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Alcaraz y la dificultad de seguir queriendo ganar: "Era el número uno del mundo y no lo disfrutaba"
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Alcaraz y la dificultad de seguir queriendo ganar: "Era el número uno del mundo y no lo disfrutaba"

El tenista murciano confesó los problemas que tuvo tras convertirse en número uno del mundo tan rápido y la pérdida de hambre que le supuso llegar a la cima del ránking ATP

Foto: Carlos Alcaraz, en el torneo de Río. (EFE/André Coelho)
Carlos Alcaraz, en el torneo de Río. (EFE/André Coelho)

Carlos Alcaraz es un tenista diferente. A pesar de tener solo 19 años, muestra una madurez propia de los jugadores que están llamados a marcar una época. Ahora, después de una complicada etapa tras la mayor felicidad deportiva de su vida, por fin vuelve a sonreír y empieza a coger velocidad de crucero, en una temporada en la que suma por victorias todos los partidos que ha disputado. El último, su triunfo ante Fabio Fognini en octavos del torneo de Río de Janeiro [6-7(5), 6-2 y 6-4].

Sin embargo, el comienzo de temporada para Alcaraz no fue nada sencillo. Después de explotar la pasada temporada, su victoria en el US Open le convertía en el número uno del mundo más joven de la historia del tenis. Sin embargo, ese triunfo también se convirtió en una losa para el tenista murciano, que empezó a notar demasiado peso por ser el mejor del mundo. Y no solo por lo que marcaba su ránking, sino por lo que suponía quedarse sin objetivos.

Foto: Carlos Alcaraz celebra un punto frente Mateus Alves en el Abierto de Río de Janeiro. (EFE/Luiza Moraes).

Y es que, aunque pueda sonar extraño, llegar al número uno del mundo supuso un paso atrás para Alcaraz. Para un tenista tan joven, que desde que es un niño sueña con convertirse en el mejor jugador del mundo, emulando a sus grandes ídolos, como son Rafa Nadal y Roger Federer, no fue fácil de asimilar que, a las primeras de cambio, había llegado a la cima del tenis mundial y que, por tanto, había cumplido su gran misión casi nada más aterrizar en el tenis. ¿Qué hacer ahora?

"Cuando vi que había conseguido lo que había soñado desde pequeño, esa aspiración se atenuó un poco. Fue duro, porque nadie lo estaba disfrutando. Me pregunté a mí mismo: '¿A dónde voy ahora?'. Lo que han hecho Rafa, Roger y Novak es casi imposible. Lo difícil no es solo ganar, sino seguir queriendo ganar. Creo que cuando ganas tu primer Grand Slam, te das cuenta de lo complicado que es. Y quiere seguir haciendo realidad mi sueño", explicaba en una entrevista con 'Vogue'.

Pensemos que, tras su aparición al más alto nivel, en 2021, aseguraba que su principal objetivo de cara a la temporada que estaba por entrar era acabar entre las 15 mejores raquetas del mundo. Y no solo lo consiguió, sino que en cuestión de poco más de medio año ya era el número uno del ránking ATP. Este hecho, según sus propias palabras, le hizo perder intensidad en pista, no tener objetivos que marcarse a corto plazo y perder algo de ilusión por jugar al tenis.

Por ello, tuvo que trabajar más duro que nunca. "La psicóloga me ha ayudado mucho, estaba algo desorientado. No controlaba bien mis emociones, me cabreaba mucho. Cuando tenía 15 o 16 años rompía bastantes raquetas y eso ponía en riesgo mi juego. Sabía que tenía que mejorar en ese aspecto. Gracias a ella lo he conseguido. Sentirme tranquilo durante un año tan exigente es fundamental. Y desde mi punto de vista, es crucial salir a la pista sonriendo, siendo feliz", explica.

El problema vino después, pues tras conseguir poner en orden sus ideas, fue su cuerpo el que dijo basta y terminó encadenando dos lesiones que le han tenido apartado de las canchas durante más de 100 días, perdiéndose el Open de Australia. Fue precisamente en la Rod Laver dónde Novak Djokovic le arrebató el número uno del mundo y le relegó a la segunda posición. Ahora, vuelve a soñar con regresar a lo más alto y está poniendo todos los ladrillos posibles para volver a construir ese muro.

Tras ganar los cuatro partidos que le convirtieron en campeón en Buenos Aires en el primer torneo que jugaba en 2023, de momento ya suma por victorias los dos partidos que ha disputado en Río. Alcaraz vuelve a demostrar que tiene toda la ilusión del mundo por convertirse en un jugador que haga historia en el tenis mundial y, para ello, ha trabajado muy duro durante este tiempo de ausencia de las pistas. Ha vuelto a descubrir las ganas que tiene de triunfar en las pistas.

Carlos Alcaraz es un tenista diferente. A pesar de tener solo 19 años, muestra una madurez propia de los jugadores que están llamados a marcar una época. Ahora, después de una complicada etapa tras la mayor felicidad deportiva de su vida, por fin vuelve a sonreír y empieza a coger velocidad de crucero, en una temporada en la que suma por victorias todos los partidos que ha disputado. El último, su triunfo ante Fabio Fognini en octavos del torneo de Río de Janeiro [6-7(5), 6-2 y 6-4].

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