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Lo que Alcaraz aprendió tras Montecarlo y lo que busca en Barcelona por cuarta vez en su carrera
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LA CLAVE PARA ESTAR CENTRADO

Lo que Alcaraz aprendió tras Montecarlo y lo que busca en Barcelona por cuarta vez en su carrera

El español tratará de ganar dos títulos consecutivos por cuarta vez en su carrera, pero para ello ha entendido que la clave es olvidar la presión y solo pensar en sus propios objetivos

Foto: Alcaraz tratará de salir campeón de Barcelona. (AFP7)
Alcaraz tratará de salir campeón de Barcelona. (AFP7)

Carlos Alcaraz se ha quitado un peso de encima. Al comienzo de la temporada, el español decidió trabajar en varios cambios en busca de una mejora sustancial de su juego: meterle más peso al marco de su raqueta, cambiar la mecánica del saque y, el más importante, ser más consistente mentalmente. La idea radicaba en mejorar algo que le venía pasando desde hacía unos años y, casualmente, no ha sido hasta la victoria en Montecarlo cuando ha encontrado la clave.

Desde que llegara al profesionalismo, Alcaraz se convirtió en un soplo de aire fresco en el tenis mundial. Por cualidades, por juego, por intensidad y por esa irreverencia que muestra en pista, pronto se convirtió en un jugador muy difícil de batir. Pero hay un elemento fundamental que le hace ser un jugador diferencial: la sonrisa. Cuando el español es feliz en pista, su estilo cambia diametralmente y se convierte en una apisonadora que es muy difícil de parar.

Así lo demostró este martes en su debut en el Conde de Godó, donde consiguió una trabajada victoria ante Ethan Quinn [6-2 y 7-6(6)] que le permite arrancar con buen pie en el torneo catalán. Alcaraz quiere seguir con esa buena racha de resultados que ha llegado con el inicio de la temporada de tierra batida y, sobre todo, aplicar aquello que aprendió tras la dura semana de Montecarlo, que acabó con triunfo final. Solo debe de pensar en él para mostrar su versión más ganadora.

Foto: Alcaraz se convierte en campeón de Montecarlo. (EFE/EPA/Sebastien Nogier)

El problema es que, en los primeros compases de 2025, esa sonrisa no ha aparecido tantas veces como le hubiera gustado, en muchas ocasiones por verse sometido a una presión externa que le ha llegado a afectar en su juego: "Mucha gente sigue esperando que gane todo. Muchos me pedían que aprovechara al máximo esta ausencia de Jannik para volver a situarme en la cima. Probablemente, esa presión me mató de alguna manera", expresaba antes del inicio de Montecarlo.

Pero la confirmación de que algo pasaba llegó tras su victoria: "Ha sido una semana difícil, con situaciones difíciles, pero estoy orgulloso por la forma en la que lo he gestionado. Ha sido un mes difícil para mí, dentro y fuera de la pista. No quiero decir lo que pasa en público, pero me ha costado pisar la pista y encontrar una buena forma de jugar los partidos y de jugar al tenis". Y, precisamente en esa victoria, está la clave para tratar de disipar todas las dudas por completo.

Esa consistencia mental para ser capaz de concatenar un título con un segundo y, por qué no, un tercero, es uno de los puntos en los que trabaja Alcaraz. De hecho, a lo largo de su carrera, solo ha sido capaz de conseguirlo en tres ocasiones: en 2023, ganando en Barcelona y Madrid; y en 2024, donde también ganó en Barcelona y Madrid, además de en Queen's y Wimbledon. Y en Montecarlo halló la clave para tratar de ser más sólido en pista.

Durante muchos momentos del año, Alcaraz se ha sentido con la necesidad de cumplir las expectativas que se le han impuesto. Su calidad, su juventud y su juego le llevan a ser siempre uno de los grandes favoritos a cualquier torneo en el que participa, máxime cuando Sinner lleva tanto tiempo fuera. Pero parece olvidarse de la ecuación que también el rival juega, que tiene la misma hambre y, por supuesto, que el objetivo es el mismo. Y solo puede ganar uno.

Por ello, tras ganar uno de los Masters 1.000 que todavía no tenía en su palmarés, se mostraba exultante y, sobre todo, expresaba aquello que tanto le molestaba: "Acabo de darme cuenta de que no tengo que pensar en todo lo que dicen y solo concentrarme en mí. Intentaré seguir de la misma manera que jugué en Montecarlo y no pensar en la gente que habla de expectativas", expresaba. Y así lo ha demostrado en su debut en el Conde de Godó, donde persigue esa ansiada reválida.

Tras derrotar con un buen trabajo a Etahn Quinn en Barcelona, el español ha comenzado con buen pie en un torneo que ya ha sido capaz de ganar en dos ocasiones. Es la mejor oportunidad para callar bocas y demostrar que ese trabajo que lleva haciendo desde principio de temporada está funcionando a la perfección. Llega el momento clave del curso y sabe que "será difícil lidiar con las expectativas". Pero ha descubierto la clave: solo debe de jugar pensado en él. Ese es el objetivo.

Carlos Alcaraz se ha quitado un peso de encima. Al comienzo de la temporada, el español decidió trabajar en varios cambios en busca de una mejora sustancial de su juego: meterle más peso al marco de su raqueta, cambiar la mecánica del saque y, el más importante, ser más consistente mentalmente. La idea radicaba en mejorar algo que le venía pasando desde hacía unos años y, casualmente, no ha sido hasta la victoria en Montecarlo cuando ha encontrado la clave.

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