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El hombre que talló a Carlos Alcaraz: "Era como su padre. Si se ponía malo, le daba el Dalsy"
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ENTREVISTA A SU PRIMER ENTRENADOR

El hombre que talló a Carlos Alcaraz: "Era como su padre. Si se ponía malo, le daba el Dalsy"

Carlos Santos dirigió a Carlitos desde los cinco hasta los 12 años. Vivió en primera persona el progresivo ascenso del murciano y lo ha reflejado en 'Alcaraz, la forja de un campeón'

Foto: Alcaraz, junto a Carlos Santos en Roland Garros. (Cedida)
Alcaraz, junto a Carlos Santos en Roland Garros. (Cedida)

Ahora es Juan Carlos Ferrero el que dirige la carrera de Carlos Alcaraz. El que festeja cada éxito y al que se le saltan las lágrimas con los triunfos de su pupilo. Pero antes de él hubo otros entrenadores, aunque ninguno podrá arrebatarle a Carlos Santos (Cartagena, Murcia, 1981) el honor de haber sido el primer técnico de Carlitos en su carrera. El tipo que talló al murciano.

Santos ha publicado Alcaraz, la forja de un campeón, un libro en el que relata las vivencias de los ocho años que pasaron juntos (de los cinco a los 13). Un periodo largo y del que ha pasado tiempo, pero que mantiene en la retina como si hubiese sido ayer. Porque los recuerdos perviven, gane Roland Garros o Wimbledon.

Su foto con la Torre Eiffel de fondo se hizo viral cuando Carlitos triunfó en París el año pasado. "Tenía hasta una bolsa porque compré un cojín", dice entre risas. Todavía se acuerda de aquella primera vez del niño de cinco años en el club. A pesar de su corta edad, ya vio que el chico llegaría lejos.

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PREGUNTA. La foto con Carlitos en la Torre Eiffel se hizo viral. ¿La tiene colgada en su casa?

R. No, no, colgada, no. La tengo en el ordenador y en el móvil, pero no enmarcada. Tengo el recorte de algún periódico local guardado de las primeras veces que salió en prensa. Al principio guardaba los recortes de prensa en los que salía Carlitos.

P. ¿Le sorprendió que esa imagen saliera a la luz cuando triunfó en Roland Garros?

R. Sí, sí, porque yo estaba en Valencia y, de repente, me llamó un periodista. Me dijo que era muy bonita la foto con Carlitos. No sabía a qué se refería y me explicó que había trascendido. No sabía quién la ha subido porque no tengo redes sociales. Entonces me metí en la cuenta de un amigo y me percaté de que la había visto mucha gente.

P. ¿Qué representa para usted esa imagen?

R. Es un recuerdo muy bonito porque fue el torneo más emblemático al que asistimos. Estuvimos una semana en París y, cuando teníamos tiempo, visitábamos monumentos. Allí estuvimos una semana, con otros jugadores como Rune. Ese día fuimos a dar un paseo y compré un cojín en una de las tiendas, por eso se ve una bolsa en la foto. Estábamos viendo el tenis y le pedí a una persona que nos hiciera una foto. Fue un momento muy cariñoso.

P. ¿Cómo y cuándo decidió publicar este libro?

R. Era el verano de 2023 y yo estaba en la playa. Nunca me ha gustado salir en la prensa y siempre había contado cosas de manera puntual. Estuve hablando con un amigo y me dijo que estaba escribiendo las vivencias que tuvimos por mantener el recuerdo. Él conocía a una persona en Madrid que tiene una editorial y nos presentó. Nos reunimos y a partir de ahí se fraguó el libro.

P. ¿Cuál es el primer recuerdo que tiene usted de Carlitos?

R. El de un niño pequeño, sonriente, muy activo en la pista, muy juguetón y con mucha habilidad. Venía a clase, daba las buenas tardes y nos poníamos a entrenar y lo pasábamos muy bien. Los dos nos formamos a la vez. Cada vez que veo la foto es como si no hubiera pasado el tiempo.

P. ¿Aparecen ahora más esos recuerdos con el éxito de Alcaraz?

R. Sí, claro, los recuerdos nunca se olvidan, porque fueron ocho años juntos. Me encanta verlo en cada torneo.

Los recuerdos nunca se olvidan, porque fueron ocho años entrenando juntos. Me encanta verlo jugar en cada torneo

P. ¿Usted confiaba en que llegaría a esto?

R. Yo he entrenado a muchos niños, pero no había ninguno como él, no había niño igual. Tenía muchísima habilidad, desparpajo, una gran variedad de golpes. Llevó más de 20 años entrenando a niños y tenía claro que iba a llegar muy alto, aunque no sabía si iba a ser número uno.

P. ¿Con quién le ve parecidos?

R. Federer. Por el talento, por la habilidad, por cómo se planta en la pista y por cómo lee los partidos.

P. Usted lo conoció con cinco años. ¿Es posible detectar el talento a esa edad?

R. Te diría que sí. Carlitos no era un niño como los demás por la habilidad que tenía, los gestos que hacía al moverse, la soltura que mostraba… No he visto nunca un niño de cinco años que jugara así, por más que hubiera algunos que jugaran bien. Era un chico muy ágil y coordinado.

