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La deportista a seguir | La tenista que se negó a conocer a Federer y que, por fin, sonríe
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EL ATLETA DEL MOMENTO

La deportista a seguir | La tenista que se negó a conocer a Federer y que, por fin, sonríe

Un espacio en el que destacaremos a ese deportista con menos nombre, pero que lo tiene todo para ocupar grandes titulares y que queda eclipsado por las estrellas de (casi) siempre

Foto: Ana Konjuh por fin vuelve a sonreír. (Stan Szeto/USA TODAY Sports)
Ana Konjuh por fin vuelve a sonreír. (Stan Szeto/USA TODAY Sports)

En el deporte profesional, las lesiones están a la orden del día. Cualquier jugador sabe que, a lo largo de su carrera, va a sufrir problemas físicos que le van a hacer estar en el dique seco durante algunas semanas, mientras que muchos otros son conscientes de que tendrán dolencias crónicas con las que deberán de lidiar toda su vida. Y, otros, saben que han superado lesiones que otros ni podrían imaginar y que el simple hecho de poder competir es un motivo de alegría.

El ejemplo más claro en el mundo del tenis es el que representa Rafa Nadal. El español acumula un historial de problemas físicos realmente amplio y, por si fuera poco, desde los 19 años cuenta con una lesión crónica que le impide jugar con absoluta normalidad. Se trata de Müller-Weiss, la rotura del escafoides de su pie izquierdo que le genera dolor constante, hasta el punto de tener que competir siempre con esa situación y tener que asumirla en pista.

Foto: El español Ilia Topuria. (Gary A. Vasquez-USA TODAY Sports)

Es una situación parecida a la de la protagonista de esta semana, una tenista que en edad júnior mostraba un nivel tan elevado que hacía pensar que, en pocos años, sería una de las grandes dominadoras del panorama internacional... pero desconocía que tenía una lesión que ha hecho que su llegada al profesionalismo sea un calvario. Ahora, por fin, empieza a sonreír tras superar sus dolencias, si bien sabe que deberá de jugar con dolor toda su carrera deportiva.

Ana Konjuh puede presumir de estar entre las 66 mejores raquetas del mundo y lo ha conseguido a base de mucho sacrificio, a pesar de contar solo con 24 años. Enamorada del tenis desde que era una niña, pronto demostró que tenía condiciones de sobra para ser unas de las grandes jugadoras del futuro. Y, con solo 15 años, en 2013, la croata confirmó lo que todo el mundo esperaba: tras ganar el Open de Australia -en individuales y dobles- y el US Open, se convertía en número 1 del mundo.

Konjuh iba quemando fases a pasos agigantados, tanto que solo un año después se convirtió en jugadora profesional... y no desentonó lo más mínimo, al punto de que logró acabar el año entre las cien mejores raquetas del mundo, la 96ª. Justo cuando no quiso conocer a Roger Federer, su gran ídolo. ¿El motivo? "Tuve la oportunidad de conocerle, pero no quise. No quiero conocerle siendo una de sus fans. Quiero decirle 'Soy Ana Konjuh' y que él sepa quién soy".

Pero entonces, cuando todo iba como la seda, se torció. Sería a finales de ese mismo 2014 en el que tendría que pasar por el quirófano, por culpa de un problema en uno de sus codos que llevaba arrastrando desde varios años. No sabía que ese iba a ser su gran calvario: "Estuve cuatro temporadas jugando con dolor en mi etapa junior, pero nadie me dijo que realmente había una razón para operarme. En aquellos tiempos podía manejar el dolor, podía jugar con él, pero ya no", confesaba.

Aquella intervención, que parecía rutinaria y puntual, se ha convertido en el gran calvario de Konjuh, que ha tenido que pasar hasta cuatro veces por quirófano. De hecho, no ha podido tener en pista la continuidad necesaria, hasta el pasado curso, en el que, por fin, pudo jugar con regularidad. Esa situación le permitió ser la tenista que más posiciones subió en el ránking WTA, logrando ascender 472, subiendo de ser la 538ª a la 66ª del mundo. Y no quiere parar de seguir creciendo.

De hecho, antes de 2021, la tenista croata solo había podido jugar 27 partidos en los que tres últimos años. Y su última operación fue realmente agresiva:"Fue una cirugía realmente complicada, una reconstrucción del ligamento cubital de la que solamente el 80% de los deportistas acaban recuperándose. Para un jugador de tenis, es una lesión complicada, pero el médico me dijo que era mi última opción para jugar. Solo necesité cinco minutos para saber lo que debía de hacer", confiesa.

Konjuh es consciente de que aquellos tiempos en los que dominaba el tenis con mano de hierro han pasado y que, ahora, es momento de asumir la nueva realidad: divertirse con la raqueta y con cada paso que logre dar adelante. Konjuh sigue como la 66ª raqueta del mundo y pelea por volver a brillar en pista. Sabe que tendrá que lidiar con sus problemas de hombro para siempre, pero los sueños se cumplen: de hecho, Federer ya sabe quién es y el potencial con el que cuenta Ana Konjuh.

En el deporte profesional, las lesiones están a la orden del día. Cualquier jugador sabe que, a lo largo de su carrera, va a sufrir problemas físicos que le van a hacer estar en el dique seco durante algunas semanas, mientras que muchos otros son conscientes de que tendrán dolencias crónicas con las que deberán de lidiar toda su vida. Y, otros, saben que han superado lesiones que otros ni podrían imaginar y que el simple hecho de poder competir es un motivo de alegría.

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