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Casi un año después, Murray vuelve al tenis y cuenta cómo se hace
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Casi un año después, Murray vuelve al tenis y cuenta cómo se hace

El tenista escocés Andy Murray se ha pasado 342 días de baja por una dolencia en la cadera. Su vuelta, contra Kyrgios, tiene buenas sensaciones, pero su cuerpo aún necesita más entrenamiento

Foto: Murray, en su reaparición. (Reuters)
Murray, en su reaparición. (Reuters)

Andy Murray ha vuelto a empezar. Se ha pasado una década siendo el cuarto mosquetero, un paso por detrás de Federer, Nadal y Djokovic, pero en sí mismo una estrella del tenis. Puede el escocés decir, sin temor a equivocarse, que en otras épocas hubiese sido un tirano en el circuito, que con su tenis hay décadas en los que otros hicieron un imperio. A él no le dio para tanto, pero con tres grandes a sus espaldas y habiendo sido número uno, además de una buena letanía de títulos y finales, puede estar satisfecho de sus vueltas por el mundo con un raqueta en la mano. Y, después de todo eso, una de las peores lesiones a las que puede enfrentarse un deportista.

Ha tardado Murray 342 días en volver a las pistas. Su historia reciente es la lucha contra una de las peores dolencias a las que se puede enfrentar un deportista: la cadera. Igual no suena tanto como una triada o el tendón de aquiles, pero los problemas en la cadera tienen una recuperación larguísima y, peor todavía, incierta. Es una de las lesiones en las que el tratamiento es largo, pesado y puede terminar sacando de competición de por vida a los que lo sufren.

Foto: Boris Becker, en un acto reciente en Londres. (Reuters)

Un año casi para volver en un recorrido que es bastante común en esta dolencia, primeros meses pensando que un tratamiento conservador puede ser suficiente para, en algún momento y ante la falta de recuperación, cambiar de paso y operar en una cirugía compleja y que obliga a meses de completo reposo. Y así, con el tiempo, volver a ser jugador de tenis. Las ramificaciones de la cadera son grandes, genera problemas de equilibrio y es habitual que posteriormente surjan otros problemas derivados por los cambios en la pisada y los desequilibrios que se forman por la ruptura de una estructura básica en la locomoción humana.

Ante Kyrgios en Queens

Ahora ha vuelto, por fin, frente a Kyrgios, en la hierba de Queens, que siempre fue su casa. Lejos está, por supuesto, de un nivel competitivo. Lo primero que ha hecho en su vuelta ha sido perder, pero una derrota así duele menos, al fin y al cabo perdió el partido, pero ganó la pelea de su recuperación. Tanto que se decidió a escribir una carta abierta en la BBC detallando cuáles son sus sensaciones en este momento de su carrera. Algo que sería muy extraño en la mayor parte de tenistas, pero no en el caso de Murray, que siempre ha sido un verso libre, más avanzado que la mayoría, más capaz de elaborar un mensaje propio.

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Tennis - ATP 500 - Fever-Tree Championships - The Queen's Club, London, Britain - June 19, 2018 Great Britain's Andy Murray reacts during his first round match against Australia's Nick Kyrgios Action Images via Reuters Tony O'Brien TPX IMAGES OF THE DAY

"Ha sido un día muy emotivo para mí, 45 minutos antes de empezar me encontraba temblorosos. Me han llegado muchos mensajes de otros entrenadores, jugadores y fans deseándome suerte, diciendo que es genial volver a verme en la pista. Eso es lo que lo ha hecho tan emotivo", empezaba su misiva el escocés. Con fama de frío, fue capaz de dejar atrás tanto nervio antes del partido "para centrarse en la estrategia del partido".

"Sólo es vergonzoso el resultado"

Competitivo como el campeón que es, salió de la pista con emociones encontradas: "Ha sido un gran día, solo es vergonzoso el resultado". Había perdido contra Kyrgios, que horas antes había dicho que él era el mejor rival posible para la vuelta de Murray. "No estoy de acuerdo, creo que solo se estaba intentando quitar presión, es posible que este fuese el primer partido en el que jugásemos juntos y en el que él fuese el favorito".

Murray le consiguió ganar el primer set y le forzó el 'tie break' en el segundo. "Ha sido muy bueno tener un reto como este, fue un partido disputado y largo, he aprendido mucho de cómo estoy físicamente y de cómo está mi juego, y es posible que todo eso no lo hubiese aprendido contra otro jugador. Así que muy bien en muchos aspectos, jugar con Nick es difícil en todas partes porque tiene todos los golpes y es un sacador brillante".

Foto: Rafa Nadal y Roger Federer. (Reuters) Opinión

Y con todo, este partido no deja de ser una cuestión menor y él es el primero que lo sabe. Aquí la clave es la recuperación, volver a sentirse cómodo en el cuerpo de Andy y reforzar todos los músculos que con el tiempo de espera se han relajado. "Mi rutina pospartido ha cambiado, me tengo que cerciorar de que todo lo relacionado con mi recuperación ya está hecho. Tengo que cuidar mi cuerpo, es lo primero y fundamental. Cuando terminé el partido me fui directo a un baño de hielo después del partido. Allí estuve 12 minutos y después me duché, estiré y me fui con mi fisio", enumera el exnúmero 1.

"Después comí un poco, completé mis obligaciones con la prensa y tuve media hora más de fisio antes de volver a casa. Antes solo tenía una sesión con el fisio, pero ahora mi cuerpo necesita un poco más". Y así, poco a poco, van volviendo los tenistas. Murray es uno más en una epidemia que el año pasado pudo con la mayor parte de jugadores. A medida que vayan volviendo, el tenis irá ganando.

Andy Murray ha vuelto a empezar. Se ha pasado una década siendo el cuarto mosquetero, un paso por detrás de Federer, Nadal y Djokovic, pero en sí mismo una estrella del tenis. Puede el escocés decir, sin temor a equivocarse, que en otras épocas hubiese sido un tirano en el circuito, que con su tenis hay décadas en los que otros hicieron un imperio. A él no le dio para tanto, pero con tres grandes a sus espaldas y habiendo sido número uno, además de una buena letanía de títulos y finales, puede estar satisfecho de sus vueltas por el mundo con un raqueta en la mano. Y, después de todo eso, una de las peores lesiones a las que puede enfrentarse un deportista.

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