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Apoteósica victoria de Alcaraz ante Sinner en la gran epopeya del nuevo tenis: "¡Soy un toro!"
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6-3, 6-7, 6-7, 7-5 y 6-3

Apoteósica victoria de Alcaraz ante Sinner en la gran epopeya del nuevo tenis: "¡Soy un toro!"

El español consigue acceder a sus primeras semifinales de un Grand Slam tras una gigantesca remontada ante Yannik Sinner. Tiafoe, verdugo de Rafa Nadal en Nueva York, será su próximo rival

Foto: Alcaraz, durante el encuentro. (EFE/EPA/Jason Szenes)
Alcaraz, durante el encuentro. (EFE/EPA/Jason Szenes)

Carlos Alcaraz se aferra con uñas y dientes al US Open. El español alcanza las semifinales del torneo tras un titánico partido ante Yannik Sinner por 6-3, 6-7, 6-7, 7-5 y 6-3. Más de cinco horas y 20 minutos de encuentro que bien pudo ser la final del Grand Slam por lo que se vio en la pista de Nueva York. El murciano consigue estar, por primera vez en su carrera, en unas semis de un grande. Es el tenista más joven en alcanzar esta ronda de un grande desde Nadal en Roland Garros 2005.

La presión fue máxima para Carlos, que, tras arrasar en las rondas previas, tuvo delante a un tenista con mayúsculas, la mejor versión del italiano. Sinner aprovechó las dudas del español y pisó el acelerador. Hubo emoción hasta el final. El número 10 del mundo perdonó una bola de partido en el cuarto set y dejó vivo a Alcaraz, quien forzó la última manga. La rebelión del murciano superó la inmensa raqueta de Sinner, que por momentos pareció imparable esta madrugada. Un partido de época, de leyenda. No hay más. Apoteósico espectáculo que demuestra que la nueva orden del tenis incluirá a talentos como Alcaraz, Sinner o Casper Ruud.

placeholder Alcaraz celebra la victoria. (Deutsch/USA TODAY Sports)
Alcaraz celebra la victoria. (Deutsch/USA TODAY Sports)

Alcaraz comenzó abrumador. Si el tenis de Sinner estaba siendo bueno, el del murciano era sencillamente insuperable. Golpes 'delicatessen', uno tras otro, por parte de ambos tenistas. Dentro del repertorio de Carlos, solo se echó en falta exhibir un poco más de sus habituales dejadas. Con un 6-3 en el marcador, la afición local estaba rendida al español. Sinner reaccionó en la segunda manga. El italiano está llamado a estar entre los grandes aspirantes a dominar el tenis del futuro. Solo le falta continuidad en sus resultados (que se dice pronto). El gigante de Bolzano se convirtió en máquina y dejó en nada los esfuerzos de Alcaraz de resistir un 'tie break' demoledor (7-9).

La resurrección de Sinner, la desesperación de Alcaraz

No se lo podía creer Sinner. Brazos en jarra. Resoplido y mirada a los suyos. Había pasado de dominar el set a Carlos Alcaraz a que este le rompiese el servicio para ponerse 5-6 en la tercera manga, un momento crucial del partido. Juan Carlos Ferrero, entrenador del murciano, saltó en las gradas de Nueva York y gritó con rabia. No era para menos la emoción. Alcaraz acababa de superar el saque del italiano con una derecha a la misma línea y un revés paralelo de ensueño. Como si se tratase de un combate de boxeo, el español había mandado a Sinner a la lona y ya oía el conteo del árbitro yendo por ocho. Al nueve abrió los ojos y al 10 se levantó.

Aguantó Sinner a base de ‘passing shots’ en el servicio de Alcaraz, que solo tenía que cumplir con su saque y hacerse con el trascendental tercer set. Cada vez que el español subía a la red después de un buen resto, la derecha de Jannik cruzaba de esquina a esquina del Arthur Ashe Stadium (pista central). Tocado mentalmente por no aprovechar la rotura, Carlos desapareció del 'tie break', que se lo llevó el italiano por siete a cero.

placeholder Sinner completó un excelso partido. (Robert Deutsch/USA TODAY Sports)
Sinner completó un excelso partido. (Robert Deutsch/USA TODAY Sports)

Jannik Sinner nació y se crio en San Cándido, provincia de Bolzano, junto a las montañas del Tirol del Sur. Territorio pegado a Austria, terreno de nieve y de esquiadores. Ese niño espigado que con ocho años fue campeón de 'slalom', promesa absoluta del esquí italiano, acabó por decantarse por el tenis. En el deporte de la raqueta, exponía Sinner, un fallo podía ser remediado, pero en el esquí no. En Nueva York, el italiano tiró de experiencia: incluso cuando estaba por detrás en el marcador y en nivel de juego, resistió las embestidas de Alcaraz. Solo tenía que no salirse del partido, esperar el momento de debilidad del español.

