Es noticia
Entre el pudor y la admiración: el deporte español ofrece su último homenaje a Rafa Nadal
  1. Deportes
  2. Tenis
JORNADA DE GALA

Entre el pudor y la admiración: el deporte español ofrece su último homenaje a Rafa Nadal

El Comité Olímpico Español reconoció la carrera del tenista español, retirado en noviembre. Los deportistas nacionales no se perdieron el evento y hablaron de su relación con el ídolo

Foto: Nadal, en el evento celebrado en el COE. (EFE/Chema Moya)
Nadal, en el evento celebrado en el COE. (EFE/Chema Moya)

Solo han pasado tres meses, pero han parecido tres años. O 300. Son muchos días sin Nadal y ya se ha hecho cuesta arriba. Cómo no iba a sentirse el adiós de la persona que ha entrado en las casas de media España. Y sin ser presentador de televisión. Y no fue porque en su primer gran acto público tras la despedida, en el Comité Olímpico Español (COE), la entrada fuera por el parking donde estaban ubicadas las unidades móviles. A Rafa, el único, al que no le hace falta apellido, se le ha tenido cerca desde hace dos décadas. Ya era uno más de la familia.

El ambiente era de gala y quizá lo corroborara los manteles azules de las mesas ubicadas en la zona superior al auditorio, también la decena de cámaras que grababan el evento. Rafa todavía despierta emoción, como se comprobó con la cantidad de niños presentes en la sala, pendientes de la entrada de su ídolo. Ellos fueron los que aplaudieron con más vehemencia en su entrada. Rafa bajó por la escalera a paso ligero, como si no fuera de los mortales. Pero una vez más se comprobó que está entre ellos, porque accedió con una sonrisa cuando el cámara le pidió que redujera el ritmo, que había riesgo de caída. Luego llegó el abrazo con el presidente del COE, Alejandro Blanco, mientras los aplausos seguían sin cesar.

Fue un acto en un auditorio acompañado por las fotos de todas las medallas de París 2024 y se hizo extraño ver que allí había grandísimos deportistas, pero él no estaba. Porque siempre había aparecido en las instantáneas de los premios. Lo anómalo era la derrota y eso tenía muchísimo peligro: el deporte, en realidad, encarna más fracasos que éxitos.

Foto: Rafa Nadal, en su última participación en la Davis, en 2019. (EFE/Juanjo Martín)

El reconocimiento de sus compañeros

Ninguno de los deportistas españoles se quiso perder el evento. La mayoría bloquearon su gente para estar presentes: María Pérez, Alberto Ginés, Adriana Cerezo, Lucía Martín-Portugués… Rafa, "retirado en paz", estuvo muy bien acompañado porque aquellos que crecieron viendo sus gestos y que casi no se atrevían a mirarle a la cara.

Juanma Castaño moderó un evento en el que los deportistas contaron su experiencia con Rafa. Alberto Ginés explicó: "Rafa fue uno de los primeros que me escribió cuando gané el oro [en escalada] en Tokio. Pensé por qué me escribía y dije: '¿Qué respondo para no cagarla?'. Nunca hemos hablado y me gustaría tomarme un café con él".

Adriana Cerezo, por su parte, argumentó que le daba vergüenza mirarlo. "Me ha impactado en persona porque es más alto. Ahora que ha hablado pensaba que me estaba mirando y me he puesto nerviosa". Las risas llegaban con la misma frecuencia que la admiración que le demostraron los deportistas españoles.

placeholder Nadal, junto a Alejandro Blanco en su llegada. (EFE/Chema Moya)
Nadal, junto a Alejandro Blanco en su llegada. (EFE/Chema Moya)

Su valoración como persona

"Nos hacía reflejarnos en él. No seguía el tenis hasta que llegó Rafa, pero recuerdo mucho los duelos con Federer", declaró David Cal, ganador de cinco medallas olímpicas.

Por último, fue el turno de Alejandro Blanco, junto al propio Rafa. "Los 22 Grand Slam y los dos oros olímpicos van al margen. Tienes el respeto y la admiración de todos por tu forma de ser. Hoy estamos aquí para hablar de él".

"Soy una persona que necesito tener cosas que hacer, no me dejan aburrirme", explicó Rafa, ruborizado ante tanto reconocimiento por su timidez. Por ahora está a la espera de encontrar nuevas inquietudes. Hace menos deporte, no ha vuelto a coger una raqueta. Y se había llevado 20 años sin tocar un balón. Ha perdido el toque y es normal por haber llenado de trofeos las vitrinas. Como el obsequio que le dio Blanco y los deportistas presentes.

Solo han pasado tres meses, pero han parecido tres años. O 300. Son muchos días sin Nadal y ya se ha hecho cuesta arriba. Cómo no iba a sentirse el adiós de la persona que ha entrado en las casas de media España. Y sin ser presentador de televisión. Y no fue porque en su primer gran acto público tras la despedida, en el Comité Olímpico Español (COE), la entrada fuera por el parking donde estaban ubicadas las unidades móviles. A Rafa, el único, al que no le hace falta apellido, se le ha tenido cerca desde hace dos décadas. Ya era uno más de la familia.

Rafa Nadal
El redactor recomienda