"Lo siento, Jannik": Alcaraz se convierte en campeón de Cincinnati como nunca quiso

Carlos Alcaraz es el nuevo campeón del Masters 1.000 de Cincinnati. Eso sí, lo hizo como nunca le gusta ganar a un gran campeón: por la retirada de su rival, en este caso, de Jannik Sinner. Desde el comienzo del partido se vio que el italiano no estaba bien físicamente: lento, sin energía, cabizbajo y errático. Tanto que, en solo un puñado de minutos, el español vencía por 5 a 0 en la primera manga. Fue entonces cuando el número uno decidió dejar el partido.

Fue en el tercer descanso, cuando ya claramente se veía que el murciano volaba y que el transalpino no estaba bien, el momento en el que el número uno del mundo pedía la entrada de los servicios médicos a la pista. Tras charlar brevemente con ellos, tomaba la decisión: se retiraba la codera y confirmaba que se retiraba. Su estado físico fue clave a la hora de tomar su decisión, en vista de que era imposible competir así ante un jugador como Carlos Alcaraz.

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Y el español, como el gran campeón que es, no solo no celebraba la victoria sino que, cariacontecido, acudía a consolar a su rival varias ocasiones. Es más, en la famosa firma de la cámara del ganador, el mensaje de Alcaraz fue para Sinner: "Lo siento, Jannik", acompañado de una cara triste por lo que había pasado en la pista. Es cierto que el murciano vencía por un contundente 5 a 0 en el momento de la retirada, pero el italiano estaba claramente indispuesto para competir.

Alcaraz comenzó la final como un tiro. Muy metido en la pista, concentrado y con golpes certeros, sorprendía a Sinner a las primeras de cambio, logrando un break en el juego inicial en blanco. Un juego después, algo más disputado, confirmaba la rotura. El español tomaba una importante ventaja inicial que el italiano tendría que enjugar lo antes posible si no quería verse en problemas. Pero Carlitos estaba intratable: un nuevo break le ponía con un claro 3 a 0 en el marcador. Pero algo pasaba.

Sinner no daba la sensación de estar en el partido. Se le veía cometiendo fallos poco habituales, incómodo y sufriendo con cada intercambio de bolas. Era una versión irreconocible para el número uno, especialmente en el aspecto físico, donde parecía estar mermado. Y, mientras tanto, Alcaraz no bajaba un ápice su rendimiento para seguir volando en la pista, concentrado y serio en su juego. Solo habían pasado 15 minutos y acariciaba el primer set de la gran final.

El italiano hacía constantes gestos de que algo no iba bien, situación que llevaba a Alcaraz a mirar en exceso a su rival. Con el 5 a 0 a favor del español, los médicos entraban a la pista para atender a Sinner, que confirmaba los peores presagios: su estado físico le impedía seguir compitiendo en pista y decidía anunciar su retirada de la final, no sin antes pedir perdón a Alcaraz y al público por tomar tan drástica decisión. No podía seguir en pista.

Solo unos minutos después, Sinner confirmaba que comenzó a sentirse indispuesto unas horas antes del partido y que no pudo recuperarse a tiempo para poder disputar la final en condiciones normales. Y, por si fuera poco, Alcaraz estaba firmando un tenis brillante: en cinco juegos, solo había cometido un error no forzado. La retirada de Sinner convierte al español en campeón en Cincinnati, un título que le faltaba, que es el sexto de la temporada y el vigésimo segundo de su carrera.

Pero Alcaraz ganó como un gran campeón nunca quiere: por la retirada de su rival. Es una victoria importante que le permite meterse de lleno en la pelea por el número uno del mundo, pero que llega de una forma que al murciano no le gusta. Es un gran triunfo y, evidentemente, para lograrlo es necesario recorrer el camino hasta la gran final. Pero no es la manera en la que un deportista sueña con ganar. Hasta en esto, Carlos Alcaraz es un verdadero ejemplo para todo el mundo.