Carla Suárez cae con honores en Roland Garros nueve meses después de anunciar su cáncer

La tenista canaria Carla Suárez dio una lección este martes ante las gradas vacías de la pista Simonne-Mathieu de Roland Garros y rozó la victoria ante la pujante estadounidense Sloane Stephens (número 59 del mundo) en el que será su último partido en un torneo en el que alcanzó los cuartos de final en 2008, año de su debut. Suárez, a la que hace un mes y medio le confirmaron que había superado consiguió el linfoma de Hodgkin detectado el pasado verano, poco antes de su cumpleaños número 32, ha iniciado en París de forma emocionante una gira de despedida de un deporte en el que llegó a estar entre las diez mejores jugadoras del planeta.

La gira estaba prevista para 2020, pero después llegaron el coronavirus y el cáncer. No competía Suárez desde el 25 de febrero de 2020, y pese a contar con solo un mes de entrenamiento de alta competición con la ex jugadora Lourdes Domínguez, plantó mucha cara a Stephen, estando a dos puntos de la victoria en la segunda manga: llegó a ponerse 6-3, 5-4 y 30-0 con su servicio.

El desaprovechamiento de esa oportunidad y el previsible cansancio del tercer ‘set’ le acabaron haciendo perder el encuentro por 3-6, 7-6 y 6-4 ante la finalista de Roland Garros 2018. Pasadas las diez de la noche, tras casi dos horas y media de pelea, la española se despedía entre lágrimas a Roland Garros como número 118 del escalafón mundial (aunque le han conservado el 68 por larga baja médica). En su recorrido final por el circuito tiene previsto también jugar en los Juegos Olímpicos (si su clasificación lo permite), el US Open y Wimbledon.

"Rabia y tristeza"

Se trataba de lágrimas “de cansancio”, aseguró tras el partido Suárez, que confesó sentir “rabia” por haber tenido tan cerca la victoria y “tristeza” por ser su último partido en su torneo predilecto. “Sabía que físicamente no estaba mal, pero tres ‘sets’ eran muchísimo para lo que yo venía. Siento un poco de rabia porque lo he tenido muy cerquita y no deja de ser un partido perdido, supongo que con el tiempo lo valoraré muchísimo más”.

“Tenía muchas ganas de estar en Roland Garros por última vez", afirmó la española, lógicamente frustrada porque en su adiós la pista Simone Mathieu no tuviera público a causa del toque de queda: “No es el partido que había soñado, espero que la gente lo haya disfrutado por la tele”, señaló: “Me llevo la oportunidad de poder jugar aquí un año más y sobre todo muchos recuerdos, haber jugado en la Philippe Chatrier, en la Suzanne Lenglen muchos partidos. Al final es un ‘Grand Slam’ y no es fácil”.