El día de perros de Rafa Nadal en Canadá y la agonía contra un rival inédito

A sus 33 años, Rafa Nadal se arremangó una vez más para salir indemne de un partido de esos que uno preferiría no jugar: por la meteorología, un tenis todavía por ajustar y un rival más rodado y sin nada que perder. Al balear se le notó la inactividad pues Dan Evans, número 53 del ranking, le planteó un enfrentamiento dificilísimo en su debut en Montreal que se aplazó por la lluvia hasta en tres ocasions, la última de hora y media. En total, más de cuatro horas y media de encuentro (7-6 y 6-4).

Rafa, vigente campeón del torneo y que no competía desde Wimbledon, se sacudió el óxido primero, carburó después y remató a posteriori en un encuentro precioso para el espectador que, por las horas a las que arrancó y la posterior climatología adversa, no completó el aforo de la pista central. Rafa sufrió en un día de perros en todos los aspectos, pero ganó y sigue adelante en la defensa de su corona, que es lo que interesa.

El balear salió a pista con el recuerdo de su último partido sobre cemento, aquel que disputó en Indian Wells en marzo, aún presente en su memoria. En aquel duelo ante Khachanov se lesionó la rodilla derecha. No se había desperezado aún tras la siesta americana cuando Evans consiguió romperle el saque a las primeras de cambio. Susto para abrir bocado. Los reveses cortados del británico, que se batió por primera vez en su carrera ante el 'coco' del Master, hacieron mucho daño al número dos del mundo, que no conseguió levantar las bolas bajas. A Rafa no le entraron en esos compases los suyos, que se estrellaron en la red.

Poco a poco, eso sí, Rafa cogió ritmo. Empezó a hacer correr de lado a lado de la pista a su rival, que golpeó durísimo buscando las líneas. Evans, además, hizo gala de un saque potente y con muchísimo efecto al que Nadal apenas encontró respuesta en los primeros instantes. Ya en el cuarto juego el manacorí consiguió meter sus primeros restos dentro, que le valieron además para devolverle el 'break' en contra. Rafa parecía poner la directa con un 'ace' que le puso por delante por primera vez en el partido, pero no fue así. El inglés prometía guerra, estaba desatado y exultante.

Evans aguantó el ritmo

Evans aguantó la amenaza de huida del balear con buen tenis. Ambos ejecutaron bonitos puntos en estas alturas del primer set, intercambiándose servicios en blanco. Rafa apretó, pero el británico consiguió sobreponerse a base de voleas antes de que el partido tuviera que aplazarse media hora por la lluvia. Evans exigió el 'tie break' a la vuelta y tuvo opciones serias de llevárselo, pero Rafa, a la épica, levantó dos bolas de set para darle la vuelta al marcador y cerrar la primera manga, agónica, a su favor en la muerte súbita (8-6). "¡Vamos!", celebró con garra sobre la central.

Parecía difícil que Evans pudiera adjudicarse el segundo set tras haber desperdiado una buena oportunidad, pero la lluvia volvió a hacer acto de presencia en pista y cortó la progresión de Rafa, que parecía despegarse definitivamente con 2-0 a favor. Maldecía el español la situación, pues tenía bien encarrilado el encuentro. Jugadores a vestuarios por segunda vez. No aparecerían de nuevo hasta pasada hora y media. La organización se apresuró en secar la pista lo antes posible en cuando dejó de llover.

Quedaba por ver como volverían los tenistas tras el eterno parón y lo cierto es que Rafa se mostró más fallón en la reanudación. Por el contrario, Evans disfrutaba, no tenía ninguna responsabilidad. A pesar de todo, Rafa supo encontrar ventajas, sobre todo con su drive, y castigó el revés de Evans sin cesar. Por ahí encontró el 'break' que le permitiría respirar al fin y finiquitar, minutos después, el partido desde su servicio. El español se enfrentará ahora en octavos contra Radu Albot o Guido Pella.