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Alcaraz aplasta a Djokovic en Wimbledon en una exhibición histórica de tenis (6-2, 6-2 y 7-6)
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Impresionante nivel

Alcaraz aplasta a Djokovic en Wimbledon en una exhibición histórica de tenis (6-2, 6-2 y 7-6)

El tenista español gana su segundo título de Wimbledon y su cuarto Grand Slam con tan solo 21 años. Alcaraz pasó por encima de Djokovic en un partido extraordinario y aumenta su leyenda

Foto: El español, imparable de nuevo. (EFE/Neil Hall)
El español, imparable de nuevo. (EFE/Neil Hall)

Carlos Alcaraz firmó uno de sus mejores partidos de su carrera para destrozar a Novak Djokovic (6-2. 6-2 y 7-6). El tenista español rozó la perfección con una puesta en escena que noqueó al balcánico, superado por su ritmo endiablado, determinación, autoridad, arsenal de golpeos y talento puro. Con los dos primeros sets en su bolsillo, Alcaraz manejó todos los registros posibles, tanto desde el fondo de la pista como en la red, con un servicio demoledor que ni los restos élite del balcánico pudieron frenar. Djokovic intentó reaccionar en el último set, donde salvó un 40-0 abajo con saque para Alcaraz, pero el español marcó la diferencia en el tie-break y se llevó el título de Wimbledon, trofeo que revalida. El español suma cuatro Grand Slams con 21 años, más que Rafa Nadal a su edad.

El tenista murciano entró al partido en plena ebullición, sintiendo la pelota como una extensión más de su brazo, perfectamente trenzado con la raqueta. El español, con el cuarto Grand Slam entre ceja y ceja, complicó a Novak Djokovic desde el primer momento. Aunque el poderoso saque del serbio y su agresividad en pista intentaron amedrentar al español, Alcaraz alargó hasta más de 14 minutos el primer juego para aprovechar la primera opción de break y endosarle un mazazo moral a su rival.

Con servicios de 220 kilómetros por hora, Alcaraz se impuso en el segundo juego en una potente declaración de intenciones tras el gran cruce de halagos en la previa del encuentro. Los primeros compases de la gran final de Wimbledon se distanciaron al máximo del choque del año pasado, donde Djokovic se presentó con un ritmo demoledor que empujó a Alcaraz al límite hasta la remontada histórica del murciano.

Alcaraz, un tenista imparable

Esta vez, el español consolidó su break y no paró de demostrar un resto de mucho nivel para frenar la reacción del balcánico. Djokovic se protegía con su saque, pero no era suficiente ante el ritmo de Alcaraz. Las caras de frustración se acumularon en el serbio con el 3-1 a favor de Alcaraz... y una doble falta para el 4-1 que confirmó el mal inicio del ganador de 24 Grand Slams.

El serbio tendría una opción de break en el sexto juego, pero Alcaraz haría gala de su determinación y madurez para sofocar el intento de rebelión de Djokovic con su tercer saque directo. El español, con solo 21 años, cerraría el primer set de manera brillante con autoridad y clarividencia tras manejar la presión en cada momento clave del primer asalto (6-2).

El segundo set no cambió la dinámica. Los derechazos de Alcaraz sacudieron la aparente tranquilidad que siempre adereza a Djokovic y el español dispuso de break en el primer juego, como ya sucedió en el primer set. El murciano le rompió el saque de nuevo, pero empezó a cometer errores en el saque para dar un respiro al serbio. Ahí se abrió una pequeña ventana que Alcaraz cerró de golpe para el 2-0.

El balcánico entonces cometió otra doble falta e iba a remolque frente a un Alcaraz extraordinario. La paleta de golpeos de Alcaraz, junto con el arsenal de saques, tenía a Djokovic en una nube de desesperación. Una dejada fantástica le catapultó hasta el 3-1 y Djokovic sacó las garras con un juego en blanco en el 3-2. El serbio mejoró su juego, tratando de adaptarse al ritmo de Alcaraz, aunque el español no cedía. El del Palmar llegó a la bola de break y le rompió por cuarta vez su servicio (5-2).

​Los nervios de Alcaraz y la resistencia de Djokovic

Djokovic ganó el primer juego del tercer set por primera vez en el partido. El español cometió una doble falta, pero siguió adelante sin dudar. Con el 1-1, Alcaraz exhibió una defensa sólida y obligó al balcánico a arriesgar en la red y a bordar el tenis. Alcaraz era un témpano de hielo, restando sin parar y alcanzando bolas imposibles. La cara de Djokovic era de sufrimiento y el saque era el único nexo que lo unía todavía a la final.

El serbio logró el 1-2 para decir que aún estaba vivo y recordarle a Alcaraz contra quién competía. Su grito de liberación expuso sus dificultades, pero también que no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer hasta el final. El serbio subió a la red y mudó el gesto, como si hubiese esperado este momento durante el choque y por fin hubiese llegado con el 2-3.

placeholder Carlos Alcaraz recogió el trofeo con satisfacción. (Reuters/Paul Childs)
Carlos Alcaraz recogió el trofeo con satisfacción. (Reuters/Paul Childs)

Entonces Alcaraz frotó la lámpara con una dejada estelar para anestesiar la posible remontada de Djokovic. Los restos del balcánico llevaron a que gozase de su segunda bola de break, algo que el murciano evitó con el 3-3. Djokovic se sentía mejor con el siguiente juego en blanco, aunque no podía alterar el sino de la final; síntoma de ello fue que Alcaraz cosechó el 4-4 y se plantó 0-40 para otro posible break que selló.

Con todo a favor, camino de un juego en blanco, Alcaraz dudó con la presión y con el saque a favor y se pasó de una bola de partido a bola de break para el serbio. Tras resistir tres bolas al límite y un grito que le hizo errar, Djokovic hizo break a Alcaraz (5-5) y remató la faena en el próximo juego (6-5).

El murciano llevó el partido al tie break, donde empezó perdiendo para pasar a la remontada desde el fondo de la pista (2-1) y tiró de golpes ganadores para el 3-1. El servicio del balcánico recortó distancias y empató (3-3). El murciano tomó ventaja de nuevo con derechas cortadas (5-3). Djokovic repitió el saque y volea, pero Alcaraz siguió adelante con su cuarta bola de partido y se embolsó su cuarto Grand Slam y segundo Wimbledon. Nunca perdió una final.

Carlos Alcaraz firmó uno de sus mejores partidos de su carrera para destrozar a Novak Djokovic (6-2. 6-2 y 7-6). El tenista español rozó la perfección con una puesta en escena que noqueó al balcánico, superado por su ritmo endiablado, determinación, autoridad, arsenal de golpeos y talento puro. Con los dos primeros sets en su bolsillo, Alcaraz manejó todos los registros posibles, tanto desde el fondo de la pista como en la red, con un servicio demoledor que ni los restos élite del balcánico pudieron frenar. Djokovic intentó reaccionar en el último set, donde salvó un 40-0 abajo con saque para Alcaraz, pero el español marcó la diferencia en el tie-break y se llevó el título de Wimbledon, trofeo que revalida. El español suma cuatro Grand Slams con 21 años, más que Rafa Nadal a su edad.

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