Una leyenda te explica por qué no deberías criticar a Alcaraz ni en sus peores momentos

El primer torneo de tierra batida de la temporada, el Masters de Montecarlo, tendrá a un jugador español en la gran final. El destino ha puesto en el mismo lado del cuadro a Alejandro Davidovich y a Carlos Alcaraz, que se enfrentarán este sábado en las semifinales en busca del partido por el título. Si lo logra el malagueño, será su segunda final de la ATP; si es el murciano, tendrá opciones de pelear por convertirse en el nuevo número dos del mundo.

Será un duelo muy atractivo, con dos jugadores que tienen un estilo de juego muy marcado y que quieren alcanzar la final por diferentes motivos. Davidovich, por ser un jugador no acostumbrado en exceso a esas lides; Alcaraz, porque sabe que tiene en sus manos la posibilidad de recuperar el número dos del mundo, algo que solo sucederá si se convierte en campeón. Los dos llegan jugando a mucho nivel y con la intención de seguir con su buena racha.

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EFE

Será un partido fratricida entre dos jugadores que se conocen bien y que permitirán que España tenga un jugador en la gran final de este domingo. Davidovich está firmando un torneo perfecto, jugando a un gran nivel y demostrando un tenis de mucho nivel, con el que ha sido capaz de eliminar a Ben Shelton, Tomás Etcheverry, Jack Draper y Alexey Popyrin. Y, pese a ello, las semifinales no son una ronda donde se le vea de manera habitual.

Sí lo hizo en 2022, precisamente cuando consiguió llegar a la final en Montecarlo, donde no pudo con Stefanos Tsitsipas. El propio Davidovich sabe que ha vivido una evolución de su juego, que tiene claro de dónde viene: "El año pasado fue duro para mí, pero me hizo ser mucho más maduro y mejorar como persona. Cuando sientes eso fuera de pista, es mucho más probable tener un buen rendimiento deportivo", explicaba. Era la clave de su éxito.

Por el otro lado, Alcaraz sigue mostrando ciertas dudas en algunas fases de su juego, especialmente desde el fondo de la pista y en las oportunidades de break, donde se le está viendo algo más dubitativo de lo común. El murciano es un jugador dominador desde el fondo pero, en ocasiones, comete fallos que son producto del ansia por acabar rápido las jugadas en lugar de madurarlas. Eso le ha valido alguna crítica, pues algún partido se le ha escapado por ello.

De hecho, ante Arthur Fils, hubo situaciones en las que parecía que Alcaraz podía dejar escapar la victoria, pero fue capaz de mantener una mentalidad positiva y ganadora para no rendirse a pesar de los momentos de dificultad. Hizo un ejercicio de resiliencia de mucho nivel para lograr el pase a las semifinales. Y, precisamente por ello, ha sido una leyenda del tenis la que ha dado la cara por el español, afirmando no entender todas las críticas que recibe el español.

"¿Recordáis aquellos tiempos locos antes del Big Three, cuando los jugadores no llegaban a la final todas las semanas? Honestamente, tenemos que reajustar las expectativas. Pete Sampras, a pesar de su grandeza, a veces perdía la tercera ronda. Simplemente le sucedía. Alcaraz ya tiene más grandes que Andy Murray y está cerca de figuras como Connors y Agassi. Es absurdo lo que ha hecho", afirmaba Andy Roddick en defensa del murciano.

Rafa Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic han tenido al aficionado tan acostumbrado a pelear por todo cada semana durante tantos años que, si otro gran jugador no está a ese nivel, se antoja casi como si de un fracaso se tratase. Y no hay que olvidar que el murciano solo tiene 21 años y 17 títulos, entre ellos, cuatro Grand Slam. Será este sábado, ante Davidovich, cuando tenga la oportunidad de pelear por meterse en otra final. Eso sí, en un choque fratricida.