Terminator ha vuelto: Djokovic impone su ley y aplasta a De Miñaur por la vía rápida en Australia

Novak Djokovic ya está en cuartos de final del Open de Australia (6-2, 6-1 y 6-2) y lo ha hecho a lo grande: jugando el tenis más brillante que se ha visto en lo que va de torneo. Muchas dudas había con el estado de forma del serbio, después de que ante Enzo Couacaud incluso tuviera que ser atendido por los servicios médicos por sus problemas en la pierna izquierda. Ante Alex de Miñaur, la gran esperanza local, el dominio y el poder de Djokovic fueron absolutos. Volvió a jugar en modo Terminator.

Y es que, cuando el serbio entra en trance, se convierte en un jugador difícil de parar. Prácticamente sin moverse por la pista, gracias al completo control del juego que tiene en todo momento, es capaz de aumentar el ritmo, la profundidad y la potencia de sus golpes para desarmar a cualquier rival que tenga delante. Y De Miñaur no fue una excepción: a pesar de tratar de sacar su mejor versión y no darse nunca por rendido, Nole fue una apisonadora en la pista.

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Javier de Paz Fernández

De Miñaur comenzó con mucha intensidad, a sabiendas de que buena parte de sus opciones pasaban por hacer correr a Djokovic. Durante los primeros juegos, el australiano fue capaz de cumplir con su plan... hasta que el serbio se enfadó. Solo necesitó seis juegos para conseguir el primer break del partido y, a partir de ahí, el tenista local se quedó sin ninguna opción de ganar el partido. Djokovic puso la marchetta y De Miñaur fue incapaz de seguirle.

Tras esa primera rotura, solo tuvo que esperar a su siguiente oportunidad para lograr otra más y sumar su primer set (6-2). Djokovic estaba bordando el tenis: con un saque dominador, golpes muy profundos y con las líneas como sus principales amigas, comenzó a dar un recital de juego como pocas veces se había visto en esta edición de Australia. Y, por supuesto, los problemas físicos con los que había llegado al partido quedaron en un segundo plano.

Cuando parecía que el primer set había sido un festival de Nole, comenzó el verdadero recital: paralelos, cruzadas, dejadas, contrapiés, derechas de muchísimo nivel y un dominio aplastante, De Miñaur era un pelele en manos del serbio, que estaba disfrutando de lo lindo. Le salía todo lo que intentaba y el australiano solo podía correr de un lado a otro con la intención de mantenerse vivo en el partido. Pero la apisonadora se había puesto a funcionar y la segunda manga también cayó de su lado (6-1).

Comenzaba el tercer set y, con casi total seguridad, la última oportunidad para De Miñaur para poder seguir vivo en el partido..., pero, de nuevo, Nole lo bordó. Sin perder la calma, jugando con las ideas muy claras y llevando la iniciativa en todo momento, Djokovic volvió a dar un verdadero recital de juego para desarmar a su rival y confirmar su seria candidatura al título (6-2). El serbio lo hizo todo bien y demostró que el objetivo es tratar de igualar a Rafa Nadal.

Después de un año de críticas, de ataques por su decisión sobre las vacunas y de no poder competir en numerosos torneos por el covid, Nole está dispuesto a recuperar el tiempo perdido. Djokovic sabe que, ganando el título en la Rod Laver, volverá al número uno, empatará a Nadal como mejor tenista de todos los tiempos y, sobre todo, callará las bocas de aquellos que cargaron contra él. Y, de momento, está bordando el tenis en el Open de Australia.