo de los españoles. Estos dos argumentos llevan a Redburn a pronosticar que la mora superará en la crisis actual los niveles de la de los 90.

Fin del alivio del primer trimestre

Esta situación contrasta con las cuentas del sector del primer trimestre del sector, en las que se apreciaba una ralentización del fuerte crecimiento de la mora registrado a finales de 2008. De hecho, la tasa de mora del sector volvió a repuntar en abril hasta situarse en el 4,5%, el nivel más alto desde 1996.

Este paréntesis se explica por varias medidas adoptadas por el sector: la adquisición de activos inmobiliarios como pago de los créditos (lo que permite que los bancos provisionen el 10% en vez del 25% del importe de la deuda pendiente); la refinanciación masiva de las promotoras, en especial de las más grandes, ofreciéndoles mayores plazos y largos períodos de carencia; y las múltiples ofertas a los particulares para rebajar sus pagos mensuales (normalmente a cambio de alargar el plazo del crédito).

Preferentes y recuperaciones

Pero todo tiene un límite y, en todo caso, todo esto no va a ser suficiente si la oleada de morosidad que va a llegar en septiembre -"un auténtico tsunami", según una de las fuentes- es tan grande como se teme el sector. De ahí que las entidades hayan empezado a ponerse la venda antes que la herida. En primer lugar, están reforzando sus ratios de capital ante el más que previsible agotamiento de las provisiones genéricas y la necesidad de 'tirar' de resultados para cubrir el aumento de la morosidad. Esto es lo que explica las colocaciones masivas de preferentes (que computan como parte del capital llamado Tier 1) entre los clientes particulares, ya que en el mercado mayorista no hay demanda para estos títulos a los precios a los que se han vendido.

Pero no sólo se trata de eso. Numerosos bancos y cajas también están recomprando preferentes y deuda subordinada antigua en mercado a un precio muy inferior al que las vendieron en su día, con lo que obtienen una plusvalía que normalmente utilizan para reforzar su solvencia. Como siempre, el que ha batido el récord de este tipo de operaciones es el Santander, con una operación valorada en 9.100 millones de euros, cuyas plusvalías pretende destinar a reforzar sus provisiones ante lo que puede llegar.

La segunda gran medida es la reorientación estratégica de las redes de oficinas a la recuperación de los créditos morosos. Dado que apenas se concede crédito -por más que las entidades insistan en lo contrario-, ahora la principal tarea de las sucursales es conseguir como sea que los clientes que han dejado de pagar sus créditos vuelvan a hacerlo para poder sacarlos da la tasa de morosidad y, en consecuencia, liberar las provisiones que la entidad ha tenido que dotar.

Las desgracias que ha sufrido la banca española hasta ahora no son nada en comparación con lo que se le viene encima. Según distintas fuentes del sector, en septiembre llegará la segunda gran oleada de morosidad, que va a disparar las tasas de mora hasta la estratosfera y, en consecuencia, va a reducir las tasas de cobertura a niveles muy peligrosos en algunas entidades. Esta amenaza es la que ha provocado el reforzamiento masivo de los ratios de capital (solvencia) en las últimas semanas y la prioridad estratégica absoluta de la recuperación de los créditos impagados.

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