"No quiero hablar de ciertas cosas": la extraña dolencia que puso en jaque a Djokovic en Miami

Novak Djokovic no pudo levantar su título número 100 en la ATP. El serbio, que lleva temporada y media sin levantar un título, tenía una gran oportunidad en el Masters de Miami, después de encontrar su mejor juego en muchos meses. Su rival era el checo Jakub Mensik, un recién llegado al tenis profesional que aún no había sido capaz de ganar, pero Nole se quedó con la miel en los labios, pues el joven de 19 años se hacía con la victoria tras ganar por 7-6 (4) y 7-6 (4).

No estuvo lejos Djokovic de conseguir el ansiado triunfo, pero Mensik supo sufrir y aprovechar las escasas oportunidades que tuvo para llevarse su primer título ATP, en un partido que recordará para siempre. Pero algo le sucedió al serbio que pudo facilitar que su rival se llevara la victoria. En un gesto muy elegante, Nole no quiso explicar lo sucedido para, así, no restar valor al triunfo rival, pero las imágenes hablaban por sí solas. Su ojo derecho tenía algún problema.

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El Confidencial

En los minutos previos a la disputa del partido, las cámaras captaron una imagen preocupante de Djokovic. El serbio aparecía con un ojo visiblemente inflamado y rojo, casi cerrado, lo que podía suponer un problema de cara a la final, pues podía verse limitado a la hora de jugar. De hecho, se le vio en varias ocasiones aplicarse colirio en los ojos para tratar de reducir la inflamación. ¿Un golpe? ¿Una picadura? ¿Alergia? ¿Un orzuelo? Muchas especulaciones y pocas respuestas.

Es cierto que en pista no se le vio excesivamente limitado por este problema, pero también es verdad que no se puede saber exactamente cómo le afectó o si, en determinados golpes, la capacidad para ver la bola se vio afectada. Pero Djokovic estuvo muy elegante al final del encuentro, pues en ningún momento achacó la derrota al problema de su ojo derecho y le dio todo el crédito a Mensik por haber conseguido la victoria más importante de su carrera.

"Prefiero no hablar de ciertas cosas. No hay nada que le puede quitar mérito a la victoria de Mensik y no quiero decir nada que parezca que sirva para justificar mi derrota. Cuando uno juega un partido, es igual para los dos jugadores y hay que aceptar todas las circunstancias que sucedan. Me quedo con un sabor amargo por haber perdido la final, pero me marcho de Miami contento tras haber recuperado las buenas sensaciones", explicaba Djokovic en rueda de prensa.

Para Djokovic, la final era importante. El pasado año fue el primero en mucho tiempo en el que no lograba levantar un título de ATP, si bien pudo salvar la temporada consiguiendo el oro olímpico. La medalla sirvió para cerrar esa herida que tenía con el único gran título que le faltaba, pero el resto de torneos se le resistieron, con varias lesiones cruzándose en su camino. Fue entonces cuando puso el foco en tratar de levantar su título cien.

Tuvo la oportunidad en Miami, pero se le escapó en dos desempates igualados que cayeron del lado del checo. Y, por si fuera poco, la derrota le dejó sin poder sumar otros tres récords más a su carrera: ser el tenista con más títulos en el Torneo de Miami, ser el más veterano de la historia en ganar un Masters 1.000 y, al mismo tiempo, el jugador con más trofeos de todos los tiempos en superficie dura. Un éxito que se le escapó por escasos seis puntos.

Por su parte, Mensik tiene razones para estar feliz y, con su gran victoria ante un histórico jugador como Djokovic, manda un aviso a navegantes: aquellos que pensaban que Carlos Alcaraz y Jannik Sinner iban a dominar el tenis de las próximas dos décadas, estaban muy equivocados. Hay un checo que ha aparecido en el panorama tenístico con hambre de título: 'El primero de muchos', rezaba su inscripción a la cámara tras acabar el partido. Ojo con él.