Dominic Thiem apunta a una de las causas de su retirada en el tenis: "La forma en la que practicamos este deporte no es saludable"

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Dominic Thiem estaba destinado a ser uno de los tenistas que podían poner fin al reinado del Big Three (Novak Djokovic, Roger Federer y Rafael Nadal). Sin embargo, se vio que estos tres tenistas eran los mejores de la historia y no iban a tener más rival que ellos mismos. Pero, a pesar de ello, el austriaco fue capaz de vencer a los tres y de mirarlos de tú a tú, sobre todo en tierra batida, donde muchos le consideraban el heredero de Nadal en esta superficie.

Pero en 2021 su muñeca dijo basta y la fractura que sufrió le bajó a los infiernos. Desde entonces, el que llegó a ser campeón del US Open en 2020, nunca más levantó la cabeza. Y tras más de tres años intentando conseguir su mejor nivel y no hacerlo, Thiem decidió colgar la raqueta ante la impotencia de no poder volver a ser el que era.

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Una de las causas fue su intensidad de golpeo que hacía que su muñeca estuviera exigida al 100% y el austriaco lo admitió en una entrevista con The Guardian: "En los últimos años, me resultó muy difícil mantener ese volumen de entrenamiento. La muñeca no podía soportar esa carga y, además, las otras partes del cuerpo envejecían cada vez más", lamentaba Thiem.

Pero no dejó pasar la oportunidad de criticar el exigente ritmo de vida del tenista, que está limitado por el apretado calendario y por un tipo de tenis más rápido, intenso y agresivo: "Creo que la forma en que practicamos este deporte no es saludable y, en un momento dado, una o más partes del cuerpo se rompen. Es algo que se puede ver en casi todos los jugadores, no hay ningún jugador que no haya sufrido lesiones a lo largo de su carrera".

Además, confirmó lo que todo el mundo esperaba: que su muñeca nunca volvió a ser la misma que le permitía realizar esa derecha tan dominadora y eficaz. "No es muy sorprendente porque obviamente usaba mucho la muñeca, especialmente en el golpe de derecha, y era una de mis partes más importantes en los últimos momentos antes de golpear la pelota para acelerar un poco más con la muñeca", explicaba.

"Probablemente, lo hacía millones de veces y, en un momento dado, eso es también lo que dijo el médico. La muñeca se debilitó un poco y luego se rompió. Después de eso, nunca volví a tener la misma sensación", asegura un Thiem que durante varios años se convirtió en un quebradero de cabeza para los mejores tenistas del mundo.