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El deportista a seguir | El 'elegido' de 21 años al que McEnroe ve como su digno heredero
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EL ATLETA DEL MOMENTO

El deportista a seguir | El 'elegido' de 21 años al que McEnroe ve como su digno heredero

Un espacio en el que destacaremos a ese deportista con menos nombre, pero que lo tiene todo para ocupar grandes titulares y que queda eclipsado por las estrellas de (casi) siempre

Foto: Jenson Brooksby puede marcar una época en el tenis. (EFE/EPA/Jason Szenes)
Jenson Brooksby puede marcar una época en el tenis. (EFE/EPA/Jason Szenes)

El tenis puede presumir de ser el deporte más señorial del mundo, donde el respeto es una condición 'sine qua non' para entender el juego. Es cierto que los tiempos cambian y que, últimamente, las salidas de tono son cada vez más habituales, desde el comportamiento de algunos jugadores a ciertos episodios de los aficionados, pero sigue manteniendo ese halo místico. Solo hay que echar un vistazo a lo que sucede en otros deportes para ver que hay comportamientos que en el tenis no tienen cabida, aunque siempre hubo -y hay- jugadores díscolos cuyo carácter les dejaron marcados. Posiblemente, el más conocido fuera John McEnroe.

El norteamericano no solo llamó la atención por convertirse en el primer jugador en plantar cara al tenista del momento, Bjorn Borg, sino que su juego agresivo y su verborrea en pista pronto lo convirtieron en un icono. A lo largo de su carrera, sumó 77 títulos en 'singles' y 71 en dobles, donde destacan siete Grand Slams individuales (ganó tres veces Wimbledon y cuatro el US Open), amén de tres World Tour Finals y cinco Copas Davis. Su gran momento de popularidad se produjo al ser protagonista de uno de los mejores partidos de la historia, la final contra Borg en Wimbledon 1980... pero una frase marcó toda su carrera.

McEnroe intercalaba golpes de calidad con salidas de tono que alimentaban su fama de 'bad boy'. Y la más famosa de su vida deportiva ocurrió el 20 de junio de 1981: se enfrentaba a Tom Gullikson en primera ronda de Wimbledon cuando, tras un monumental saque a la T, el árbitro, Ted James, la cantó mala: 'Big Mac', muy enfadado, se dirigió a él y espeto su famoso "You cannot be serious" ('No puedes estar en serio'). Aquella frase marcó toda una época y, a día de hoy, se siguen haciendo camisetas con ese lema que le convirtió en el 'enfant terrible' del tenis mundial. Ahora, cuatro décadas más tarde, el norteamericano ha encontrado a su digno sucesor.

Y es que Jenson Brooksby está llamado a ser uno de los grandes jugadores de los próximos años. No en vano, el tenista nacido en Sacramento (EEUU) ha vivido un crecimiento deportivo exponencial que le ha servido para meterse entre los cincuenta mejores jugadores del planeta con tan solo 21 años. Este 2022 está llamado a ser su año de consagración, en el que sea capaz de demostrar que puede seguir creciendo en el ránking de a ATP y, por qué no, soñar en los próximos 24 meses con meterse entre las diez mejores raquetas del planeta. Queda mucho trabajo por delante, pero Brooksby ha confirmado que ha llegado para quedarse.

Posiblemente, nadie conocía a Brooksby el pasado curso, donde su terreno más habitual eran los Challenger y los Futures. De hecho, comenzó 2021 en el puesto 310 del mundo, una situación lógica para un joven que empezaba a dar sus primeros pasos serios en el profesionalismo. Pero lo que nadie esperaba es que viviera un año tan espectacular, que le sirvió para convertirse en el jugador que más posiciones avanzó en el ránking de la ATP y, por ende, ser nombrado como el mejor debutante del curso. Y es que logró acabar el curso en el puesto 56 del mundo y firmando algunos partidos antológicos que le catapultaron como una estrella en ciernes.

El encuentro que hizo que su nombre diera la vuelta al mundo tuvo lugar en octavos de final del US Open, donde pasó por encima de Novak Djokovic en el primer set (1-6) aunque, posteriormente, el serbio dio la vuelta al choque y logró la clasificación. Pero muy pocas veces se había visto desarmado al número uno del mundo de ese modo sobre la pista, lo que hizo que muchos aficionados empezaran a poner el foco en su nombre. Especialmente, porque se trataba de un 'niño' con acné en su cara, pero que mostraba mucho desparpajo en su tenis, más típico de la vieja escuela que de las nuevas hornadas... y con cierto carácter de 'barrio' poco ortodoxo.

Se trata de un jugador que nada tiene que ver con los tenistas físicos, potentes y rudos que están apareciendo en el circuito. Más bien se trata de un fino estilista, con gran mano y, especialmente, increíble lectura de situaciones de juego para conseguir hacer daño a sus rivales donde más les duele. Es capaz de interpretar cómo jugar a su contrincante, tanto en profundidad, como en velocidad o, incluso, altura, mostrando gran versatilidad y un enorme talento que le hacen único. Como McEnroe en su día. Pero, al igual que él, también muestra demasiado carácter en algunos momentos, algo que deberá de limar con la edad y que el propio 'Big Mac' le pide que pula.

"Me encanta el juego y la intensidad de Jenson Brooksby, genial para el tenis. Pero no me gustan sus golpes con la raqueta en el suelo antes del saque del rival, que agite los brazos antes del tiro del oponente y que grite considerablemente más fuerte en puntos importantes. Mal comportamiento juvenil. Piérdelo, porque el resto son ventajas", explicaba McEnroe en redes. O, lo que es lo mismo, el maestro le explicaba al alumno qué debía de hacer para seguir mejorando: si consigue centrarse solo en su tenis, sacará mucho más rendimiento a sus enormes cualidades. Palabra de John McEnroe, que sabe de lo que habla. Y Brooksby lo tiene todo para triunfar.

El tenis puede presumir de ser el deporte más señorial del mundo, donde el respeto es una condición 'sine qua non' para entender el juego. Es cierto que los tiempos cambian y que, últimamente, las salidas de tono son cada vez más habituales, desde el comportamiento de algunos jugadores a ciertos episodios de los aficionados, pero sigue manteniendo ese halo místico. Solo hay que echar un vistazo a lo que sucede en otros deportes para ver que hay comportamientos que en el tenis no tienen cabida, aunque siempre hubo -y hay- jugadores díscolos cuyo carácter les dejaron marcados. Posiblemente, el más conocido fuera John McEnroe.

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