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La hemorragia en el tenis olímpico sitúa a Djokovic al borde de la gloria
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Más de 90 tenistas deciden no viajar a Tokio

La hemorragia en el tenis olímpico sitúa a Djokovic al borde de la gloria

No hay día sin que se conozca una renuncia en la élite mundial para competir en Tokio: sin Nadal, Federer o Thiem, el destino parece reservarle a Djokovic el honor de ganar el primer ‘Golden Slam’ masculino de la historia

Foto: Djokovic y Nadal se saludan tras las semifinales del último Roland Garros. (EFE)
Djokovic y Nadal se saludan tras las semifinales del último Roland Garros. (EFE)

Si en Río de Janeiro 2016 fue sin duda el golf el deporte con menos espíritu olímpico, este año ese dudoso honor quedará adscrito al tenis. En Estados Unidos, por ejemplo, su comité ha debido rebuscar en las profundidades del escalafón para completar el equipo (ocho mujeres –incluida Serena Williams– y sus seis mejores varones han dicho no a los Juegos), mientras en España ocho de sus mejores nueve tenistas masculinos (sí estará Pablo Carreño) han decidido quedarse en su casa por las incomodidades de la ‘burbuja’ pandémica japonesa, inoportunas lesiones o el simple deseo de perfeccionar su preparación para el tramo final de la temporada.

No pasa un día sin que se conozcan nuevas bajas para el torneo (las últimas han sido la estadounidense Coco Gauff, al dar positivo por coronavirus, y Matteo Berrettini, por fatiga muscular), una lista con demasiado nombre ilustre: Rafael Nadal, Roger Federer, Dominic Thiem, Denis Shapovalov o Roberto Bautista en el cuadro masculino; Victoria Azarenka, Sofia Kenin, Serena Williams, Simona Halep o Angelique Kerber en el femenino.

El cansancio, las lesiones y el temor al Covid-19 (y sus perjuicios colaterales) en un país que sigue con una tasa de incidencia alta arredran a unos jugadores presionados por un calendario agobiante. En consecuencia, no serán los deportes de raqueta –lastrados ya por la ausencia de Carolina Marín en bádminton tras su rotura de ligamento y dos meniscos– los que generen más atención del 23 de julio al 8 de agosto.

El 'Golden Slam'

Pero el torneo masculino, paradójicamente, sí podría pasar a la historia del tenis. Después de llevarse los torneos de Australia, Roland Garros y Wimbledon, el serbio Novak Djokovic tiene una ocasión irrepetible de alcanzar el ‘Golden Slam’ (la conquista de los cuatro torneos ‘grandes’ y del oro olímpico en una misma temporada, hazaña que ningún hombre ha conseguido: sólo Steffi Graf lo logró, en el año 1988).

placeholder Novak Djokovic celebra su triunfo en Wimbledon. (REUTERS)
Novak Djokovic celebra su triunfo en Wimbledon. (REUTERS)

Djokovic, número uno del mundo y serio aspirante a convertirse en el mejor tenista de la historia por número de Grand Slams, titubeó hace dos semanas, tras ganar Wimbledon. “Tendré que pensarlo”, dijo ‘Nole’: “Mi plan siempre fue ir a los Juegos Olímpicos, pero ahora mismo estoy un poco dividido. Estoy a un 50-50 por lo que escuché los últimos días sobre el público”.

Esta semana, sin embargo, despejó las dudas: “Voy a jugar los Juegos Olímpicos por patriotismo, por mis sentimientos hacia Serbia. No estoy ni mucho menos encantado con el hecho de jugar sin público o con las diferentes restricciones por coronavirus en Japón, pero representar a tu país en los Juegos Olímpicos es indispensable”, afirmó el ganador de la medalla de bronce en Pekín 2008; “el calendario es agotador, pero tengo mucha confianza por todas las victorias que he acumulado esta temporada. Ganar una medalla es mi objetivo: no es ningún secreto que aspiro a ganar el oro olímpico. Después de Tokio 2020 empezaré a pensar en el US Open”. El Abierto de Estados Unidos, último Grand Slam de la temporada, se disputa en septiembre. Si no se lesiona, el serbio es claro favorito para ganar ambas competiciones y batir dos marcas insólitas.

