El marrón que se comió David Ferrer con Rafa Nadal y el callejón sin salida de la Copa Davis
Rafa Nadal, sin disputar un partido oficial desde el 29 de julio, jugó antes que Bautista y perdió el primer partido contra Países Bajos. ¿David Ferrer tomó la decisión correcta o la más popular?
Nadal se despide de la afición española. (EFE/Daniel Pérez)
La despedida de Rafa Nadal del tenis profesional fue triste, inesperada y dolorosa. Hasta inmerecida. España, que jugaba en casa contra una de las selecciones más asequibles como Países Bajos, empezó a quedar eliminada tras perder un partido, el de Nadal contra Botic Van de Zandschulp, que nunca se tuvo que haber celebrado. El problema es que nadie tuvo el valor suficiente, ni el mismo Rafa Nadal ni el capitán de La Armada, David Ferrer,de sentar a la leyenda a la que todo el mundo quería ver en el pabellón Martín Carpena de Málaga.
No había ningún argumento táctico, físico ni técnico sólido que sostuviera el deseo de contemplar a Rafa Nadal ganando al gigante neerlandés en su debut. ¿Cómo iba a abrir fuego el tenista con más dudas físicas de la delegación? Un deportista sin ritmo competitivo, sin minutos en las piernas y alejado de las pistas en los últimos tiempos... por muy buenas que fueran las "sensaciones" en los entrenamientos.
Solo el recuerdo de un icono con un carácter competitivo demoledor y una mente de hierro capaz de sobreponerse a todo obstáculo que se encontrase por el camino justificó la decisión. Tomar otra salida hubiese sido ir contra millones de personas y la delegación española priorizó la figura de Nadal por encima del resto de aspectos. David Ferrer, al que se le pudo ver sufrir mucho como capitán y persona muy cercana a Nadal, tenía toda la presión en su contra.
El español, muy emocionado tras la retirada. (EFE/Jorge Zapata)
Ferrer tenía dudas con el físico y el ritmo de Nadal
España contaba con la posibilidad de alinear a Roberto Bautista en individuales y colocar a Nadal en la pareja de dobles junto a Marcel Granollers, un cambio que le hubiese exigido menos físicamente, pero su protagonismo hubiese descendido drásticamente. Además, Bautista venía de ganar el ATP 250 European Open el pasado de octubre. Sí, en pista rápida.
El público había pagado para ver a Rafa Nadal y la consecución de la Copa Davis quedaba en segundo plano. El tenista balear, el mejor deportista español de la historia, no había disputado un partido oficial desde el 29 de julio, cuando cayó en los Juegos Olímpicos frente a Novak Djokovic. Ya por entonces, el cuerpo maltrecho del español sabía que el huracán de lesiones sufridas a lo largo de su carrera, junto a su elevada edad, 38 años, era un escollo para el máximo nivel.
El propio David Ferrer tenía tomada la decisión de hacer jugar a Nadal desde hacía semanas pese a las dudas en las últimas horas. En una charla en el canal Sala de Jugadores, el capitán español aseguró lo siguiente: "Cuando salió el sorteo, le mandé un mensaje y le dije que se preparara para jugar contra Botic Van de Zandschulp. Su respuesta fue clara: Estaré listo".
Sin embargo, el propio Ferrer no ocultó que le hubiese gustado que Nadal llegase más rodado. "Va a disputar este mes las Six Kings Slam y a mí me gustaría que compitiera en otro evento antes de venir con el equipo". Nada más terminar el encuentro de Nadal, el balear reconoció en rueda de prensa que su nivel no había sido "suficiente" y dejó una declaración contundente y autocrítica, sabedor de su estado actual.
La autocrítica más cruda de Nadal
"Si yo fuera el capitán no me pondría a jugar el siguiente partido. La decisión de jugar la tomó él, para eso es el capitán. No he podido ganar el punto, no puedo decir lo siento porque esto es deporte. Yo lo he intentado como lo he intentado siempre. Uno no puede controlar el nivel que tiene", aseguró Rafa. El manacorí quiso dejar claro que él no había presionado a David Ferrer para jugar y que todo el peso de la decisión final recaía en el capitán español.
Nadal se despide del tenis profesional con un homenaje tras la eliminación en la Davis
"He tratado de ponérselo fácil diciéndole cómo me sentía. Ha tenido la confianza en ponerme, no he tenido ninguna lesión ni nada importante para decir que no estaba listo. Él ha visto los entrenamientos y ha decidido. Le agradezco la oportunidad", siguió el balear. "Ha habido muchas conversaciones esta semana, sabía que algo como lo de hoy podía pasar. Después del entrenamiento de ayer, que fue positivo, David tenía confianza en que yo era el jugador que debía jugar. Las cosas pueden ir bien o mal, por supuesto ponerme en pista y jugar el primer partido era un riesgo", añadió.
El español también remarcó que la decisión de jugar fue del capitán, David Ferrer. "Lo que es interno es interno, pero por supuesto no ha sido una decisión fácil para el capitán. Al final, realmente creía que David elegiría al jugador que sentía que tenía mejores opciones de ganar. Desde el principio le he dicho que no sintiese ninguna presión conmigo, honestamente", empezó.
"No es lo mismo entrenar que competir"
Preguntado sobre ello en Mundo Deportivo, Ferrer contestó "el capitán es el que tiene que tomar decisiones y no me arrepiento para nada. A toro pasado todo es muy fácil, pero lo volvería a hacer. Obviamente, sabiendo el resultado, cambiarías ciertas cosas, tácticas. Pero yo confiaba en que era el mejor equipo. Esto es así. Para esto está el capitán. Para tomar decisiones y aceptar que a veces salen bien y a veces no".
Habrá muchas más Davis, Rafa solo hay uno ❤️ Gracias a ti me he convertido en tenista profesional. Ha sido una suerte poder vivir tu carrera como un niño para el que fuiste un ídolo y luego como un compañero de equipo más! El mejor embajador posible que deja un legado eterno 🙏🏻… pic.twitter.com/WFeTcgVGO5
A su vez, el capitán de La Armada sostuvo "Rafa había entrenado bien. Había esa duda con Roberto (Bautista) y Rafa, pero Rafa estaba preparado. Compitió y no se dio. Era pista rápida, el otro llegaba con más partidos, con ritmo. Rafa ha competido muy poco en los últimos meses. Y no es lo mismo entrenar que competir". Alcaraz lo resumía de forma más sencilla en X, "habrá muchas más Davis, pero Rafa solo hay uno".
Al final del día en Málaga, Nadal daba con la irremediable verdad. "No estoy cansado de jugar al tenis, pero ha llegado un momento en que el cuerpo no quiere jugar más. No me da. Soy un privilegiado. He tenido una carrera más larga de lo que había imaginado. Muchas gracias a todos".
La despedida de Rafa Nadal del tenis profesional fue triste, inesperada y dolorosa. Hasta inmerecida. España, que jugaba en casa contra una de las selecciones más asequibles como Países Bajos, empezó a quedar eliminada tras perder un partido, el de Nadal contra Botic Van de Zandschulp, que nunca se tuvo que haber celebrado. El problema es que nadie tuvo el valor suficiente, ni el mismo Rafa Nadal ni el capitán de La Armada, David Ferrer,de sentar a la leyenda a la que todo el mundo quería ver en el pabellón Martín Carpena de Málaga.