"Me recuerda a Agassi": el palo de una leyenda del tenis a Alcaraz por sus inexplicables altibajos

Acaba el primer tercio de la temporada en el tenis y llega el momento de hacer balance. Carlos Alcaraz ha conseguido levantar el título en Róterdam, pero es verdad que se ha quedado algo lejos de los grandes objetivos del inicio de curso. Ni Australia, ni Indian Wells, ni Miami vieron la versión ganadora del español. A pesar de asegurar que parte del trabajo de este año se centra en mejorar esos altibajos en la pista, lo cierto es que las dudas no se han terminado de resolver.

Alcaraz es uno de esos jugadores que no dejan a nadie indiferente en pista y que, cuando firma su mejor tenis, se convierte en imparable. Cuando le corre su derecha, está fino de piernas y la cabeza no le juega malas pasadas, no hay rival que sea capaz de hacerle frente. El problema es que esa versión no se mantiene en el tiempo y sufre unas variaciones que son difíciles de explicar: los mejores y peores momentos se entremezclan en la temporada sin una clave clara.

Esa sensación que tiene el aficionado de ver a un mismo jugador ofreciendo partidos con altísimas prestaciones y otros con un nivel mucho más bajo es la que provoca que muchos duden de si Alcaraz será un jugador capaz de brillar a lo largo del tiempo. Ese espejo de Rafa Nadal con el que todos le comparan le hace mucho daño, pues Nadal solo hay uno. Es verdad que el murciano ha retomado su testigo con energía, pero es mucho más irregular que el balear.

El que mejor lo ha explicado en los últimos tiempos ha sido una leyenda del tenis como Mats Wilander. El sueco, que fue número 1 del mundo y que ganó 7 Grand Slams en su carrera, considera que Alcaraz no es un jugador estable en su juego, algo que está mostrando en los últimos meses. "Creo que está pasando por lo que pasará el resto de su carrera: inconsistencias. Hará milagros a veces y esos milagros le ayudarán a ganar partidos pero, otras veces, no ganará", explicaba en Eurosport.

Para Wilander, hay una comparativa histórica para entender cómo es el juego de Alcaraz: "Me recuerda a Andre Agassi, cuando ganaba torneos y Grand Slams, pero luego sufría derrotas en primera ronda, especialmente cuando llegaba a Europa. Después, volvía EEUU y ganaba grandes torneos y era otra vez número uno del mundo. Creo que las inconsistencias de Carlos Alcaraz están ahí", explicaba el sueco. Pero, ¿dónde está el problema? En la imagen que proyecta.

Ver a Alcaraz ganar partidos imposibles provoca que sus rivales salten a la pista con cierto miedo, pero el problema viene en el mensaje que da cuando pierde contra rivales inferiores a él. Esas derrotas abren una puerta para que sus contrincantes entiendan que no es un tenista invencible, que tiene puntos débiles y que se puede encontrar la manera de derrotarle. Ahí es donde Wilander considera que debe de mejorar Alcaraz... y en lo que se diferencia con Jannik Sinner.

"Cuando Alcaraz pierde un partido, hay al menos cinco jugadores en el mundo que dicen: 'Vale, espera. Si él puede ganarle, yo también puedo hacerlo'. Creo que ese es el problema para Carlos Alcaraz, algo que no le pasa a Sinner. Perder contra Draper o Goffin es algo extraño para un jugador de élite. No es normal ver a un exnúmero uno del mundo, que seguramente vuelve a serlo, tan inconsistente", afirmaba Wilander. Muchas dudas que abren una grieta para sus rivales.

Este curso, Alcaraz ganó en Róterdam, pero las derrotas dicen mucho más de él. Cayó con Goffin en Miami, con Draper en Indian Wells, con Lehecka en Doha y con Djokovic en Australia... completamente lesionado y cojo. Son rivales a los que, por nivel y condiciones en los momentos de los partidos, el español debería de haber ganado. Pero no fue así. Y ese es, precisamente, el palo que Wilander le ha dado a Alcaraz. Para ser el mejor, la clave es mantener el nivel en el tiempo.