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La división en el tenis femenino sobre la nueva medida que favorece a quien da a luz
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las madres tendrán más fácil conciliar

La división en el tenis femenino sobre la nueva medida que favorece a quien da a luz

Cuatro tenistas españolas opinan sobre las nuevas reglas de la WTA, que darán más protección a las madres y permitirán una mejor concilicación

Foto: El ejemplo de Serena Williams ha empujado a la WTA a cambiar sus normas. (USA TODAY Sports)
El ejemplo de Serena Williams ha empujado a la WTA a cambiar sus normas. (USA TODAY Sports)

En el entorno clásico que siempre rodea al tenis, las reformas van siendo una dinámica cada vez más presente en los últimos años. Apenas a unos días de estrenar la temporada 2019, el circuito femenino hizo públicas unas modificaciones de su reglamento dirigidas a promover la conciliación familiar. No son unas propuestas cualquiera, sino un claro movimiento para proteger un debate que ha tenido un largo recorrido: permitir a las jugadoras conciliar su vida deportiva y familiar en un nivel de élite.

La WTA anunció que las tenistas que regresen al circuito tras un embarazo podrán disponer del ránking protegido durante más torneos (doce en lugar de los anteriores ocho), ser cabezas de serie si ese ránking así lo determina (algo inexistente hasta ahora) y emplear esa plaza durante un período de tres años a contar desde el nacimiento del hijo/a (cuando antes se empleaban dos años desde la fecha de embarazo).

Con la voluntad de pulsar el ambiente del circuito, El Confidencial conversa con algunas tenistas del circuito profesional. Así, destacadas jugadoras del vestuario español ponderan las medidas que serán efectivas desde la temporada 2019. En momentos vitales distintos, con experiencias y puntos de vista diferentes, las tenistas muestran un debate latente y con muchos matices sobre la mesa.

placeholder María José Martínez Sánchez. (EFE)
María José Martínez Sánchez. (EFE)

María José Martínez Sánchez

La murciana es uno de los ejemplos clásicos en cuestiones de conciliación. Con una carrera memorable a la espalda, María José fue madre a los 31 años, teniendo que aparcar momentáneamente una trayectoria deportiva que le vio ascender hasta el número 4 mundial el dobles o el 19 en la modalidad individual.

“Creo que es una buena medida para las tenistas que quieren ser madres y continuar con su carrera deportiva. Es algo que favorece la vuelta al circuito. Es una pena que a mí no me pillara en el momento de ser madre (2014). Cuando yo regresé únicamente podía utilizar el ranking protegido durante dos años, pero contaba desde que te quedabas embarazada. Entonces el tiempo era bastante más escaso. La puesta en marcha después de ser madre es más costosa”, declara la jugadora de Yecla, cuyo recorrido incluye tres títulos por parejas en un total de seis finales y la disputa de las WTA Finals 2017, el evento más prestigioso del mundo por parejas, tras la maternidad.

"Pienso que es importante que se evolucione en este sentido, aunque yo no pudiera beneficiarme en su momento de la medida".

placeholder Silvia Soler. (EFE)
Silvia Soler. (EFE)

Silvia Soler

A sus 31 años, la jugadora ilicitana es una de las grandes veteranas del tenis español. Con un puñado de temporadas en sus piernas, Silvia tiene una visión madura de la realidad que afronta la mujer deportista en la sociedad actual. En concreto, de los retos que afrontan las tenistas que deciden aparcar momentáneamente sus carreras.

"Me parece bien que se amplíen los beneficios de las jugadoras que vuelven a competir tras la maternidad", defiende Soler. "Hoy en día, si ya es difícil la conciliación de la vida familiar y la laboral en un contexto de trabajo normal, ni que decir tiene lo complicado que supone para un deportista. El embarazo más el posparto implican unos 15 meses sin competir, con todos los cambios corporales y hormonales que se dan en las mujeres, por lo que la vuelta es complicada y, en ocasiones, cuesta mucho volver a alcanzar un buen nivel", analiza.