Falta de estímulos

Aunque el tenis olímpico nunca ha sido una cita estelar en un circuito que reparte jugosos premios en el circuito, los gestores deportivos intentaron aumentar la popularidad del torneo en Pekín 2008: ante la imposibilidad de competir por dinero (más allá de los premios por medalla), las asociaciones profesionales decidieron otorgar puntos para el ránking mundial, equiparando los Juegos a un torneo Masters 1000. El problema es que después se dieron cuenta de que no todos tienen derecho a participar, debido a los cupos nacionales. Así que ocho años después, en Río de Janeiro, se eliminaron estos premios no olímpicos.

A resultas de todo ello, el torneo de tenis languidece bajo la tensión añadida de la pandemia mientras jugadores y jugadoras publican en sus redes sociales mensajes de apoyo al olimpismo y reivindicación de su importancia, tanto individual como nacional, que empiezan a sonar antiguos. Hasta 90 tenistas del circuito han declinado la oportunidad de jugar con su país en la capital de Japón.

placeholder Desinfección del Centro de Prensa de los Juegos de Tokio, este martes. (EFE)
Desinfección del Centro de Prensa de los Juegos de Tokio, este martes. (EFE)



Djokovic –con la presión del favoritismo absoluto– será (además de eventuales sorpresas por parte de jugadores menos conocidos) el gran aliciente del torneo. Entre sus rivales, el ruso Daniil Medvedev (número dos del mundo) es el llamado a revertir el proceso histórico de ascensión al trono mundial definitivo que protagoniza el serbio desde hace un lustro, confirmado de manera muy dolorosa para los aficionados españoles por su victoria contra Nadal en las semifinales de Roland Garros y su remontada de dos ‘sets’ a Stefano Tsitsipas en la final). Precisamente el griego y el alemán Alexander Zverev son sus otros dos rivales con mayor enjundia sobre el papel.

En el cuadro femenino sí estará la número uno del mundo, Ashleigh Barty, de magnífica temporada, aunque nada genera más expectación que la vuelta a las pistas de la japonesa Naomi Osaka, número dos, después de su muy polémica retirada de Roland Garros por las ruedas de prensa, un debate que está lejos de cerrarse por la propia tenacidad de Osaka, que también faltó al torneo de Wimbledon este mismo mes. Para la afición española queda la incógnita de conocer el estado de forma en el que llegará a los Juegos de la pandemia Garbiñe Muguruza, la despedida de Carla Suárez o la nueva pujanza de Paula Badosa.

Si en Río de Janeiro 2016 fue sin duda el golf el deporte con menos espíritu olímpico, este año ese dudoso honor quedará adscrito al tenis. En Estados Unidos, por ejemplo, su comité ha debido rebuscar en las profundidades del escalafón para completar el equipo (ocho mujeres –incluida Serena Williams– y sus seis mejores varones han dicho no a los Juegos), mientras en España ocho de sus mejores nueve tenistas masculinos (sí estará Pablo Carreño) han decidido quedarse en su casa por las incomodidades de la ‘burbuja’ pandémica japonesa, inoportunas lesiones o el simple deseo de perfeccionar su preparación para el tramo final de la temporada.

No pasa un día sin que se conozcan nuevas bajas para el torneo (las últimas han sido la estadounidense Coco Gauff, al dar positivo por coronavirus, y Matteo Berrettini, por fatiga muscular), una lista con demasiado nombre ilustre: Rafael Nadal, Roger Federer, Dominic Thiem, Denis Shapovalov o Roberto Bautista en el cuadro masculino; Victoria Azarenka, Sofia Kenin, Serena Williams, Simona Halep o Angelique Kerber en el femenino.

El cansancio, las lesiones y el temor al Covid-19 (y sus perjuicios colaterales) en un país que sigue con una tasa de incidencia alta arredran a unos jugadores presionados por un calendario agobiante. En consecuencia, no serán los deportes de raqueta –lastrados ya por la ausencia de Carolina Marín en bádminton tras su rotura de ligamento y dos meniscos– los que generen más atención del 23 de julio al 8 de agosto.

Novak Djokovic
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