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"Espero que mi mujer me perdone": así dejó Sergiy Stakhovsky la raqueta para luchar por Ucrania
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LLEGÓ A SER EL 30º DEL MUNDO

"Espero que mi mujer me perdone": así dejó Sergiy Stakhovsky la raqueta para luchar por Ucrania

El tenista ucraniano tuvo que decidir entre seguir con su familia en Hungría o luchar por su país: ahora, ha olvidado el sonido de la Rod Laver para acostumbrarse al ruído de artillería

Foto: El tenista ucraniano Sergiy Stakhovsky. (EFE/EPA/Szilard Koszticsak)
El tenista ucraniano Sergiy Stakhovsky. (EFE/EPA/Szilard Koszticsak)

Dejarlo todo atrás no es fácil, pero mucho menos si es para irse a la guerra. Un día, eres un deportista de reconocido nivel, que juegas en los mejores torneos del mundo y que, incluso, eres alguien famoso dentro de tu país para, de un plumazo, olvidarlo todo y marcharte de cabeza a un conflicto armado. Dejas de empuñar la raqueta para coger un fusil. Y, entre medias, lidiar con el dolor lógico de tener que dejar atrás a tu familia. Esta es la historia de Sergiy Stakhovsky.

El tenista ucraniano nunca fue un jugador de leyenda, pero sí un jugador de elite muy habitual en todos los grandes torneos. Llegó a ser la 30ª raqueta del mundo y en su haber cuenta con cuatro títulos a sus espaldas (New Haven, 's-Hertogenbosch, St. Petersburgo y Zagreb). Ahora, a sus 36 años, se encontraba en los últimos momentos de su carrera, tratando de despedirse dignamente del tenis y de disfrutar de las últimas alegrías en pista, cuando la guerra se cruzó en su camino.

Foto: Carlos Alcaraz es el tenista del futuro. (Geoff Burke/USA TODAY Sports)

Stakhovsky no lo dudó y, desde el momento que comenzó el conflicto, lo tenía claro: tenía que tratar de ayudar como fuera. Pero sabía que, para echar una mano a su país, tendría que vivir una situación complicada en casa, dejando atrás a sus hijos y a su mujer. Ahora, en una entrevista concedida a 'Inside Tennis', cuenta por primera vez cómo fue ese momento de tener que dejar atrás su casa, con sus recuerdos y sus sueños, para tratar de ayudar a Ucrania.

"Mis hijos estaban viendo dibujos animados cuando me fui de Hungría, no me despedí de ellos porque no quise distraerlos. Pero mi hijo de tres años me vio coger la mochila, así que le tuve que decir que volvía enseguida, de lo contrario hubiera empezado a llorar. Mi mujer estaba muy enfadada, lo sintió como una traición. Poco a poco hemos ido hablando y mejorando, espero que algún día me pueda perdonar", afirmaba el tenista ucraniano en la entrevista.

Cuando estalló el conflicto, el tenista pronto fue consciente de que debía de hacer frente a la lucha interior que tenía. Por un lado, sabía que no podía dejar a su familia de lado en un momento tan complicado; por otro, era su país lo que estaba en juego. ¿Cómo arreglar la situación? Después de mucho pensar, meditar y analizar cuál era la mejor opción, no tardó demasiado en llegar a la conclusión de que no podría perdonarse nunca no haber ayudado a sus compatriotas.

"Me gustaría poder contarle esta historia a mis hijos. Si todos nos quedáramos en casa, Ucrania fracasaría, ni siquiera existiría en los libros de historia. Según Putin, Ucrania fue creada por Lenin como parte de la URSS y estas mentiras terminarían llegando a los libros de historia. Toda la historia de Ucrania sería entonces inexistente, esta es una guerra donde se decide si Ucrania existe o no, por eso quiero hacer todo lo que pueda", explicaba.

A pesar de llevar ya seis semanas en pleno conflicto, Stakhovsky afirma que sigue sin acostumbrarse a su situación: "Nunca imaginé que llegaría a esto, a tener que usar un chaleco antibalas o llevar un rifle de asalto", confiesa. Pero también considera que "deponer las armas no es una opción" y que no piensa dejar de luchar mientras el futuro de su país esté en juego. Entiende que es el momento de trabajar mano a mano junto a sus compatriotas.

Aún así, Stakhovsky cree que las sanciones deportivas, a pesar de ser injustas, son una de las escasas maneras de mandar un mensaje a Rusia: "Tal vez sea injusto parar a los jugadores rusos de la gira, pero no hay otro método para detener a Rusia. Digo yo que tendrás que culpar colectivamente a la nación por las acciones de su líder. Cuando Hitler estaba destruyendo Europa todos los alemanes eran colectivamente culpables". Stakhovsky, un tenista que habla claro desde el frente.

Dejarlo todo atrás no es fácil, pero mucho menos si es para irse a la guerra. Un día, eres un deportista de reconocido nivel, que juegas en los mejores torneos del mundo y que, incluso, eres alguien famoso dentro de tu país para, de un plumazo, olvidarlo todo y marcharte de cabeza a un conflicto armado. Dejas de empuñar la raqueta para coger un fusil. Y, entre medias, lidiar con el dolor lógico de tener que dejar atrás a tu familia. Esta es la historia de Sergiy Stakhovsky.

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