Alcaraz se cita con la historia: quiere su segundo Masters 1.000 a los 19 años

La epopeya de Carlos Alcaraz alcanzó un nuevo capítulo en Madrid tras vencer a Novak Djokovic (6-7, 7-5 y 7-6). El número del mundo sucumbió ante la ilusión de un murciano de 19 años. El serbio, que dio como favorito al español en la previa, no se equivocó. Sin embargo, de nada le sirvió ver gigantes en los molinos. A pesar de la igualdad, y del sufrimiento, la victoria llegó por insistencia. En la final, tendrá enfrente a Alexander Zverev, vigente campeón del torneo.

Zverev, siempre polémico y con malas formas hacia los jueces de pista, es otro de los tenistas de la nueva generación (seis años mayor que Alcaraz). El alemán, sin embargo, no tiene las mismas agallas que el español. Lleva varias primaveras enfrentándose al 'Big Three' del tenis, pero sin éxito. Carlitos, en cambio, es el primer jugador en dejar por el camino a Djokovic y a Nadal en un torneo de tierra batida. Y el segundo más joven en derrotar a Novak en toda su carrera tras Filip Krajinovic.

La difícil tarea de Zverev

El alemán dejó a Nadal por el camino el año pasado. Y quiere hacer lo propio con otro español esta temporada. Aún no ha inaugurado su casillero esta temporada y Madrid es la ocasión perfecta para hacerlo. Enfrente, no obstante, tendrá a un tipo que no se rinde. Y con la afición de cara. Será una ardua tarea para Zverev lograr la victoria.

Carlitos, como ha pedido que le llamen, no es el hijo pequeño de los Alcántara. Algunos creen que es uno de los protagonistas de 'Cuéntame cómo pasó', pero es el tenista español que continuará con el legado de Nadal. Y el finalista nacional en el Mutua Madrid Open. Si su presente es tremendo, imagínese su porvenir. Alcaraz ha dejado a dos de los tres mejores tenistas de la historia en el camino hacia la final.

El tenista, sin embargo, aún tiene cosas por mejorar. No es una crítica, todo lo contrario. Si su nivel es asombroso, imagínense si pule esos defectos. Superar a Nadal, Roger Federer o Djokovic son palabras mayores, pero no hay ningún tenista de su generación con esta superioridad. Menos aún si la comparativa se hace a la edad del murciano.

Una carrera prometedora

Los récords de Alcaraz son algunas señales que prevén una prometedora carrera. Ya es el tenista más joven en ganar un Master 1.000 después de la victoria en Miami. Decía Borges que el éxito y el fracaso son unos grandes impostores. Y puede ser. Porque si perdiera Carlitos se le consideraría un fracasado. Y si ganara un triunfador. No. La clave es el rendimiento a su edad. Y saber que aún no ha tocado techo.

La batalla ante Djokovic trascendió lo físico y lo mental. Aquello fue un combate a cara de perro que cualquiera pudo ganar. La moneda, sin embargo, cayó del lado del español. Dicen que gana el último que se rinde. Y en Carlitos no hubo ningún atisbo de rendición. Sus caras lo dijeron todo.

Las risas fueron otro elemento icónico de la semifinal. Tras algunos puntos al serbio, a Carlitos se le escapó la risa. Es difícil saber si pensaba que estaba en un videojuego; si realmente se había percatado de que era el protagonista de semejante hazaña. Como si le hubieran prestado el disfraz de Nadal para jugar un día en 'La Caja Mágica'. En ese caso, Rafa sería Peter Pan. Y Alcaraz uno de 'Los niños perdidos'.

El tuteo a Nadal y a Djokovic

Djokovic fue el antagonista perfecto, aunque también un perdedor educado. Hubo cordialidad y confianza en la previa. Y un buen cruce de miradas entre ambos al término del encuentro. Lo abucheó al público, que tenía claro a su favorito. El testigo de Rafa, a nivel de apoyo, también se lo ha llevado Carlitos.

La juventud es la etapa de las locuras y quizá así se explique cómo Alcaraz se ha plantado en la final del Mutua Madrid Open. Por el camino, se ha permitido el tuteo a Nadal y a Djokovic. Los que juegan al tenis a su edad, mientras tanto, lo hacen en pachangas de pueblo. Fíjense las diferencias.

El Master 1.000 de Madrid puede ser el segundo que sume a su palmarés. Ya ganó en Miami y antes dejó un partido histórico ante Nadal en Indian Wells. Antes de venir a la capital, se alzó con el Conde de Godó en la Ciudad Condal. Ganar en Barcelona está bien. Sin embargo, él, reconocido madridista, seguro que disfrutaría más de una victoria en la capital. Sólo había que ver la dedicatoria que dejó en la cámara tras pasar a la final: "Un partido en Madrid es 'molto longo' (muy largo)".