"Eres un jodido retrasado, la gente ha venido a verme a mí": el último lío del polémico Kyrgios
El tenista australiano volvió a las andadas y, después de que sonara el 'walkie' de Carlos Bernardes en pleno partido, no dudó en atacarle seriamente por su comportamiento en pista
'La cabra siempre tira al monte', reza el dicho popular, que no puede ser más acertado en el caso de Nick Kyrgios. El australiano, que técnicamente es un prodigio y podría haber llegado muy lejos en el mundo del tenis, continúa con sus habituales salidas de tono en pista. Llegó a ser el 13º mejor tenista del mundo y podía haberse perpetuado en el Top Ten, pero parece más centrado en dar la nota en pista que en jugar. La última, en su partido ante Jannick Sinner en Miami.
Todo comenzó cuando el partido marchaba 4 a 4 en el primer set y Sinner servía para adelantarse en el marcador. El italiano sacó y, de repente, comenzó a sonar el 'walkie' de Carlos Bernardes, juez de silla del encuentro, por lo que pidió que se detuviera el punto: en ese momento, Kyrgios, muy enfadado, le pidió explicaciones: "¿Cómo es posible? En cuarta ronda de Miami, uno de los torneos más grandes del mundo. Es una broma", expresaba airadamente.
Kyrgios no olvidaba lo ocurrido y, durante el 'tie break', se dirigió a un amigo suyo que se encontraba en la grada (el tenista Matt Reid) y le espetó: "Tú podrías hacer el trabajo del juez de silla". Esa frase provocó el enfado de Bernardes, quien le señaló un 'warning' en un momento clave del partido. Sinner aprovechó para cerrar la primera manga [7-6 (3)] y llegó la nueva protesta de Kyrgios, que pidió explicaciones al juez de silla que no le terminaron de convencer.
Eso provocó que golpeara la raqueta contra el suelo repetidamente, visiblemente enfadado, lo que generó que Bernades, de nuevo, le volviera a castigar, esta vez con un juego de penalización. De aquí al final del choque, el tenista 'aussie' no volvió a centrarse en el juego: su lenguaje corporal y si forma de jugar denotaban el enorme enfado que tenía, sin ser capaz de canalizarlo para tratar de seguir jugando. Sinner cerraría el partido con un 6-3.
Era evidente que Kyrgios no había olvidado lo sucedido y, al término del choque, evitando saludar al juez de silla, volvió a las andadas: "Eres un jodido retrasado", le espetó abiertamente. Posteriormente, en sus declaraciones ante la prensa tras el choque, el 103º del mundo no dudó en explicar por qué se había comportado de esa manera y por qué su enfado había sido tan grande. Pero, de nuevo, lo volvió a hacer con malos modos.
"Me frustré. ¿No puedo frustrarme? Creo que Carlos Bernardes no sabe controlar bien a la grada. Cada uno tendrá su opinión. Simplemente, creo que mi penalización no fue merecida. Literalmente, le dije a un amigo que podría hacer igual de bien el trabajo de juez de silla. Si eso, con 5-3 en un 'tie-break' de la cuarta ronda de Miami, con cientos de miles de dólares en juego, se merece un castigo, tú me dirás. Es ridículo", afirmaba en rueda de prensa. El enfado no había desaparecido.
‘You could do the job of the umpire’ - what was said to my best friend that got me ‘unsportsmanlike code violation’ at 5-3 in the first set tie break. With 100 of thousands of dollars on the line that was the decision he made because the umpires ‘feelings got hurt. GET NEW PEOPLE
— Nicholas Kyrgios (@NickKyrgios) March 29, 2022
"¿Quién piensa que es un buen juez de silla? Si toda la grada le abuchea, siendo él el centro de atención. Nadie en todo el estadio ha comprado una entrada para verle hablar. Tenemos, por un lado, a Sinner, que es una de las mayores estrellas de nuestro deporte y, por el otro, a mí. Muchos habían venido a verme, y tenemos a este tío hablando y hablando. ¿Qué estás haciendo?", afirmó. Ahora, se espera que la ATP actúe y Kyrgios cree que le puede caer una severa sanción.
'La cabra siempre tira al monte', reza el dicho popular, que no puede ser más acertado en el caso de Nick Kyrgios. El australiano, que técnicamente es un prodigio y podría haber llegado muy lejos en el mundo del tenis, continúa con sus habituales salidas de tono en pista. Llegó a ser el 13º mejor tenista del mundo y podía haberse perpetuado en el Top Ten, pero parece más centrado en dar la nota en pista que en jugar. La última, en su partido ante Jannick Sinner en Miami.
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