P. ¿Destacaba también en la madurez?

R. No, eso no. Era un niño infantil e inconsciente, como todos. No se enteraba de las cosas que pasaban afuera.

placeholder La foto que se viralizó tras el triunfo. (Cedida)
La foto que se viralizó tras el triunfo. (Cedida)

P. ¿Carlitos se percató con los años de que tenía más talento que el resto?

R. Nunca dijo que fuese buenísimo, ni se consideró más que otro compañero. Jamás le escuché nada relacionado con su talento.

P. ¿Porque su padre y usted lo tenían bien educado?

R. Nos importaba mucho esa educación. No solo tenía que destacar en la competición, también era muy importante que fuera educado y que dijera buenos días o buenas tardes al llegar a un sitio.

P. Los entrenadores son tan educadores como los padres. ¿Verdadero o falso?

R. Verdadero. Si un entrenador no es una persona formada, educada, el niño no lo va a ser al final. Ambos pasan muchísimo tiempo juntos en la pista y fuera, porque hay viajes y torneos. Los niños como Carlitos pasan poco tiempo en casa y la formación depende en parte de los profesores y de los entrenadores.

P. ¿Cómo se fraguó esa confianza entre usted y el padre de Carlitos?

R. Fue desde el primer momento, desde el día que nos conocimos. Nos miramos a la cara y vimos que teníamos muchas cosas parecidas. Somos personas que decimos las cosas como son y a los que no nos ha ido mal nunca. Siempre hemos tomado de manera constructiva las críticas.

P. En el libro destaca que confiaba en usted no solo como su entrenador.

R. Sí, porque su padre no solo buscaba una persona que supiera jugar bien al tenis, sino alguien que tuviera una buena formación. Yo había estudiado Educación Física y Magisterio y luego me formé también en fisioterapia. A la vez que íbamos creciendo, seguí con mi formación. Eso era lo que quería su padre: tener un entrenador que no solo le enseñara a jugar al tenis.

placeholder Alcaraz triunfó en París en 2024. (Europa Press)
Alcaraz triunfó en París en 2024. (Europa Press)

P. ¿El padre juega mejor que el hijo?

R. No, no, el padre juega bien, pero el hijo es muchísimo mejor. Alcaraz padre tenía una buena derecha y su hijo, un talento innato.

P. ¿El tenis es un deporte poco meritocrático?

R. Para jugar al tenis necesitas ayuda económica, patrocinadores y una familia que tenga dinero. Asimismo, que tengan tiempo y quieran gastarlo, porque hay torneos con frecuencia. La dedicación económica y temporal es muy importante.

P. ¿La obsesión de Alcaraz padre fue que su hijo tuviera las oportunidades que él no tuvo?

R. Sí, creo que sí. Él no pudo ser profesional y vio que su hijo tenía talento y que había nacido para ello. Lo ha seguido de cerca todos estos años.

P. Los patrocinadores aparecieron rápido.

R. Sí, fue fácil porque Carlitos progresó y avanzó rápido desde que empezamos a jugar torneos nacionales e internacionales. Rápidamente se quedaban con su nombre.

P. ¿Cómo gestionaron el asunto cuando los focos lo apuntaron siendo tan pequeño?

R. Era muy inconsciente y no se enteraba de nada de lo que pasaba a su alrededor. A él le decían que tenía que ponerse esa camiseta y lo hacía, cuál era el siguiente viaje… Nunca le dijimos nada de lo que pasaba.

placeholder Alcaraz ha ganado dos veces Wimbledon. (Europa Press)
Alcaraz ha ganado dos veces Wimbledon. (Europa Press)

P. La carrera de Carlitos es inconcebible sin la dedicación de su padre. ¿Verdadero o falso?

R. De sus padres y del entrenador en su caso. En esa etapa mía, yo estaba dedicado 24 horas a Alcaraz.

P. ¿Cómo hacía para dedicarle tanto tiempo?

R. Eran cuatro niños en total.

P. A los que usted denominó los cuatro fantásticos.

R. Yo me seguía formando, preparaba los entrenamientos cuando no estaba en el club, veía vídeos, viajaba todas las semanas…

P. Ustedes tenían una relación paterno-filial.

R. Yo era como su padre. Si se ponía malo, yo le daba el Dalsy. Si se despertaba con pesadillas, había que levantarse para calmarlo. Hemos pasado muchos momentos juntos.

P. ¿Alcaraz padre dejó de tener autonomía para decidir si usted seguía como entrenador?

R. No es exactamente así. Hubo una persona que consiguió un patrocinador y al final hubo otro entrenador que acompañó a Carlitos durante tres torneos, aunque finalmente volví a ir yo a los viajes. Pedí el control de nuevo y Alcaraz padre aceptó.

