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Huracán Nadal: abusa de Wawrinka y ya está en semis de Madrid
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El manacorí regaló un festival de golpes

Huracán Nadal: abusa de Wawrinka y ya está en semis de Madrid

El manacorí pasó a semifinales por aplastamiento. Destrozó a Stan Wawrinka en su mejor partido en tierra de la temporada y se enfrentará a Tsitsipas en la antesala de la gran final

Foto: Rafa Nadal celebra con júbilo su victoria ante Wawrinka que le da acceso a las semis de Madrid. (EFE)
Rafa Nadal celebra con júbilo su victoria ante Wawrinka que le da acceso a las semis de Madrid. (EFE)

Wawrinka resultó ser menos rival de lo que se esperaba. El tenista suizo, número 37 del mundo, pero con tres Grand Slam en su haber, no pudo hacer frente al huracán Nadal, en algunos momentos abusón, que lo barrió de la pista como si de un novato se tratara (1-6, 2-6). No dio concesión alguna el balear, que se mostró intratable, mucho mejor que ante Tiafoe: ágil de pies, seguro al servicio y tremendamente sólido desde el fondo de la pista, con golpes altos y cargados de efecto que fueron minando la moral del de Lausana hasta dejarle en la nada más absoluta. “Este es mi mejor partido en tierra. Llega en un momento crucial y para mí significa mucho. Gracias a todos por estar aquí y apoyarme”, comentó a los micrófonos de TVE.

Hay que ir con los pies de plomo para evitar tentar a la suerte, esa que le ha jugado malas pasadas en los últimos meses, pero este Nadal ya se parece más al que acostumbraba. Se apuntó el primer parcial ante el talentoso Wawrinka en tan solo 27 minutos. El suizo, como el manacorí, no había cedido ni un solo set en el torneo hasta el momento. Empezó exigiéndole en cada peloteo con su exquisito revés, pero el español aguantó esos minutos de embestida para acabar asestándole una terrible cornada. Pasó de poder ser la presa, a cazador.

Rafa logró el primer 'break' del partido en blanco y después de una doble falta del suizo. El primer punto de inflexión del partido sonrió al español. De repente, Wawrinka parecía haberse quedado frío. El número dos del mundo volvió a romper el servicio del suizo de seguido y a Stan empezaron a asaltarle los miedos y las dudas. Empezó combativo, pero se fue diluyendo como un azucarillo ante la mezcla de golpes del español y su velocidad de bola y pies. Rafa golpeaba profundo, seguro también a dos manos y cuando subía a volear no perdonaba. Apenas forzó unos pocos errores y dejó unas cuantas dejadas para enmarcar.

placeholder Rafa Nadal celebra con rabia un punto ante Wawrinka. (EFE)
Rafa Nadal celebra con rabia un punto ante Wawrinka. (EFE)

Rafa, inaccesible con su saque

Wawrinka no quería despedirse de la Caja Mágica tan pronto y se anotó el primer juego de la segunda manga para romper una racha de cinco seguidos de Nadal. El suizo estaba obligado a acercarse al nivel del manacorí si quería seguir aspirando al título, pero el rey es rey por algo y Rafa siguió dominando a placer, haciéndole correr de lado a lado, sin tregua. Nadal, no se sabe si por las horas, tenía prisa. Como una apisonadora, aplastó. Inaccesible con su saque, ese que ha ido puliendo esta temporada y que ahora hace mucho daño en cualquier superficie por su bote. Le costó adaptarlo a la arcilla, pero, por lo visto este viernes, ya lo tiene.

Wawrinka levantó varias situaciones complicadas para acabar muriendo en la orilla. Madrid era ya una fiesta. Siguió rompiendo el servicio del suizo a su antojo. Estaba a una velocidad inalcanzable para los mortales. Stan no encontró nunca un hueco, una mínima posibilidad de engancharse al encuentro. Su cara cada vez que se retiraba al banco lo decía todo. Preocupación, impotencia y resignación. Ante un Rafa Nadal así, poco se puede hacer.

Rafa cerró el partido en una hora con sensaciones muy positivas y ahora ya le espera Stephanos Tsitsipas, que desbancó a Alexander Zverev, verdugo de Ferrer, en el partido ‘next gen’. Federer también está fuera tras su derrota ante Thiem. Nos quedaremos sin ver una nueva batalla entre ambos, pero aún queda Djokovic y, si no, la revancha de Barcelona contra el austriaco.

Wawrinka resultó ser menos rival de lo que se esperaba. El tenista suizo, número 37 del mundo, pero con tres Grand Slam en su haber, no pudo hacer frente al huracán Nadal, en algunos momentos abusón, que lo barrió de la pista como si de un novato se tratara (1-6, 2-6). No dio concesión alguna el balear, que se mostró intratable, mucho mejor que ante Tiafoe: ágil de pies, seguro al servicio y tremendamente sólido desde el fondo de la pista, con golpes altos y cargados de efecto que fueron minando la moral del de Lausana hasta dejarle en la nada más absoluta. “Este es mi mejor partido en tierra. Llega en un momento crucial y para mí significa mucho. Gracias a todos por estar aquí y apoyarme”, comentó a los micrófonos de TVE.

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