El secreto de la sanción por dopaje a Sinner: "Fue difícil convencerle de que aceptara los tres meses"
El tenista italiano aceptó tres meses de sanción después de que aceptara que había llegado clostebol a su cuerpo de manera involuntaria. Ahora, se conoce cómo se llegó al acuerdo
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No muchas veces ha ocurrido que un número uno del mundo como Jannik Sinner, además de vigente campeón del último Grand Slam que se ha jugado, acepte un castigo por dopaje. Pero mucho menos que, después de llevar muchos meses luchando por demostrar su inocencia, haya decidido someterse a una sanción que, desde algunos focos, se entiende como un escarmiento a la carta, que se ajusta como anillo al dedo a las necesidades del jugador italiano.
Fue hace unas semanas cuando el bombazo tenía lugar, al hacerse público que Sinner aceptaba un castigo de tres meses tras serle encontrado clostebol en el cuerpo, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje. Pero, aún más, al comprobar que, por tiempos, evitaba perderse torneos de gran calado, especialmente el Masters de Roma y, sobre todo, Roland Garros. ¿Cómo se había llegado a este pacto? Ahora, por primera vez, se conocen las interioridades.
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Ha sido la BBC quien, en un amplio reportaje, analiza de manera pormenorizada algunos de los elementos clave de la sanción, explicados por el propio abogado de Sinner y uno de los principales letrados de la AMA. El principal problema era cómo llegar a un pacto: por un lado, Sinner debía de declararse culpable; por otro, la Agencia Mundial Antidopaje debía de buscar una sanción que se ajustase a la realidad de lo que había sucedido para no ser injusta.
De esta manera, Jamie Singer, abogado de Sinner, confiesa que lo más complicado fue abrir los ojos a Sinner. Había llamadas entre los dos letrados, que pronto llegaron a un acuerdo con respecto a la sanción. Por un lado, la defensa de Sinner aceptaba cierta responsabilidad por permitir que la sustancia llegara a su cuerpo, siempre de manera involuntaria; por otro, la AMA no quería que quedara libre de castigo, pero tampoco sin sanción por lo sucedido.
Fue así cuando el pasado 14 de febrero, las dos partes acercaron posturas... pero faltaba una arista por resolver: que lo entendiera Sinner. "Fue muy difícil convencerle de que lo aceptara. Sinner decía: 'Bueno, ¿por qué tendríamos que hacerlo si el primer tribunal independiente me encontró inocente? ¿Por qué tendría que aceptar tres meses ahora?'", explicaba Singer. De hecho, de alguna manera, sería aceptar tácitamente que era culpable del dopaje.
"Mi consejo fue que, si íbamos a juicio, uno nunca sabe qué puede pasar. Si no aceptamos su oferta, la AMA irá a la corte pidiendo un año de castigo y quién sabe qué podrían decidir los tres jueces. Por eso, la opción de cumplir tres meses, en mi opinión, era una buena posibilidad", explica Singer. La rapidez en cerrar el acuerdo es lo que dio lugar a que el castigo de Sinner le permita estar en Roland Garros. E, incluso, que siga defendiendo el número uno del mundo.
Evitar una sanción injusta
Pero la otra pregunta que queda en el aire es por qué la AMA tenía tanta necesidad de buscar un acuerdo con Sinner. Es Ross Wenzel, uno de los abogados de la Agencia Mundial Antidopaje, quien explica el otro punto de vista de este acuerdo por dopaje. "La respuesta científica que recibimos fue que no podía tratarse de un caso de dopaje intencional", explica. Es decir, quedaba meridianamente claro que el positivo había sido involuntario, postura que siempre defendió Sinner.
Pero la AMA, a su mismo tiempo, se dirimía en sus propias dudas: "No estoy seguro de que una sanción de 12 meses o una exoneración total hubieran sido buenos resultados", afirmaba Wenzel. "Una de ellas habría comprometido un principio importante del código antidopaje. La otra, en nuestra opinión, habría sido una sanción excesivamente dura", expresaba. Por esa sanción, se optó por ofrecer a Sinner un camino intermedio. Tres meses de castigo.
Entre medias, muchos deportistas han mostrado su descontento con el castigo a Sinner, siendo Novak Djokovic uno de los más combativos al respecto. "La mayoría de jugadores creen que esta sanción no es justa", confirmaba en fechas recientes. Lo cierto es que así es como se gestó el acuerdo para castigar por dopaje a Sinner durante los próximos tres meses, algo con lo que el italiano asume cierta responsabilidad... pero no le impedirá estar en Roland Garros.
No muchas veces ha ocurrido que un número uno del mundo como Jannik Sinner, además de vigente campeón del último Grand Slam que se ha jugado, acepte un castigo por dopaje. Pero mucho menos que, después de llevar muchos meses luchando por demostrar su inocencia, haya decidido someterse a una sanción que, desde algunos focos, se entiende como un escarmiento a la carta, que se ajusta como anillo al dedo a las necesidades del jugador italiano.