El bombardero que llegó a ser tercero del mundo y que vuelve a las pistas tras dos años lesionado

El tenis vive uno de los mejores momentos de su historia. Hasta hace unos meses, los tres mejores jugadores de todos los tiempos compartían pista, con Rafa Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic marcando una época y un buen número de rivales tratando de hacerles sombra. Muchos de esos tenistas alcanzaban las rondas finales de los torneos, pero el poder del Big Three complicaba enormemente su labor, si no es menos cierto que algunos eran realmente peligrosos.

Es el caso Milos Raonic, uno de esos secundarios de lujo que siempre peleaba por lo más alto. Un cañonero de esos que, especialmente en pista rápida o hierba, siempre complicaban a los grandes por su poderoso saque y sus derechazos desde el fondo de la pista. Para derrotar al canadiense, era necesario tener mucha concentración, aprovechar las escasas oportunidades que daba y, sobre todo, sobrevivir al bombardeo continuo que suponía enfrentarse a él.

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Llegó a ser número tres del mundo, puesto que alcanzó en 2016 tras llegar a las semifinales del Torneo de Maestros, donde perdió con Andy Murray. Habitual del Top Ten durante muchos años, las lesiones se cruzaron en su camino para, en 2021, verse obligado a hacer un parón. Tras perder con Brandon Nakashima en el ATP 250 de Atlanta, Raonic decidió para para restañar sus heridas. Ahora, dos años más tarde, por fin regresa a las pistas en 's-Hertogenbosch.

Ganador de ocho torneos ATP, cuatro veces finalista de Masters 1.000 y subcampeón de Wimbledon en 2016, Raonic lleva dos años en el dique seco. Un cúmulo de lesiones a lo largo de los dos últimos años le han impedido jugar un solo torneo, si no es menos cierto que volverá a la competición en el torneo neerlandés, donde reaparecerá con su ránking protegido como 33º del mundo. Una vez acabada la temporada de tierra batida, el bombardero canadiense volverá a las pistas en hierba.

Para los amantes al tenis, Raonic había pasado a un absoluto segundo plano, quedando casi olvidado por la velocidad con la que otros jóvenes talentos habían hecho acto de presencia en el circuito. Nombres como Carlos Alcaraz, Felix Auger-Aliassime, Holger Rune, Janick Sinner o Lorenzo Musetti han acaparado buena parte de la actualidad por sus increíbles actuaciones, dejando a algunos jugadores de la vieja guardia en el ostracismo más absoluto.

Por esa razón, cuando desde el torneo neerlandés se anunciaron algunos de los jugadores que ya han confirmado su presencia en 's-Hertogenbosch, muchos aficionados se sorprendieron al ver a Raonic, un tenista al que tenían olvidado y que fue uno de los grandes dinamizadores del circuito hace no demasiado. Ahora, con 33 años, su objetivo es volver a tratar de recuperar el nivel previo a las lesiones y, por qué no, soñar con levantar algún título más.

Con sus 196 centímetros de altura y sus 98 kilos de peso, Raonic siempre fue uno de esos pegadores que se convertían en un jugador muy peligroso en pista. Ahora, tras dos años en el dique seco y con la necesidad de recuperar el tiempo perdido, el canadiense regresa a las pistas con la intención de reverdecer viejos laureles. Y, por qué no, de volver a convertirse en uno de los grandes jugadores del circuito. Milos Raonic está de vuelta.