“Además, por todos los viajes y la dificultad de hacerlo con un bebé, no siempre se podrá usar el ranking especial en los torneos que se desee, por lo que me parece correcto que se amplíe el plazo de uso”.

placeholder Lara Arruabarrena. (EFE)
Lara Arruabarrena. (EFE)

Lara Arruabarrena

Con una visión más joven, la jugadora tolosarra representa a sus 26 años a un perfil de jugadoras que mantienen abierta la opción de formar una familia a temprana edad. Lejos de la edad media de maternidad en España (32), Lara reflexiona sobre las medidas a implantar en el circuito.

"Me parece bien que las jugadoras que han sido madres puedan disponer de un ranking protegido más extenso, aunque a lo mejor tres años me parece demasiado", matiza. "Sinceramente desconozco cómo estaba antes el reglamento, pero entiendo que al ser madre tienes derecho a volver a competir como si hubieras salido de una lesión".

"Es cierto que las carreras deportivas son más largas. Si una quiere ser madre y tener varios hijos, el tiempo del que dispone es mucho más corto. Ya tienes que ser madre a una edad más avanzada. Hay muchas jugadoras que igual quieren ser madres en torno a los 23 años, por decir una edad, y tienen que decidir entre tener un hijo y continuar con su profesión. El hecho de que pongan una regla así para preservar esa opción no me parece mal del todo", subraya Arruabarrena.

“Respecto a la posibilidad de tener ranking protegido con opción de ser cabeza de serie, lo veo más peliagudo, porque hay gente que ha seguido compitiendo mientras que otra ha sido madre. Es como si le pudieran llegar a quitar el puesto, cuando para mí la que ha seguido jugando se lo ha merecido más. Es un tema algo complicado".

placeholder Carla Suárez. (Reuters)
Carla Suárez. (Reuters)

Carla Suárez

La jugadora canaria ha reconocido en diversas ocasiones su deseo de ser madre en el futuro. Con 30 años de edad y la voluntad de dar el paso una vez terminada su carrera deportiva, Suárez observa el debate separando la vida profesional de la personal. Una opción que, observando las cifras, tiende a ser mayoritaria en el vestuario.

"Comprendo la importancia de facilitar la conciliación entre la vida personal y las carreras deportivas. De hecho me parece un paso adelante que WTA plantee medidas en este sentido. Ahora bien, el modo en que se ha propuesto a partir de la temporada 2019 no me parece el más correcto", asegura.

"Que se pueda utilizar durante tres años un ránking protegido me parece algo exagerado. Quizá vería más correcto un período de tiempo más corto. A partir de un año de baja, todas las jugadoras tienen que comenzar de cero y sería algo más equitativo para todas un período más corto", matiza.

"Además, que el ranking protegido ahora permita la posibilidad de ser cabeza de serie me parece completamente injusto, sobre todo para aquellas jugadoras que hayan estado semana a semana compitiendo para tener ese lugar en el circuito”, reconoce. "No solo por los torneos más pequeños sino por los Grand Slam. Imagina que estás peleando todo el año por intentar estar entre las 32 primeras y ser cabeza de serie en el US Open. O luchando por terminar 'top 30' la temporada para ser cabeza de serie en el Abierto de Australia. Si estás en esa situación, y llega una jugadora que ha tenido una baja de larga duración, o que ha sido madre y quiere volver, y en esa época estaba entre las diez primeras del mundo, el hecho de que a ti te quiten el ser cabeza de serie no me parece justo".

Apenas un puñado de reacciones permiten comprobar que el debate es amplio y generoso en el vestuario. Con la misión de encontrar un equilibrio entre la maternidad y la vida profesional, el circuito WTA mueve sus engranajes buscando el equilibrio perfecto para todas.

En el entorno clásico que siempre rodea al tenis, las reformas van siendo una dinámica cada vez más presente en los últimos años. Apenas a unos días de estrenar la temporada 2019, el circuito femenino hizo públicas unas modificaciones de su reglamento dirigidas a promover la conciliación familiar. No son unas propuestas cualquiera, sino un claro movimiento para proteger un debate que ha tenido un largo recorrido: permitir a las jugadoras conciliar su vida deportiva y familiar en un nivel de élite.

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