Nadal, antes de medirse a Alcaraz en Madrid: "Me duele el pie, es una lesión crónica e incurable"

El tenis español está de enhorabuena y, este viernes, tendrá una joya en forma de partido para disfrutar de los dos mejores jugadores nacionales del momento, el maestro y el alumno, que se enfrentan en el Mutua Madrid Open. En tierra batida, Rafa Nadal y Carlos Alcaraz se jugarán el pase a las semifinales, en un partido fratricida y con dos jugadores muy similares en cuanto a juego y forma de afrontar los partidos... aunque, eso sí, el balear llega con un problema físico que le puede mermar en pista.

Y es que, tras su increíble victoria ante David Goffin, Nadal apareció en sala de prensa cojeando de manera ostensible. Así explicaba cuál era su problema: "Tengo el pie que siempre me duele. Es parte de mi día a día y más cuando juego partidos largos. Tengo una lesión crónica e incurable y eso es lo malo de no haber cerrado antes el partido. A medio plazo está bien jugar tanto tiempo, pero este viernes me puedo encontrar con más problemas de la cuenta por el pie", afirmó..

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Si algo diferencia a Nadal del resto del mundo del deporte es su capacidad para sobreponerse a sus numerosos problemas físicos. En Madrid, de hecho, reaparece después de una fisura en la costilla por estrés que le tuvo KO durante más de un mes, en una temporada donde está haciendo un tenis brillante: ha ganado 20 partidos, solo ha perdido uno -la final de Indian Wells ante Taylor Fritz, donde ya estaba lesionado- y ya ha sumado tres títulos. Todo ello, con una lesión crónica.

Era el 11 de septiembre y el tenista español sorprendía a todos con una publicación en redes sociales: "Hola a todos, llevo algo de tiempo sin comunicarme con vosotros a través de las redes. Deciros que estuve en Barcelona con mi equipo y el equipo médico para recibir un tratamiento en el pie que me tendrá unos días de reposo y unas semanas fuera de pista. Ya de vuelta a casa y en proceso de recuperación. ¡Gracias a todos por el apoyo!". Su pie escayolado sorprendía a todos.

Su dañado escafoides del pie izquierdo, por culpa de la enfermedad de Müller-Weiss que sufre desde los 19 años, tenía que ser restañado para tratar de minimizar los dolores que sufría y que, de hecho, le había hecho jugar muy mermado en 2021. Parecía un proceso de recuperación más, pero el propio Nadal confirmaba meses más tarde que la retirada se había puesto sobre la mesa: ¿merecía la pena jugar con tanto dolor y sufrimiento después de casi dos décadas de éxito?

Tras casi medio año alejado de las pistas, Nadal se dio cuenta de que no podía decir adiós. No, al menos, de ese modo. Un gran campeón debe de hacerlo en la pista y, a ser posible, cuando él decida. Por ello, decidió competir en Abu Dabi y Melbourne, para ver en qué condiciones podía llegar al Open de Australia. No solo demostró que su tenis no le había abandonado, sino que jugó uno de los mejores torneos de su vida para convertirse en campeón en la Rod Laver.

"Fue asombroso, hace un mes y medio no sabía si iba a poder volver a jugar. Quiero que sepan lo que he tenido que luchar para ganar este trofeo", decía tras levantar su 21º Grand Slam. Desde que comenzó 2022, Nadal suma todo por victorias, con quince triunfos y tres títulos en sus vitrinas, con Acapulco como colofón a esa imperial racha. Y, además, sin ceder un solo set en el torneo. Pero, ¿cómo es capaz de seguir disfrutando y tratando de superarse constantemente? La respuesta es fácil.

"Fue asombroso, hace un mes y medio no sabía si iba a poder volver a jugar. Quiero que sepan lo que he tenido que luchar para y ganar este trofeo"

"Siempre hay que valorar la suerte que tenemos los tenistas profesionales. He conseguido convertir mi 'hobby' de niño en mi trabajo aunque, en realidad, nunca lo he considerado una profesión. Hay mucha gente que lo pasa mal como para que a los que nos sonríe la vida no lo valoremos", afirmaba Nadal tras ganar en México. Cuando uno disfruta con lo que hace, siempre lo da todo y más... y es el caso del tenista español, que ya es cuarto del mundo.

Este viernes, el duelo que tiene en Madrid es de los realmente complicados, pues enfrente tiene un espejo, un Carlos Alcaraz que está jugando a un altísimo nivel y que se parece muchísimo al propio balear. Y, todo ello, con un grave problema en el pie que le impide jugar con normalidad. El dolor no se ha ido, es constante, y la cojera evidente, pero el balear no está dispuesto a tirar la toalla en Madrid. Se verá una guerra fratricida en pista... en la que quien seguro gana es el tenis español.