Cómo arrancó Rublev a Bautista el primer punto de España en la Copa Davis
El tenista ruso perdió el primer set, pero luego se recuperó y ganó los dos siguuentes para llevarse la victoria por 3-6, 6-3, 7-6
Roberto Bautista falló en el debut de España contra Rusia en el nuevo formato de la Copa Davis de Gerard Piqué y la empresa Kosmos. Ante una pista Manolo Santana a reventar y absolutamente entregada desde el principio, España no fue capaz de dar el primer paso. El combinado nacional salió del vestuario con los Black Keys sonando a todo trapo y, aunque la mayor ovación se la llevó el de siempre, Rafa Nadal, el primer punto de la eliminatoria, quizá el más importante para evitar riesgos y traspasarle la presión al rival, se lo jugó la segunda raqueta del país, la del castellonense (actual número nueve de la ATP). El himno nacional, más sentido que tarareado a pleno pulmón por el graderío, dio paso a un partido mayúsculo de Bautista, que sin embargo no pudo deshacerse de un gigantesco Andrey Rublev (6-3, 3-6 y 6-7).
Entre charangas, banderas españolas de todas partes del país (San Roque, La Línea, Torrevieja, etc.), aplausos y gritos de "A por ellos, oé", Bautista disputó un dificilísimo partido contra Rublev (23 del ranking), pupilo del español Fernando Vicente. El ruso conoce bien a los integrantes españoles. Varias horas antes del encuentro estuvo entrenando saque-resto consciente de sus opciones ante el español pasaban por llevar la iniciativa en los puntos. Durante los primeros compases le creó bastantes apuros a Bautista por su tremenda pegada, pero el de Castellón supo mantener el pulso. Rublev apuró mucho las líneas, arriesgo más de la cuenta y eso le llevó a cometer varios errores no forzados que dieron alas a Roberto en la primera manga.
Un Bautista serio
El español alargó los intercambios, jugando con la paciencia del moscovita, que parecía tener prisa por cerrar los juegos. No tardó el español en endosarle el primer 'break'. Los cañonazos de Rublev al revés de su oponente no encontraban destino y la desesperación poco a poco se empezó a adueñar de él. Quitando el arranque, Bautista fue entrando en calor con su saque y se demostró sólido, sin apenas fisuras. Tuvo alguna duda en el octavo juego, cuando se dispuso a cerrar el primer set. Cometió dos dobles faltas que pudieron costarle un disgusto.
En el banquillo le alentaron para que no perdiera la concentración pese al murmullo de la tribuna. Nadal le pedía calma, también Feliciano López. Se rehizo con criterio. Para el recuerdo, un 'winner' de escándalo tras un peloteo larguísimo en el que tuvo que estirarse hasta lo imposible para alcanzar una bola de su rival, devolverla a pista y luego, tras una serie de golpes, rematar con la derecha (6-3) en 41 minutos. Locura general. "Vamos Roberto", clamó el público.
El segundo set siguió por los mismos derroteros. Rublev pegaba con todo, haciendo sufrir a Roberto, que durante muchos tramos tuvo que tirar de una épica defensa. El español no pudo aprovechar la primera bola de rotura tras un globo apurado del ruso. De la misma manera, Rublev la tuvo muy cerca al juego siguiente, pero igualmente dejó escapar la oportunidad. Se desgañitaba el moscovita con cada movimiento. El escaso público ruso pendiente en la grada, también. Desde su bancada intentaban insuflarle ánimos para que siguiera percutiendo.
Un duelo de altura
El partido era trepidante, con ambos jugadores aplicando un gran nivel de tenis desde todos los ángulos de la pista. Sergi Bruguera, capitán, tuvo que ayudar a Roberto a incorporarse del suelo tras un patinazo al intentar devolver una bola. Ninguno daba su brazo a torcer. Rublev acabaría tumbado sobre la pista poco después, tratando de inhalar el máximo aire posible, tras un peloteo agónico. La grada, en pie, disfrutaba. Por 25 euros se podía acceder a este partido. A tenor de lo visto, poco menos que un regalo.
Con 3-4 y el encuentro en un puño Rublev consiguió por fin su ansiado 'break' (3-5) tras una derecha cruzada ante la que Bautista solo pudo mirar y remató con su servicio para empatar el duelo. Los seguidores rusos celebran con el puño en alto. Bautista, cabizbajo, se dirigía a su asiento para departir abiertamente con Bruguera. Algo había cambiado. El menudo Rublev le estaba llevando al límite con bolas durísimas, planas y unos primeros muy acertados. Nadal no lo veía claro y aconsejaba a Roberto desde el box. El castellonense se ató bien las zapatillas y volvió a pista dispuesto a seguir remando para no decepcionar a los suyos.
Cuando parecía que tomaba carrerilla tras romperle el servicio al moscotiva, este hacía lo propio y se lo devolvía. "España, España", coreaba el públio local al comprobar como los rusos se venían arriba ante el tremendo desparparjo de Rublev, de 22 años, que no daba una bola por perdida y parecía tener siempre un punto más bajo la manga, sobre todo con ese revés que le corría esplendido. Roberto empujó con todo lo que tenía, pero Rublev era un muro. Ambos se retaron a levantarle el servicio al otro y el duelo cayó en un bucle del que supo salir airoso en el'tie-break' el ruso, que el lunes ya se estrenó, por fe, insistencia y una versión de él mismo más animal que nunca. Tremenda pegada la suya, que acabó dinamitando la férrea defensa de Bautista.
Roberto Bautista falló en el debut de España contra Rusia en el nuevo formato de la Copa Davis de Gerard Piqué y la empresa Kosmos. Ante una pista Manolo Santana a reventar y absolutamente entregada desde el principio, España no fue capaz de dar el primer paso. El combinado nacional salió del vestuario con los Black Keys sonando a todo trapo y, aunque la mayor ovación se la llevó el de siempre, Rafa Nadal, el primer punto de la eliminatoria, quizá el más importante para evitar riesgos y traspasarle la presión al rival, se lo jugó la segunda raqueta del país, la del castellonense (actual número nueve de la ATP). El himno nacional, más sentido que tarareado a pleno pulmón por el graderío, dio paso a un partido mayúsculo de Bautista, que sin embargo no pudo deshacerse de un gigantesco Andrey Rublev (6-3, 3-6 y 6-7).