P. ¿Le pilló por sorpresa que dejara de acompañar a Carlitos?

R. Sí, porque no fui conocedor del patrocinio hasta que se consiguió.

Foto: Alcaraz ya está en cuartos de Montecarlo. (Reuters/Manon Cruz)

P. ¿Le molestó?

R. Sí, porque viajó con otra persona sin consultármelo y sin proponerme que también fuera yo.

P. Luego ese entrenador fue su auxiliar en los siguientes torneos.

R. Al final su padre me explicó que el entrenador era yo y que habían conseguido un patrocinador que nos ayudaría. Nosotros estábamos para apoyar a Carlitos en lo que necesitáramos.

P. El entorno de Alcaraz creció. ¿Hubo lucha de egos ahí?

R. No, porque el entorno siempre lo ha cuidado mucho. Ha mantenido un nivel alto entrenando y en la gente que lo rodea.

P. ¿Cómo es su entorno actual?

R. Muy familiar porque casi todos son padres, tíos, amigos de la infancia y su entrenador, que también podemos decir que es de la familia. Su padre siempre ha tenido confianza en su equipo.

P. ¿Su salida debilitó el entorno?

R. No, no, no debilitó nada. Él siguió con otra gente, pero mantuvimos el contacto. Nos veíamos en el club y en torneos. En ningún momento sentí que se hubiera debilitado.

P. ¿Cómo se lo tomó Carlitos?

R. No lo sé. Era tan inconsciente que siguió con su camino y nosotros mantuvimos el contacto. Este tema nunca lo he hablado con él personalmente.

P. ¿Ahora le pide consejo cuando se ven?

R. Ahora lo veo menos, porque viaja mucho. Cuando viene al club, tiene que salir rápido porque viene mucha gente. Tampoco hablamos mucho ni nos pedimos consejo el uno al otro.

P. Los recuerdos no se olvidan.

R. Invito a todos los que quieran a ver las fotos que acompañan el libro. Aprecio mucho a todas las personas con las que coincidí en esa etapa. He publicado el libro como recuerdo de todo ese tiempo que compartimos.

P. El primer torneo internacional, en Croacia, ¿fue el principio del fin en su relación?

R. No, porque ahí tenía nueve años y continuamos juntos hasta los 12. Tras aquel torneo, jugamos algunos como Roland Garros, otros en Francia, viajamos mucho a Barcelona.

P. ¿Cómo se produjo la separación?

R. Llegó un momento en el que tenía que dedicarme a otras cosas, a mi trabajo, a mi familia y no podía pasar tanto tiempo dedicado a él.

P. ¿Movía ya dinero en esa época?

R. No, no, porque todavía era un niño. Con 12 años solo necesitaba el dinero con el que poder viajar a los torneos.

P. Usted lo bajó del coche y lo hizo correr tras perder una final en Francia.

R. Fue un partido que perdimos en el que estuvo nervioso y en el que ni luchó ni peleó. Jugó con miedo y se lo dije. Cuando íbamos en el coche de vuelta, paré y lo hice correr durante diez minutos para que aprendiera la lección. Se puede perder, pero no de esa manera.

Una persona consiguió un patrocinador y al final hubo otro entrenador que acompañó a Carlitos a tres torneos, aunque volví a ir yo a los viajes

P. Tras dejar de entrenar a Carlitos, tuteló a Pedro, uno de los mejores amigos de Alcaraz. Hay un partido entre ambos que destaca.

R. Aquel día fue difícil porque yo tenía el corazón dividido, quería que ganaran los dos. Lo pasé mal. No me gustó que ganara Pedro porque me sentía todavía el entrenador de Carlitos.

P. ¿Era Pedro igual de bueno que Carlitos?

R. Era muy bueno, muy fuerte y técnico. Tenía la fe de que podía llegar también a la élite del tenis.

P. Usted incitaba a la lectura en los viajes. ¿Es Alcaraz un gran lector?

R. No, no le gustaba mucho. Pero yo intentaba que los chavales dedicaran rato a la lectura porque también es formación.

P. ¿En qué aspecto debe mejorar Carlitos?

R. Siempre hay cosas que mejorar.

Foto: Alcaraz ya está en cuartos de Montecarlo. (EFE/Sebastien Nogier)

P. ¿Es osado compararlo con Nadal?

R. Rafa es Rafa. Él ha trabajado mucho, pero son totalmente diferentes. Todavía le queda mucha carrera por delante para demostrar que tiene mucho talento y que hará historia.

P. ¿Cómo lo definiría en las distancias cortas?

R. Es un jugador muy divertido que le alegra el día al aficionado. Es sonriente, tiene talento y juega un tenis brillante.

P. Jaime, el más pequeño de los Alcaraz, ¿es un campeón en potencia?

R. No lo sé. Lo único que puedo decirte es que tendrá la oportunidad de trabajar para ser tenista porque va a tener muchas posibilidades. Recibirá la ayuda de su hermano, pero no va a llegar por ser el hermano de Carlitos.

Ahora es Juan Carlos Ferrero el que dirige la carrera de Carlos Alcaraz. El que festeja cada éxito y al que se le saltan las lágrimas con los triunfos de su pupilo. Pero antes de él hubo otros entrenadores, aunque ninguno podrá arrebatarle a Carlos Santos (Cartagena, Murcia, 1981) el honor de haber sido el primer técnico de Carlitos en su carrera. El tipo que talló al murciano.

Carlos Alcaraz
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