Este llegó con las subidas a la red del murciano. “¿Qué hago? ¿No subo?”, se preguntaba con nerviosismo Alcaraz, incapaz de responder a la técnica de Sinner. El modelo se repitió una y otra vez: gran saque, resto complicado, subida a la red para forzar el punto y ‘passing’ de derecha para hacer estallar de puro júbilo a la ciudad de Nueva York. Eran cuartos, pero el nivel de tenis fue propio de una final de Grand Slam. Ambos tenistas están llamados a marcar una época. El partido fue una epopeya de las nuevas generaciones. Dos chavales de 19 y 21 años ofreciendo un espectáculo sin Rafa Nadal ni Novak Djokovic en el torneo (y con el recuerdo de Roger Federer). El relevo ya se acerca.

La rebeldía del murciano

El cuarto set empezó como acabó la tercera manga, Sinner exhibiendo músculo. 'Break' temprano y toda la presión para Alcaraz. Intentó rehacerse el español, forzando la rotura con hasta dos bolas para conseguirlo, pero el italiano ya tenía su propia fortaleza mental instaurada. Ni una rotura con juego en blanco y Carlos jaleando a la ciudad que nunca duerme iba a poder con su tranquilidad... O eso creía. Alcaraz dejó un detalle extraño para su figura, lanzando una pelota hacia el cielo estadounidense por pura frustración, ganándose un 'warning' del juez de silla. Esperó su momento Carlos, superó una bola de partido y acabó por forzar la quinta manga, dejando tocado a Sinner, que tuvo la victoria en su mano. Esas oportunidades acaban pesando en la cabeza de los tenistas. "¡Soy un toro!", le gritó Alcaraz a su equipo, con mirada desafiante. Esto no se acababa aquí.

Una guerra mental, eso fue la quinta y definitiva manga. Sinner, por primera vez desde que empatase el partido, empezaba a dar síntomas de nerviosismo. Alcaraz, por su parte, era un huracán. Para bien y para mal, el juego del español es un rodillo. Cuando las bolas entran, imparable. Cuando las bolas salen, esa energía desmedida puede ser aprovechada por sus rivales. Así lo hizo el italiano para forzar el 'break' 3-2 en el marcador..., ¡pero Alcaraz devolvió el golpe! El reto más difícil para Alcaraz no terminaba. Confirmó la rotura con su saque. El español estaba por delante y solo necesitaba dos juegos para romper su techo.

Alcaraz volvió a romper el servicio de su rival. Ya solo necesitaba mantener su saque para ganar el partido. A cada revés, a cada golpe, a cada derechazo, ambos tenistas pedían implicación al público, totalmente volcado en festejar la fiesta que era el partido. Cada punto era celebrado por Sinner y Carlos como un maratón... y la carrera se la llevó el español. El pupilo de Juan Carlos Ferrero no perdonó ni una bola del partido para poner el 6-3 con un 'ace'. 6-3, 6-7, 6-7, 7-5 y 6-3. Historia del tenis.

Alcaraz se ata de pies y manos a Nueva York, donde disputará las semifinales con el objetivo de ser el número 1 en mente. Rafa Nadal y Casper Ruud siguen en la contienda. El noruego debe vencer a Khachanov y esperar que Carlos no esté en la final. Si ambos acceden, el ganador de la final será el líder. Si ambos caen en semifinales, Nadal lo celebrará desde casa. Los resultados confirmaban que el descomunal tenis de 19 años de Alcaraz tenía el techo de los cuartos de final de un Grand Slam. Son detalles, situaciones particulares que acababan por decidir el partido para sus rivales. Alcaraz se ha encargado de derribar ese techo a base de raquetazos. Frances Tiafoe, local y verdugo de Nadal, será su próxima parada en el camino a la gloria.

Carlos Alcaraz se aferra con uñas y dientes al US Open. El español alcanza las semifinales del torneo tras un titánico partido ante Yannik Sinner por 6-3, 6-7, 6-7, 7-5 y 6-3. Más de cinco horas y 20 minutos de encuentro que bien pudo ser la final del Grand Slam por lo que se vio en la pista de Nueva York. El murciano consigue estar, por primera vez en su carrera, en unas semis de un grande. Es el tenista más joven en alcanzar esta ronda de un grande desde Nadal en Roland Garros 2005.

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