Djokovic entrega los premios del ATP de Belgrado y es más aclamado que el propio campeón

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Novak Djokovic se encuentra oficialmente de vacaciones. Después de un año de auténtica montaña rusa con su rotura de menisco y sus cero títulos de Grand Slam y ATP, pero con la gloria olímpica como colofón a su carrera. En estas circunstancias, el serbio ha querido dar por cerrada la temporada al renunciar a participar la Copa de Maestros de Turín.

El serbio ha argumentado que es una lesión lo que le impide estar en el torneo que reúne a los ocho mejores tenistas del año, pero días antes de este comunicado se le veía disfrutando en Las Maldivas después de un año que recordará para siempre, tanto para bien como para mal.

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Rubén Rodríguez

La lesión del menisco sufrida en los octavos de Roland Garros ponía en peligro su participación en Wimbledon y sobre todo en los Juegos Olímpicos de París, el último gran título que le faltaba. Tres semanas después de operarse el menisco llegaba a la final del grande londinense, aunque sucumbía ante Carlos Alcaraz. Pero Djokovic se tomó la mejor de las revanchas y rendía al español en la final olímpica.

Una vez alcanzado ese ansiado oro el resto de temporada dejó de tener importancia y motivación para Djokovic. Caía en segunda ronda del US Open y cedía en la final del Masters 1000 de Shanghai frente a Jannik Sinner. Jugó el torneo de exhibición del ‘Six Kings Slam’, donde volvió a perder ante el italiano, pero donde tuvo la oportunidad de despedirse de su mayor rival: Rafa Nadal. Y allí aseguro que, con la retirada del español, también se iba una parte de él.

Por lo que necesitaba desconectar para asimilar todo lo vivido esta temporada, pero no se quería perder el ATP 250 que se juega en su Belgrado natal. Hizo acto de presencia, pero como mero espectador y después de la final, en la que venció Denis Shapovalov a Hamad Medjedovic, Djokovic fue el encargado de entregar los trofeos de subcampeón y campeón.

En ese momento la ovación fue atronadora, incluso más que cuando Shapovalov recibió su título. De hecho, el público congregado comenzó a gritar “Nole, Nole”. Demostrando una vez más que el 24 veces ganador de Grand Slam es un ídolo nacional en Serbia.